Necesidad de tratamiento ortodóncico e impacto psicosocial de la estética dental en los adolescentes de la Comunidad Valenciana (2010)

  1. Puertes Fernández, Neus
Dirigida por:
  1. José Manuel Almerich Silla Director/a
  2. José María Montiel Company Director/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 28 de febrero de 2014

Tribunal:
  1. José Vicente Bagán Sebastián Presidente/a
  2. Yolanda Martínez Beneyto Secretario/a
  3. Manuel Bravo Pérez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La Conferencia de Alma Ata sobre Atención Primaria de Salud en 1978 declaró que ''la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y el bienestar social y no una mera ausencia de enfermedades o dolencias''. La maloclusión se ha asociado con problemas psicosociales derivados de una estética dentofacial deficiente, alteraciones funcionales en los casos más extremos (puede verse alterada el habla, la masticación y la articulación temporo-mandibular, entre otras) y una mayor susceptibilidad de desarrollar enfermedad periodontal, caries o sufrir traumatismos dentales; así, debe ser considerada como un problema de salud. La maloclusión no es una enfermedad en el sentido estricto por lo que determinar con precisión en qué punto una maloclusión concreta es susceptible de ser tratada es un problema pendiente dentro de la especialidad siendo complicado establecer un consenso universal. En la evaluación de la necesidad de tratamiento ortodóncico de un paciente deben tenerse en cuenta, no sólo consideraciones morfológicas o funcionales orales, sino también consideraciones psicosociales, muy difícilmente evaluables de forma objetiva, económicas, y culturales que pueden influir en la percepción personal de la necesidad de tratamiento ortodóncico. A lo largo de la historia de la Ortodoncia, se han desarrollado numerosos índices con el objetivo de estimar la necesidad de tratamiento ortodóncico en una determinada población o comunidad, seleccionar los pacientes susceptibles de ser tratados dentro de un sistema asistencial concreto para establecer prioridades cuando los recursos son limitados y ayudar en la planificación de la formación de especialistas. En los últimos años, parece haberse llegado a un consenso en las características individuales y rasgos oclusales que deben ser evaluados para establecer una necesidad de tratamiento de forma objetiva. Prueba de ello es que, en la literatura reciente, los índices de necesidad de tratamiento ortodóncico empleados en estudios epidemiológicos de la maloclusión en distintos países tienden a coincidir en muchos aspectos, a unificar criterios y ya han sido reconocidos como válidos por varias asociaciones internacionales. Entre ellos se encuentran el Dental Aesthetic Index (DAI) y el Index of Orthodontic Treatment Need (IOTN). El IOTN desarrollado por Brook y Shaw, presenta la novedad de incorporar un indicador socio-psicológico de necesidad de tratamiento. Dicho índice presenta dos componentes, uno de salud dental y otro estético. El DAI, desarrollado por Cons y cols., se caracteriza por ser un índice sencillo, rápido, fiable, reproducible y con una alta validez. Además presenta la ventaja de combinar aspectos estéticos y de salud dental en una única puntuación. Es un índice que ha sido muy utilizado en numerosos estudios para valorar la prevalencia de maloclusiones y necesidades de tratamiento ortodóncico y en la actualidad, el DAI ha sido incorporado a la última actualización de la encuesta de salud oral de la OMS realizada en 1997, lo que supone un gran paso para su difusión como método universal para valorar las maloclusiones (Manzanera, 2006). La demanda de tratamiento ortodóncico principalmente está motivada por la apariencia estética y otros factores psicosociales. Los métodos tradicionales para valorar la necesidad de tratamiento ortodóncico o evaluación del resultado tras el tratamiento se realiza mediante índices oclusales o medidas cefalométricas reflejando únicamente la visión del profesional sin tener en cuenta las expectativas del paciente. Esta discrepancia es importante tenerla en cuenta porque hay grandes diferencias en la percepción estética entre el paciente y el profesional y la necesidad de tratamiento. Por lo tanto, la percepción de los pacientes son indicadores importantes para la necesidad de tratamiento y complemento de las medidas convencionales. El empleo de indicadores sociales permite a individuos con mayor necesidad de tratamiento ser una prioridad cuando los recursos financieros son limitados y en personas con menor maloclusion el tratamiento a menudo es justificado para la mejora potencial del bienestar social y psicológico. Durante los últimos 20 años, el término Calidad de Vida (CV) y Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS) han aparecido más a menudo en la literatura médica. La mayoría del tratamiento ortodóncico que se realiza tiene como objetivo mejorar la estética que está íntimamente relacionada con la calidad de vida. Con esto en mente, estudiar la CVRS en pacientes ortodóncicos tiene el potencial de revelar información sobre necesidades y resultados de tratamiento. (Cunningham, 2001) Para la odontología, ésta nueva perspectiva de la salud sugiere que no debemos concebir la salud oral únicamente como la ausencia de caries o enfermedad periodontal; la salud mental y bienestar social debe considerarse igualmente, dado que las consecuencias de las enfermedades dentales no son solo físicas; existen consecuencias económicas, sociales y/o psíquicas. Estas consecuencias afectan seriamente a la Calidad de Vida (CV) en un gran número de individuos incluyendo la función oral, la apariencia y las relaciones interpersonales. El concepto de “salud oral relacionada con calidad de vida”, engloba el concepto de ésta nueva perspectiva (Rohr Inglehart y Bagramian, 2002). Los instrumentos para evaluar la CVRS tratan de entender la perspectiva que tiene un paciente sobre el impacto de una condición médica en el bienestar subjetivo y el funcionamiento cotidiano. En el pasado, la investigación de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud Oral (CVRSO) se dirigía principalmente a la evaluación de las experiencias de pacientes mayores que a menudo tienen enfermedades periodontales, pérdida de dientes o dentaduras inadecuadas. Últimamente la CVRSO dental en niños y adolescentes está recibiendo un interés considerable por su repercusión psicosocial (Klages, 2005). Existe un cuestionario específico para evaluar el impacto psicosocial de la estética dental en adultos jóvenes y adolescentes denominado PIDAQ. El instrumento fue desarrollado en una muestra de estudiantes universitarios que se les preguntó sobre el tratamiento ortodóncico previo y luego completaron el cuestionario. Además se realizó la evaluación de la estética dental por parte de los estudiantes y un examinador utilizando el IOTN-AC y valoraron la situación de la oclusión utilizando el DAI. Se trata de un instrumento psicométrico compuesto por 23 ítems formulados tanto positiva como negativamente, divididos en un dominio positivo y tres negativos, compuesto estructuralmente por cuatro subescalas: la preocupación estética (AC; 3 ítems), el impacto psicológico (PI; 6 ítems), impacto social (SI, 8 ítems), y confianza en sí mismo según su aspecto dental (DSC; 6 ítems). Se utiliza una escala de Likert de cinco puntos, que van desde 0 (ningún impacto de la estética dental en la calidad de vida) a 4 (máximo impacto de la estética dental en la calidad de vida) para cada elemento. Las opciones de respuesta son los siguientes: 0 = nada, 1 = un poco, 2 = algo, 3 = mucho, y 4 = muchísimo (Klages y cols., 2006).