La cronología y temporalidad del fenómeno megalítico del sureste de la península Ibérica
- Gonzalo Aranda Jiménez Director
- José Enrique Márquez Romero Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 20 de septiembre de 2017
- Dimas Martín Socas Presidente/a
- Francisco Carrión Méndez Secretario
- Marta Díaz-Zorita Bonilla Vocal
- Paloma González Marcén Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
RESUMEN (CASTELLANO) El tiempo juega un papel clave en Arqueología. Necesitamos comprender la dimensión temporal de la materialidad del pasado para poder interpretarla. De nuestra capacidad para comprenderla dependerá en buena medida nuestra capacidad para formular interrogantes y proponer respuestas sobre el pasado. El estudio del fenómeno megalítico, como parte de la materialidad del pasado, necesita abordar su dimensión temporal, tanto más si cabe por la propia relevancia que jugó el tiempo en estos monumentos, concebidos para albergar y construir pasado, así como para perpetuarse en el futuro. El Sureste de la península ibérica fue una zona con una intensa actividad megalítica, llegándose a documentar en torno a un millar de monumentos. La riqueza del megalitismo del Sureste llamó la atención desde antiguo y más de 600 sepulturas fueron objeto de excavación entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. A pesar de su número, conocimiento y relevancia para el estudio de las sociedades de la Prehistoria Reciente del Sureste, la aproximación a su dimensión temporal se ha basado en criterios tipológicos y en muy pocas dataciones absolutas (10 dataciones radiocarbónicas en 2012). En este contexto, la tesis doctoral que se presenta surgió con la intención de paliar parte de estas dificultades y con el objetivo de explorar los siguientes interrogantes: ¿cuándo comenzaron las sociedades del Sureste peninsular a monumentalizar el paisaje a partir de la construcción de sepulturas megalíticas?, ¿cuándo se originaron y fueron utilizados los distintos tipos de megalitos?, ¿cuál es la temporalidad de sepulturas concretas?, ¿durante cuánto tiempo fueron utilizadas?, ¿experimentaron usos continuados o interrumpidos por momentos de abandono?, ¿cómo se comportan las diferentes sepulturas que integran una misma necrópolis?, ¿fueron utilizadas en momentos posteriores a los tradicionalmente considerados de construcción y uso?, ¿cuál fue el carácter e intensidad de estas utilizaciones? Para poder responder a estas cuestiones se requería de una metodología que asumiera, por un lado, las particularidades del método de datación (C14) y, por otro, de los contextos objeto de estudio, los monumentos megalíticos. Estos constituyen auténticos palimpsestos resultado de su utilización reiterada a lo largo, en ocasiones, de prolongados periodos de tiempo y donde los restos humanos suelen aparecer desarticulados. De este modo, la metodología planteada se ha basado en los siguientes criterios: a) la datación de restos antropológicos, que son los materiales más representativos de las prácticas rituales, al tiempo que constituyen muestras de vida corta; b) la datación del número mínimo de individuos, que permitiera analizar la temporalidad de sepulturas concretas y evitar la datación doble de un mismo individuo; c) la realización de análisis de isótopos estables para reconstruir la paleodieta de los individuos datados y corregir, si procediera, el efecto reservorio. Para el desarrollo del programa de dataciones se seleccionaron tres yacimientos que incluían diferentes tipos de tumbas representativas de la diversidad de formas megalíticas del Sureste: El Barranquete (Níjar, Almería), una necrópolis de sepulturas de falsa cúpula (tholoi); Panoría (Darro, Granada), constituida por tumbas ortostáticas precedidas de corredores cortos, y, finalmente, las necrópolis de Las Churuletas, Llano del Jautón y Loma de la Atalaya (Purchena, Almería), integradas principalmente por cámaras de planta circular sin corredor (rundgräber). Como resultado del trabajo se ha obtenido un total de 88 fechas radiocarbónicas, que han sido interpretadas a partir del empleo de diferentes aproximaciones estadísticas, especialmente el análisis Bayesiano. El examen de toda la serie radiométrica ha permitido situar el inicio del fenómeno megalítico en el Sureste peninsular en torno al 3810-3635 cal BC (89.7% de probabilidad). Una estimación prácticamente idéntica a la obtenida del análisis de las dataciones disponibles para estas prácticas funerarias en todo el sur peninsular (3850-3690 cal BC; 95% de probabilidad). Es probable que el fenómeno megalítico se iniciase en las distintas zonas del sur peninsular en fechas muy similares. Asimismo, todos los tipos de sepulturas megalíticas, excepto los tholoi, serían construidos y utilizados desde principios del IV Milenio a.C. En el Sureste no parece existir ninguna diferencia temporal entre la aparición de las sepulturas de cámara circular y corredor y los rundgräber, lo que contradice las periodizaciones tradicionales. En el III Milenio a.C., la aparición de las sepulturas de falsa cúpula vendría acompañada de una intensificación de las prácticas funerarias megalítica. Esta intensificación se observa en todos los tipos de tumbas e implicaría tanto la construcción como el uso de nuevas y antiguas tumbas. La metodología aplicada ha permitido, por otro lado, explorar la temporalidad de sepulturas concretas. Sorprende especialmente su amplia diversidad, que muestra a su vez la propia complejidad del fenómeno estudiado, así como las limitaciones de las tradicionales estrategias de aproximación a su dimensión temporal. Junto a sepulturas que demuestran breves e intensos periodos de uso encontramos otras que fueron objeto de deposiciones funerarias durante dilatados periodos de tiempo. Asimismo, mientras algunas sepulturas manifiestan un uso continuado, otras sufrieron periodos de abandono previamente a la realización de nuevas deposiciones funerarias. La datación de varias sepulturas de una misma necrópolis ha permitido además apuntar el posible carácter acumulativo de estos espacios, resultado probablemente de distintos episodios constructivos que no responderían a una planificación preconcebida. Un último aspecto que la serie radiométrica ha permitido visibilizar es el de la sorprendente intensidad con la que algunas de las sepulturas analizadas fueron objeto de deposiciones funerarias durante la Edad del Bronce, mostrando incluso una continuidad sin aparentes rupturas con respecto a las utilizaciones de época calcolítica. Asimismo, buena parte de estas prácticas hubieran pasado desapercibidas si tenemos en cuenta que en muchos casos la cultura material no alertaba de su presencia, especialmente en lo concerniente al Bronce Tardío y Final. La utilización de esta metodología ha permitido, pues, visibilizar unas prácticas rituales que habrían permanecido de otro modo ocultas. En definitiva, la importancia de los resultados de esta tesis doctoral no son sólo de carácter cronológico, sino también metodológico. Efectivamente, la estrategia seguida por el programa de dataciones, que parte de la comprensión de la complejidad que caracteriza estos contextos, demuestra un gran potencial para explorar la dimensión temporal del fenómeno megalítico y cambiar muchas de premisas tradicionalmente asumidas.