Presencia y mecenazgo español en la Florencia mediceade Cosme I a Fernando I

  1. González Talavera, Blanca
Dirigida por:
  1. Antonio Calvo Castellón Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 14 de julio de 2011

Tribunal:
  1. Ignacio Luis Henares Cuéllar Presidente
  2. Antonio Calvo Castellón Secretario
  3. Miguel Falomir Faus Vocal
  4. Mara Visonà Vocal
  5. M. Carmen Morte García Vocal
Departamento:
  1. HISTORIA DEL ARTE

Tipo: Tesis

Resumen

La Florencia medicea del quinientos fue testigo del auge de una sólida comunidad española que, desde finales del siglo XV y durante todo el siglo XVI, adquirió y mantuvo un rango social, económico, artístico y cultural que, hasta ahora, ha pasado inadvertido para la crítica. Es así como se explica la necesidad de la investigación que presentamos como tesis doctoral. Desde finales del cuatrocientos, la política mercantil llevada a cabo por los Reyes Católicos centra su punto de mira en la capital del Arno, una ciudad estratégica no sólo por su situación geográfica privilegiada, sino por las posibilidades que, como mercado de fuerte potencial, abría al tráfico español hacia otros centros italianos. Fue entonces cuando tuvo lugar el nacimiento de la nazione spagnola (o primera comunidad de mercaderes castellanos) que eran residentes en Florencia. Desde aquí mantuvieron contacto directo y continuo no sólo con los mercaderes afincados en España (sobre todo en Castilla) sino con otras plazas europeas, lo que explica que el tráfico comercial puesto en marcha por estos españoles de Florencia es mucho más complejo de lo que hasta ahora se creía. Este es, sin duda alguna, el origen de la comunidad española de Florencia que alcanzó su máximo esplendor en la segunda mitad del quinientos, en torno a la que se desarrolla la investigación. El factor que determinó el rápido auge de esta comunidad fue la política matrimonial puesta en marcha por Carlos V que, siguiendo de cerca las directrices establecidas por sus abuelos, vio en Florencia un importantísimo enclave desde el que poder extender la hegemonía española en Italia. De este modo, el Emperador ofrecía en 1536 a su propia hija, Margarita de Austria, como legítima esposa del primer duque de Florencia, Alejandro de Médicis, hijo natural del Pontífice Clemente VII. Un gobierno, sin embargo, de escasa duración debido a la inestabilidad política que aún reinaba en Florencia, que terminó con el asesinato de Alejandro. Una fatalidad que llevó al Emperador, pocos años más tarde (1539) a elegir como esposa para el segundo duque de Florencia, Cosme I de Médicis, a la española Leonor de Toledo, hija de Don Pedro Álvarez de Toledo, Virrey de Nápoles. Fue a partir de entonces cuando el gobierno florentino adquirió una fisionomía más definida que le llevaría al denominado Principato Mediceo, un gobierno que contó con la tutela de la monarquía española en la reposición y continuidad en el poder de la familia Médicis ante los frecuentes ataques enemigos; ya fueran causados por agentes internos (los republicanos florentinos que derrocaron a los Médicis en dos ocasiones) o por agentes externos (los intereses franceses en la península itálica hasta la firma de la paz de de Cateau-Cambresis en 1559). En la política llevada a cabo por los tres primeros grandes duques de Toscana, Cosme I (1537-1574), Francisco I (1574-1587) y Fernando I (1587-1609), el principal objetivo será la configuración y consolidación de un potente estado toscano (el conocido como Gran Ducato di Toscana), un recio aparato estatal gobernado por un principado territorial dirigido por la familia Médicis y apoyado por la monarquía española que fuese capaz de resistir los complejos avatares políticos, religiosos y militares que tuvieron lugar en el panorama italiano y europeo hasta bien entrado el siglo XVII. Su finalidad fue alcanzar una nueva identidad estatal (inexistente en el siglo precedente) y mantener la independencia dentro de un contexto italiano amenazado a lo largo del siglo por la cada vez más sólida hegemonía española. La ambivalente política exterior de los grandes duques de Toscana no impidió, sin embargo, la presencia de la comunidad española en Florencia, sino todo lo contrario; facilitó su asentamiento y esplendor durante todo el quinientos y bien entrado el seiscientos. A partir del matrimonio Toledo-Médicis, las relaciones entre el Rey y la familia Álvarez de Toledo adquieren un matiz significativo ya que justifican, desde el punto de vista político-diplomático, la buena gestión en los vínculos de la comunidad española de Florencia con la Casa Médicis durante todo el quinientos. Además, la consecuencia directa de este enlace fue la llegada de un poderoso séquito de españoles que, acompañando a Leonor desde Nápoles a Florencia, fijó su residencia definitivamente en la capital toscana. Fue el caso de algunas de las familias que analizamos: los Aldana, los Ramírez de Montalvo, losSuárez de la Concha y los Ximénez de Aragón. Los miembros de la comunidad española de Florencia constituyen uno de los pilares básicos en la construcción del Principato con su presencia en las principales arterias de este nuevo estado: corte, milicia, religión, mercado y universidad. La investigación me ha permitido individualizar numerosos representantes de esta comunidad así como su función dentro de la sociedad florentina. Principalmente encontramos españoles en las nuevas clases sociales creadas por el Principato que no existían durante período republicano. Por otra parte, comprobamos que durante los primeros años del Principato (1537-1542) las fortalezas de Florencia, Pisa y Livorno están bajo las órdenes de guarniciones españolas. Estos militares participan activamente en las cuestiones de la ciudad como representantes del Emperador y muchos de ellos, tras el paso de la jurisdicción de las fortalezas al duque de Florencia, permanecerán bajo su mando organizando el nuevo ejército ducal. En lo que respecta al ámbito religioso, las gestiones de la duquesa Leonor de Toledo permitieron el asentamiento de la Compañía de Jesús en la ciudad del Arno en 1546, momento a partir del que los grandes duques dedican sus esfuerzos en favorecerla por encima de otras órdenes religiosas; cediéndole el uso de una antigua iglesia y las casas contiguas para construir, bajo los dictados de Bartolommeo Ammannati, el nuevo Collegio junto al prestigioso Palazzo Medici de Via Larga, símbolo del poder mediceo por entonces. Por otro lado, en 1562 Cosme I de Médicis funda la Orden de Caballeros de Santo Stefano, en la que serán investidos caballeros ochenta españoles residentes en Florencia hasta el final del siglo. En el ámbito académico, un español fue nombrado rector de la Universidad de Pisa (regenerada en 1543 como universidad estatal), como representante de un gran número (notablemente mayor que cualquier otra comunidad extranjera) de docentes y alumnos españoles en dicha sede universitaria, reconvertida por Cosme I de Médicis en la universidad oficial del gran ducado. En el aspecto mercantil, la colonia de mercaderes españoles a la que los documentos hace mención como la Nobilissima Nazione Spagnola, hunde sus raíces en las postrimerías del cuatrocientos y alcanza su máximo esplendor en el último tercio del quinientos. Profundizar sobre los miembros de esta comunidad mercantil ha sido uno de los grandes retos de la investigación; es, sin duda, uno de los aspectos menos analizados y, sin embargo, más atractivos. Los puestos más destacados de la comunidad española en Florencia los ocupan aquellos que desempeñan cargos relevantes en la corte medicea. Consecuencia de esta nueva situación política tendente al absolutismo, son los grandes cortesanos que constituirán la nueva clase dirigente de Florencia, siendo gran parte de ellos españoles. Si los miembros de la oligarquía patricia son los principales mecenas de Florencia durante el cuatrocientos, en el quinientos fueron los grandes cortesanos del nuevo régimen absolutista la nueva clase dirigente protagonista en el ámbito político, social, y, también, en el campo artístico como mecenas de las artes. Es así como la presencia española en las principales arterias del estado florentino (corte, milicia, religión, mercado y universidad) justifica la favorable situación económica de esta comunidad, permitiéndole alcanzar un elevado prestigio en la sociedad florentina del quinientos; convirtiéndola además en una de las principales mecenas de la Florencia medicea. Por entonces, la ciudad del Arno disfrutaba de uno de los momentos más brillantes dentro del panorama pictórico italiano. Del más puro Manierismo, con Rosso, Pontormo, Bronzino y Carlo Portelli, la paleta florentina se tornó más decorosa tras los dictados de Trento, un acontecimiento que marcará un antes y un después en la pintura; dando inicio, a partir de 1563, a la reforma florentina de mano de Santi di Tito, al que seguirán de cerca Bernardino Poccetti, Alessandro Allori, Alessandro Fei y Giovan Maria Butteri. Un panorama que despide el quinientos con nuevos aires romanos introducidos, entre otros, por Cigoli que renueva la pintura florentina adelantándola al espíritu barroco. Los miembros de la comunidad española de Florencia comisionaron importantes obras de arte a estos artistas (entre otros) en los principales edificios religiosos y civiles de la ciudad. De este modo, he circunscrito la investigación al análisis de las capillas gentilicias de las principales familias españolas en las iglesias y monasterios florentinos, que nos permitirá conocer en profundidad el mecenazgo español en la Florencia de la segunda mitad del quinientos.