La Santa escuela de cristo. Una peculiar institución del barroco hispano

  1. LABARGA GARCIA, FERMIN
Zuzendaria:
  1. Jesús María Usunáriz Garayoa Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Navarra

Fecha de defensa: 2012(e)ko martxoa-(a)k 14

Epaimahaia:
  1. Agustín González Enciso Presidentea
  2. Ricardo Fernández Gracia Idazkaria
  3. José Carlos Vizuete Mendoza Kidea
  4. Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz Kidea
  5. Marion Reder Gadow Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 113996 DIALNET

Laburpena

La tesis se centra en el estudio histórico de una institución denominada ¿Santa Escuela de Cristo¿, fundada el 26 de febrero de 1653 por el oratoriano siciliano don Juan Bautista Ferruzzo en el Hospital de los Italianos de Madrid. El objetivo que pretendía esta institución era ¿el aprovechamiento espiritual y aspirar en todo al cumplimiento de la voluntad de Dios, de sus preceptos y consejos, caminando a la perfección cada uno, según su estado, y las obligaciones de él¿. Desde sus mismos inicios experimentó una gran difusión, debida a sus propios hermanos, muchos de los cuales detentaban altos puestos en la administración civil y eclesiástica. Entre estos deben mencionarse al marqués de Aytona y al obispo don Juan de Palafox y Mendoza, que fue el encargado de la redacción de las constituciones definitivas, aprobadas más adelante por los papas Alejandro VII y Clemente IX. La Santa Escuela de Cristo se erigió en más de cuatrocientas localidades de España, así como en Marsella y Roma (donde estuvo bajo la dirección de Miguel de Molinos, quien la puso bajo sospecha de haberse convertido en un foco de quietismo), al igual que en otros muchos lugares de la América española. Sin embargo, no ha sido una institución bien conocida, entre otros motivos por su pretendida discreción que animaba a no darse a conocer sino a quienes estuvieran interesados en formar parte de ella, así como por su decidida prohibición de organizar actos externos. La Santa Escuela de Cristo no era una cofradía más sino una verdadera Escuela donde ejercitarse en la virtud tomando como modelo al mismo Cristo, el único Maestro. Perseguía, por tanto, la conformación de un nuevo cristiano ejemplar y de un ciudadano modélico; y en este sentido su desarrollo puede inscribirse dentro del proceso de confesionalización que se daba en toda Europa. En cierto modo, el modelo de discípulo que proponía la Santa Escuela suponía una evidente muestra de modernidad, de avance en la concepción del compromiso de fe personal, vivido con responsabilidad, y llamado a transformar la sociedad. Tras sufrir diversos avatares, a lo largo del siglo XIX la institución entró en una profunda crisis que trajo consigo la desaparición de la inmensa mayoría de las Escuelas, si bien experimentó un cierto resurgimiento con motivo de su III Centenario en 1953.