El mito de la identidadmás allá de los nuevos movimientos sociales. Hacia una tipología de la sociedad civil según su objeto
- Sánchez Jiménez, Santiago
- José Antonio González Alcantud Doktorvater
Universität der Verteidigung: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 29 von September von 2017
- Francisco Javier García Castaño Präsident
- Raquel Martínez Chicón Sekretärin
- Ángel Baldomero Espina Barrio Vocal
- José Luis Anta Félez Vocal
- David Lagunas Arias Vocal
Art: Dissertation
Zusammenfassung
El presente trabajo surge de un interrogante: ¿Es útil la categoría de Nuevos Movimientos Sociales a la hora de proponer mecanismos para la tramitación democrática y pacífica de conflictividades sociales? Tal interrogante nace a raíz de un trabajo de campo analizando el movimiento social indígena del Cauca- Colombia durante el año 2010. En aquel entonces, el movimiento indígena del Cauca era sin dudas el movimiento social más potente del país, y se encontraba en un momento de mucha tensión con el gobierno nacional saliente de Álvaro Uribe, y un panorama no mucho más esperanzador, con la entrada del gobierno de Juan Manuel Santos, quien fuese ministro de defensa durante el gobierno del primero. En aquel entonces, los enfrentamientos entre el movimiento indígena y el Estado se daban a sangre y fuego, principalmente entre la fuerza pública (policía y Escuadrón Móvil Antidisturbios –ESMAD-) con la colaboración de grupos paramilitares, y frentes de resistencia indígena desarmados y altamente organizados. Ello costó muchos heridos y vidas, y pese a ello, el movimiento no mermaba, al contrario, se consolidaba. En ese sentido, se da inicio a una investigación sobre el movimiento social indígena del Cauca, con el propósito de aportar elementos al movimiento, a la institucionalidad pública (nacional y regional), y al debate social, sobre cómo tramitar de manera efectiva, democrática, y pacífica el conflicto social en el Cauca. De esta manera se inicia por analizar la literatura relativa a los movimientos sociales en busca de elementos teóricos, conceptuales y metodológicos que ayudasen a la comprensión del fenómeno social del movimiento indígena. En este sentido se revisa la literatura concerniente a los paradigmas de la Elección Racional, la Movilización de Recursos, el Construccionismo, la Identidad Colectiva o Nuevos Movimientos Sociales, y la Estructura de Oportunidad Política. Aun cuando buena parte de la literatura refiere a disertaciones entre autores, se encuentran elementos significativos y complementarios para la comprensión del movimiento indígena, en lo relativo a su conformación e interacción con el Estado. No obstante, se encuentra un problema epistemológico en el análisis y es la poca concreción que se hace respecto a los tipos de movimientos, siendo todos los paradigmas de carácter universalista. En contraste, el trabajo etnográfico realizado con las comunidades y organizaciones indígenas del Cauca, superaban estos marcos conceptuales, dejando en evidencia la capacidad explicativa de los modelos teóricos, y en consecuencia, la imposibilidad de hacer aportes significativos desde la academia para la comprensión y tramitación del conflicto social. Por tanto, se ve la necesidad de abordar el desarrollo de un modelo teórico que dé cuenta de las especificidades de los movimientos sociales (MS), para lo cual se aborda una propuesta de categorización con arreglo a fines, es decir, según el objeto del movimiento. A su vez, el trabajo de campo evidencia que existe una indisoluble relación entre los movimientos y las organizaciones sociales, por lo cual no es posible abordar su estudio por separado. Al contrario, esto es lo que ha supuesto un error metodológico conducente a la incapacidad explicativa del marco teórico y conceptual. Tal distanciamiento entre la teoría y las realidades fácticas que procura explicar, se debe a un ensimismamiento de la academia, en el mejor de los casos, cuando no a la confusión entre ciencia y propaganda, que ha hecho de buena parte de los estudios de los movimientos sociales, artificios intelectuales de conocimiento instrumental, más en procura de la legitimación que de la comprensión. En este sentido se aborda un estudio más amplio, estableciendo la categoría de análisis de sociedad civil, partiendo de una revisión epistemológica y una acotación en cuanto a su significado. Habida cuenta, se establece el marco de referencia de la sociedad civil organizada, entendida como el conjunto de fuerzas sociales de la sociedad civil que establecen marcos de acción conjuntos para el logro de objetivos comunes. Estas fuerzas sociales son, por un lado, las organizaciones de la sociedad civil, que en atención al objeto que tramitan se clasifican en instituciones, asociaciones o empresas, y en segundo lugar, los movimientos sociales. El estudio de los MS al uso categoriza someramente, bajo un criterio cronológico, aquellos que denomina tradicionales, basados en el reclamo de clase y de carácter materialista, frente a los Nuevos Movimientos Sociales (NMS). Hasta aquí se presenta el estado del arte de los referentes académicos hasta el momento. En este punto se presenta una propuesta de tipología de los NMS según su objeto. Partiendo del análisis de la dimensión identitaria de los movimientos sociales, se construye el concepto de identidad política instrumental, que podemos entender como la serie de discursos y prácticas que se dan en torno al “yo soy”/”nosotros somos”, que tienen por objeto lograr una ventaja competitiva en lo público (bien sea en el debate público –posicionamiento- o en la política pública –medidas de discriminación positiva-). En atención a los nuevos movimientos sociales, podemos partir de una escisión fundamental entre los movimientos sociales identitarios -que hacen uso de la identidad política instrumental-, los movimientos sociales universalistas –que se concentran en reivindicaciones de bien común o el interés general-, y los movimientos sociales de contingencia – que tienen por propósito actuar de manera coyuntural para contener o promover cambios específicos. Lo anterior deriva en un marco interpretativo de la situación del Cauca indígena a través de un estudio que analiza los correlatos entre el movimiento y las organizaciones indígenas. Para ello, se analiza la construcción del sujeto jurídico entendido como aquel que se hace acreedor de un derecho diferencial o de discriminación positiva y se establece el marco ontológico de la correlación entre cultura y participación política en Colombia. Una vez referenciado este contexto, se analiza la construcción de una identidad colectiva del movimiento indígena del Cauca en torno a sus mitos de resistencia o combate. Posteriormente se hace un análisis de las organizaciones indígenas, en referencia al Consejo Regional Indígena del Cauca, atendiendo a una tipología de las organizaciones con arreglo a fines. En lo referente empresas indígenas, se analiza el caso de la Central Cooperativa Indígena del Cauca (Cencoic), como personería jurídica dedicada a fomentar y fortalecer un modelo de economía propia insertado en un sistema capitalista neoliberal de apertura económica. En cuanto a las asociaciones indígenas se presenta el caso del partido político indígena Alianza Social Indígena (ASI), como esfuerzo colectivo de empoderamiento del aparato del Estado en procura de los planes de vida de los pueblos indígenas. Y finalmente, en cuanto a instituciones indígenas, se presentan los casos de la Universidad Autónoma Intercultural Indígena (Uaiin), como modelo de una educación pertinente a los procesos sociales; y de la Guardia Indígena, como esfuerzo colectivo de control territorial desde la resistencia civil. Con el trabajo etnográfico en el Cauca indígena y sus organizaciones, se evidencia una intrínseca relación entre el movimiento y las organizaciones sociales. Estas han sido diseñadas en función del proyecto propio, respondiendo a una división técnica y tecnológica del trabajo en atención a los planes de vida de los pueblos indígenas del Cauca, como estrategia de empoderamiento del aparato del Estado, reivindicación de la cultura y propia, y creación de nuevas formas organizativas. Sin embargo, el movimiento social, haciendo uso de una identidad política instrumental, es el principal capital de negociación política en la disputa por lo público. Conclusiones - Separar movimientos y organizaciones sociales, solo es posible como una ficción teórica. Las dinámicas sociales no se cuestionan si se trata de un movimiento o de varias organizaciones, lo cual se evidencia con la utilización indiferente de los conceptos en la práctica de las fuerzas sociales en disputa. Sin embargo, es necesario abordar esta diferenciación ya que el tratamiento de las conflictividades sociales avenidas de los procesos sociales requiere de nuevas tecnologías sociales pertinentes. - El postulado mantenido por buena parte de los autores, referente a la culminación o muerte de un movimiento social en cuanto se institucionaliza o se convierte en una organización social, es falso. Esto se confirma mediante la vinculación activa en el movimiento, contrastando que las mismas personas que actúan de la movilización social son las que participan y dinamizan una, dos o tres organizaciones sociales. El referente ideológico, los objetivos, los principios éticos, son los mismos por ende. En cuanto a actores colectivos, tanto el movimiento deriva en diferentes formas asociativas u organizativas, como estas formas organizativas propulsan la movilización social, difunden el ideario de transformación o de contención frente a los cambios, generan identidades y núcleos de cohesión social. - La categoría (y el paradigma) de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS) no es suficiente para comprender los movimientos sociales contemporáneos, ni mucho menos de aportar a la tramitación efectiva, pacífica y democrática de los mismos. Tres motivos para ello: 1) el criterio cronológico como rasgo de diferenciación es inicuo, ya que desconoce y anula la correlación entre los movimientos sociales y el entorno en el que nacen y se desarrollan, pecando además de un relativismo insulso que toma la evolución histórica de las sociedades de occidente como parámetro de contraste; 2) se presenta como categoría homogenizante, reduciendo una gran heterogeneidad de realidades sociales disímiles en sus objetivos y formas de acción; y 3) por la reductibilidad del papel de la identidad (o las identidades) a la condición de generadora de sentido de la vida para los participantes y de factor de cohesión social, pero elude el papel de la identidad como activo político en la disputa del poder. Por lo anterior, es necesario avanzar en una división técnica del conocimiento científico en el estudio de los movimientos sociales, es decir, profesionalizar el estudio de los mismos desde un enfoque multidisciplinar, dado el alto grado de especialización técnica requerido. Para ello se propone una tipología de la Sociedad Civil según su objeto, estableciendo los tipos ideales de caracterización de las organizaciones y los movimientos sociales, para la comprensión y estudio de las conflictividades sociales.