Capacidad infectiva de las larvas l3 de anisakis y búsqueda de nuevos compuestos naturales activos frente a la anisakiosis
- Adela Valero López Directora
- Joaquina Martín Sánchez Codirectora
- María Concepción Navarro Moll Codirectora
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 11 de julio de 2014
- Francisco Morillas Márquez Presidente
- Rocio Benítez Rodríguez Secretaria
- Cristina Cutillas Barrios Vocal
- Teresa Ortega Hernández-Agero Vocal
- Marian Gomez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La parasitación del hombre con nematodos del género Anisakis, debido a la ingesta de pescado crudo o poco cocinado infectado, es muy frecuente en Japón y distintos países de Europa, entre ellos España. Son numerosos los pacientes afectados con manifestaciones gastrointestinales más o menos severas y reacciones alérgicas de sintomatología variable, siendo España el país europeo con mayor número de casos de anisakiosis (Abollo et al., 2003; FEAD, 2013). En Japón, A. simplex s.s. se considera el principal agente etiológico de esta enfermedad parasitaria, en Italia se ha señalado como tal a A. pegreffii (D'Amelio et al., 1999; Fumarola et al., 2009; Mattiucci et al., 2011, 2013a), pero en España no se ha identificado la especie involucrada en la anisakiosis humana. Algunos autores han encontrado que A. pegreffii presenta menor poder de penetración en el músculo de determinados peces que A. simplex s.s.; lo que podría indicar que tiene una menor capacidad patógena (Suzuki et al., 2010). A pesar, de que las larvas de Anisakis tipo II, son capaces de infectar al hombre (Clavel et al., 1993), no se conoce bien la implicación de sus especies en esta parasitosis, ya que del total de casos humanos, son pocas las larvas identificadas por métodos moleculares. Para el estudio de la patogenicidad de las distintas especies de Anisakis se han utilizado ratas Wistar, ya que estos animales presentan una serie de ventajas: el tamaño del aparato digestivo de la rata tiene un calibre adecuado para las larvas, el menor requerimiento espacial y de cuidados que otros animales de mayor tamaño y sobre todo el comportamiento y distribución de las larvas L3 de Anisakis es similar a los casos humanos (Huang, 2005; Navarro et al, 2008). En el presente trabajo se ha observado que del 21'6% de las larvas Tipo I que fueron capaces de atravesar, fijarse y/o producir lesión en el tracto gastrointestinal de los animales, el 10% fueron identificadas como A. simplex s.s., el 7'8% como genotipos híbridos y el 3'8% restante como A. pegreffii. De acuerdo con estos datos hemos encontrado que el riesgo de penetración de A. pegreffii es menor que el de A. simplex s.s., concretamente, un 65% (IC 95%: 11 a 86%). En el caso de las larvas tipo II, tan sólo el 7'1% (4/56) fueron capaces de producir daños en los animales de experimentación, dos larvas de A. physeteris y dos de A. paggiae. Estos resultados indican que ambas especies pueden actuar como agentes etiológicos de la anisakiosis. Al comparar estos resultados con los obtenidos en las larvas tipo I, se observa que el potencial patógeno de estas últimas es más elevado (p<0'001). Otro hecho a considerar es la situación de las larvas en el pescado; es decir, si son igualmente patógenas las encapsuladas en vísceras o las que se encuentran libres en la cavidad corporal del pescado. Los resultados obtenidos en nuestro trabajo muestran cómo las larvas encapsuladas parecen tener un comportamiento diferente, ya que ninguna de ellas atravesó la pared gastrointestinal, aunque sí fueron capaces de fijarse en la mucosa gástrica y producir daños vasculares. Por tanto, las medidas profilácticas no deben diferir. Si bien son diversos los fármacos probados frente a la anisakiosis (antibióticos, antihistamínicos, anticolinérgicos y/o corticosteroides), hasta la fecha ninguno de ellos ha mostrado una eficacia contrastada (Cocheton et al., 1991; Domínguez-Ortega y Martínez-Cócera, 2000; Matsui et al., 1985; Oshima, 1972). Así, con el fin de evitar la intervención quirúrgica, se han propuesto tratamientos con antihelmínticos (De Vera et al., 2002; Filauro et al., 2011; Ioli, 1998; Magnaval et al., 2002; Manley y Embil, 1989; Moore et al., 2002; Pacios et al., 2005), entre los cuales cabe citar al albendazol, derivado benzimidazólico ampliamente utilizado para tratar los parásitos intestinales que parece presentar cierta actividad frente a Anisakis (Arias-Díaz et al., 2006; Dziekoeska-Rynko et al., 2002; Moore et al., 2002). Por otra parte, se han ensayado, in vitro e in vivo, sustancias de origen natural frente a las larvas de anisákidos (Hierro et al., 2004 a, b, c, 2006; Lin et al., 2010; Navarro et al., 2008). La manzanilla (Matricaria chamomilla) y menta (Mentha piperita) son plantas medicinales ampliamente utilizadas (Herro y Jacob, 2010; Srivastava et al., 2010). Ambas han mostrado ser biocidas frente a un amplio rango de agentes patógenos, al igual que ocurre con compuestos de otros aceites esenciales, como son el farnesol, nerolidol y elemol (Hoet, 2006; Inoue et al., 2004; Kpoviessi et al., 2014; Morales-Yuste, 2006). En los estudios in vitro, el mentol, el aceite esencial de manzanilla y especialmente ¿-bisabolol, fueron los productos naturales más efectivos frente a las L3 de Anisakis Tipo I. En cuanto a los otros derivados sesquiterpénicos testados en las pruebas in vitro, los resultados muestran que tanto nerolidol, como farnesol y elemol ocasionan el 100% de mortalidad de las larvas L3 desde la primera lectura a las concentraciones de 125 µg/ml. Ahora bien, cabe reseñar una mayor actividad in vitro del ¿-bisabolol y nerolidol, ya que mantuvieron la máxima actividad larvicida incluso a la más baja de las concentraciones ensayadas (31'2 µg/ml). Respecto a los resultados in vivo, todas las ratas tratadas con los productos naturales mostraron mejores resultados que las del lote control, especialmente aquellas que recibieron A.E. de menta y sus componentes que además de no presentar ningún tipo de lesión, mostraron actividad. Para los dos tipos de ensayo, albendazol, fármaco de referencia para el tratamiento de la anisakiosis, fue menos eficaz que los productos testados, ya que en ningún momento mostró actividad larvicida y en los animales de experimentación aparecieron lesiones similares a las encontradas en el grupo control, aunque en menor número.