Hábitos, estilo de vida y nivel nutricional de la población universitaria del campus de Melilla. Factores condicionantes y riesgos en salud

Abstract

RESUMEN Base de datos de tesis doctorales (TESEO) En España, el colectivo universitario suele estar formado mayoritariamente por personas jóvenes. Ello determina que, a menudo, no sea considerado como un colectivo de riesgo biológico y social. Si bien, numerosos estudios españoles y europeos muestran que la población universitaria, con frecuencia presenta hábitos alimentarios inadecuados y una tendencia cada vez mayor hacia el sedentarismo. A priori, cabría pensar que la etapa universitaria representa un período de adquisición de conocimientos y refuerzo de los adquiridos en etapas anteriores, todo ello relacionado con hábitos saludables y estilo de vida. Sin embargo, se observa que los universitarios presentan una elevada prevalencia de factores de riesgo cardiovascular, con una incidencia de sobrepeso/obesidad del 32.7%, una elevación de los niveles séricos de colesterol del 22.6% y una tasa de hipertensión del 6.5%, agravado todo ello con un 37.2% de sedentarismo, siendo éste más prevalente entre universitarias que entre universitarios. Por otro lado, el ingreso en la universidad coincide, para gran parte de los estudiantes, con el inicio de la independencia. El abandono del domicilio familiar los convierte por primera vez en responsables de su autocuidado y por tanto, de su alimentación. Esta circunstancia condicionará en muchos casos el abandono de los hábitos alimentarios y estilos de vida familiares. Por todo ello, los universitarios suelen presentar un patrón de alimentación caracterizado por la omisión de tomas de alimento a lo largo del día, realizando en muchos casos únicamente tres tomas de alimento diarias, unido a un consumo excesivo de carnes rojas, bollería y dulces, así como defecto en el consumo de alimentos pertenecientes a la base de la pirámide alimentaria, como son frutas, verduras, cereales, leche y hortalizas. Paralelamente, los universitarios disminuyen las horas que dedican a practicar ejercicio físico, incrementando las horas de inactividad ya que deben pasar largos períodos de tiempo sentados en aulas o dedicados al estudio. Ante esta situación, se observa que la etapa universitaria representa un período de especial vulnerabilidad a la hora de asumir y conformar hábitos de vida saludables. En este sentido, resulta necesario analizar los hábitos, estilos de vida y nivel nutricional de la población de estudiantes de la Universidad de Granada en el Campus de Melilla. Su edad, en la mayoría de casos temprana, unido a todos los factores anteriormente descritos, determinan la necesidad de profundizar, no sólo en sus hábitos y estilos de vida, sino también, en los factores que condicionarán y pondrán en potencial riesgo su salud. La exclusión sistemática del alumnado del Campus de Melilla de los estudios nacionales e internacionales cuyo objetivo es el análisis de hábitos saludables, hace que la pertinencia de esta tesis sea máxima, ya que proporcionará información hasta el momento desconocida sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los estudiantes de la Universidad de Granada en el Campus de Melilla. El objetivo planteado es conocer el estilo de vida y hábitos alimentarios así como la evolución de los mismos entre la población universitaria del Campus de la Universidad de Granada en Melilla, teniendo en cuenta diferentes factores como son el tipo de residencia durante el curso, tipo de formación académica que cursa el estudiante, así como el grupo identitario o cultural con el que se autoidentifican. Tras el desarrollo de esta investigación, se concluyó que el alumnado del Campus de Melilla presenta una prevalencia de normopeso del 66.9%, de sobrepeso del 22.6% y 3.1% de obesidad. Experimentan un incremento de los valores medios de peso corporal, IMC, masa grasa, edad metabólica y masa magra, conforme avanzan sus estudios. La mineralización ósea no sufre cambios significativos y experimentan un incremento en el consumo de alimentos como carnes rojas, bollería, zumos artificiales y una merma en el consumo de pescados, zumos naturales y número de tomas de alimentos diarias.