Impacto en la salud y bienestar de las víctimas de trata de seres humanos. La pandemia del coronavirus en España y Bélgica

Abstract

El propósito de esta tesis doctoral es recopilar información sobre el estado de salud de las víctimas de trata de seres humanos. Se han llevado a cabo dos revisiones de la literatura sobre la salud de las víctimas de trata antes de la llegada del COVID-19. El principal hallazgo de las revisiones es la relación entre la trata y el bienestar relacionado con aspectos sociales, habitacionales, nutricionales, espirituales/religiosos, físicos, mentales y sexuales-reproductivos. Además, es importante prestar atención para evitar los sesgos de género y el foco exclusivo en la investigación de trata con fines de explotación sexual, abordando el bienestar integral de todas las víctimas de trata. De esta forma, se indica la importancia de desarrollar investigaciones sobre los hombres víctimas de trata que incluyan aspectos como la paternidad, la salud sexual y reproductiva. Para conocer los impactos de la pandemia, se realizaron entrevistas a mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual en España (n=19). Estas mujeres han vivido un deterioro de su salud durante la pandemia relacionado, entre otras cosas, con: limitaciones de revisiones de la salud sexual y reproductiva, problemas en la salud mental, verse obligadas a continuar en prostitución, colapso sanitario en el sistema público y deterioro de la salud física. Se han identificado obstáculos en el acceso a alimentación, aspecto crucial para el bienestar y recuperación de las víctimas de trata. Además, aspectos relacionados con la religiosidad o la cultura deben ser tenidos en cuenta para mejorar la intervención con ciertas víctimas de trata. Se realizaron también entrevistas tanto a trabajadoras que atienden a este colectivo como a víctimas en Bélgica (n=8), identificando obstáculos en el acceso a alojamientos seguros. Las residencias colectivas y especializadas para estas víctimas no se ajustaron adecuadamente a las necesidades de todas las personas. En el mercado de vivienda privada, los propietarios contribuyeron a la perpetuación de desigualdades sociales al ofrecer viviendas de baja calidad, estereotipos de género, xenofobia y discriminación. En términos de buenas prácticas, las residencias especializadas en Bélgica albergaron a todas las víctimas, independientemente de su género o finalidad de trata. Otro aspecto positivo apunta a cómo la solidaridad entre algunas víctimas y sus redes de apoyo han reducido la inseguridad habitacional durante la pandemia.