Aportaciones de Juan Martínez Baguena a la música valenciana

  1. ROCA PADILLA, RICARDO JESUS
Dirigida por:
  1. Francisco Carlos Bueno Camejo Director/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 06 de junio de 2008

Tribunal:
  1. Francisco Javier Pérez Rojas Presidente/a
  2. Román de la Calle Secretario/a
  3. Ramón Almazán Hernández Vocal
  4. Joaquín Arnau Amo Vocal
  5. Gemma Pérez Zalduondo Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 245822 DIALNET

Resumen

La evolución de Martínez Báguena como compositor corre pareja a la evolución de las distintas tendencias musicales que se daban en la sociedad valenciana. Una primera mitad de siglo marcada por las obras de salón, los cafés y el teatro lírico; una segunda mitad por las inquietudes sinfónicas y obras de contenido religioso. Sus primeras composiciones son "obras de salón": valses, mazurcas, chotis... Junto a ellas, escribe sus primeras obras nacionalistas: Suite Española y Aires Españoles; Carpió; Hesperia; y Suite en Fa, Germanor, premiada en los Juegos Florales de 1919. En la zarzuela, Martínez Báguena fue considerado el sucesor directo de Serrano y Chapí. El Rey Pepet, La de la falda de Céfiro, El Micalet de la Seu, Un beso o La enamorada del silencio, supusieron un éxito tras otro. Las criticas eran unánimes respecto de su música: facilidad melódica, claridad expositiva, primacía en el tratamiento de la voz, ritmos marcados, fácil comprensibilidad por el público... Con la decadencia del género lírico, Martínez Báguena se centrará en la música sinfónica y religiosa. En ellas alcanzará su mayor grado de madurez y perfección técnica. Prueba de ellos son Mame, En el Palau de Parcent, Airiños, Palas Nacararum o Baix lo cel blau. O religiosas tan trascendentes como Verbum Crucis y Praeclarum Calicem, en la que concisa la expresión valiéndose de técnicas compositivas de vanguardia. El tercer aspecto más destacable de Martínez Báguena es su faceta como profesor de Historia y Estética de la Sociedad Coral "El Micalet". Escribió el manual "Aesthesis". Llegó a ser el director del Instituto Musical Giner. Compondrá el himno de la Sociedad... Estéticamente, su música es fácilmente identificable por su facilidad melódica, espontaneidad, lirismo, la naturalidad de la omnipresente improvisación. Siempre fiel a la música tonal. Huye de los artificios armónicos y nuevas vanguardias compositivas. Prima la espontaneidad expresiva. Todas sus obras tuvieron su origen en una improvisación o en una construcción pianística después instrumentada. Pero siempre buscando un sentido orquestal. Y en su lenguaje lírico y de trasfondo popular y folklórico, siempre buscaba la inteligibilidad por el público.