Estudio del neurodesarrollo hasta los 4 años de edad de una poblacion de niños cuyas madres han sido suplementadas con DHA durante la segunda mitad de la gestación
- Ramos Díaz, Rosa María
- Miguel Pérez García Zuzendaria
- Cristina Campoy Folgoso Zuzendarikidea
- Francisco Cruz Quintana Zuzendarikidea
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 2009(e)ko uztaila-(a)k 17
- Nicolás Olea Serrano Presidentea
- María Nieves Pérez Marfil Idazkaria
- Nieves Valencia Naranjo Kidea
- Mª Carmen Torres Bares Kidea
- María Pilar Salguero Alcañiz Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Estudios de intervención han relacionado una nutrición materna adecuada de DHA durante el embarazo y lactancia con un mayor desarrollo cognitivo, neuromotor y visual del hijo. Además una nutrición materna adecuada de DHA conlleva a su vez una mayor transferencia de DHA al hijo antes y después del nacimiento, que se asocia con una mejor función cognitiva, motora y visual. Estudios con animales han mostrado que una deficiencia de DHA en cerebro en desarrollo se asocia con un déficit en la neurogénesis, en el metabolismo de los neurotransmisores y alteraciones en el aprendizaje y la función visual. En humanos estudios epidemiológicos se ha mostrado una relación entre niveles bajos de DHA materno en el parto y un desarrollo neurológico pobre. El objetivo global de la tesis ha sido el de: Describir y estudiar el neurodesarrollo hasta los 4 años de niños sanos españoles, nacidos a término cuyas madres fueron suplementadas con DHA durante la segunda mitad de gestación. Los tres objetivos principales que se derivan del objetivo global de la tesis han sido: 1. Describir la evolución del neurodesarrollo de niños sanos desde el 6º al 20º mes de vida. 2. Estudiar el efecto a largo plazo del estado nutricional materno de DHA y ácido araquidónico (AA) en el momento del parto y en el neonato sobre el desarrollo psicomotor y mental de los niños a los 6 y 20 meses de edad. 3. Evaluar el desarrollo neuromotor a los 4 años de niños cuyas madres fueron suplementadas con DHA durante la segunda mitad del embarazo y estudiar posibles predictores del desarrollo neuromotor actual a los 4 años. Metodología: La evaluación del neurodesarrollo de los participantes en el presente trabajo de tesis doctoral se realizó a los 6 y 20 meses de vida mediante las Escalas Bayley de Desarrollo Infantil (BSID) y mediante la evaluación neuromotora de Hempel a los 4 años de vida. La evaluación del desarrollo somático se realizó a los 6 y 20 meses de vida evaluando las variables antropométricas de peso (Pesa bebés y Balanza SECA), talla (Infantómetro y Estadiómetro de Harpenden) y perímetro cefálico (cinta métrica flexible no extensible). Los ácidos grasos de la madre durante el embarazo se midieron en plasma materno en la semana 20, 30 y 40 de gestación. Los ácidos grasos del recién nacidos se midieron en sangre de cordón umbilical mediante la técnica de Cromatografía de Gases. Las cinco conclusiones generales de la tesis han sido: 1) El estado del neurodesarrollo de los niños evaluado a los 6 y 20 meses y a los 4 años se encuentra dentro de la normalidad. Con respecto al desarrollo mental o cognitivo y el desarrollo psicomotor evaluado con las EBDI a los 6 y 20 meses hay que comentar que aunque los niños tenían un buen desarrollo mental y psicomotor en ambas edades el desarrollo psicomotor era superior al mental tanto a los 6 como a los 20 meses. Este resultado está en la línea de estudios que afirman que el desarrollo psicomotor constituye la base de todo aprendizaje y de las capacidades intelectuales posteriores del niño y de aquellos que sugieren que algunas habilidades motoras pueden ser un prerrequisito para la adquisición y maduración de otras habilidades cognitivas. Con respecto al desarrollo neuromotor evaluado con el test de Hempel a los 4 años hay que comentar que el 96,3% de los niños fueron clasificados como normales desde un punto de vista neurológico. 2) El desarrollo somatométrico a los 6 y 20 meses de edad (peso, talla y perímetro cefálico) no predice el desarrollo mental y psicomotor a los 20 meses ni el desarrollo neuromotor a los 4 años de edad. 3) El desarrollo psicomotor a los 6 meses es predictor del desarrollo mental a los 20 meses. Así podemos afirmar que un buen desarrollo psicomotor es un factor protector en el establecimiento de las funciones superiores al favorecer el aprendizaje, la exploración por medio del movimiento, además de un buen tono de conexión emocional y comunicativo. Se hace muy importante vigilar y valorar el desarrollo psicomotor del niño en los primeros años de edad para comprobar que se está produciendo dentro de los límites de la normalidad y prevenir posibles retrasos cognitivos posteriores, al ser frecuentemente dichos problemas o retrasos en el desarrollo psicomotor el primer indicador de que puede existir un retraso o discapacidad más general. 4) Los niños que habían mejorado en 1 ó 2 desviaciones estándar en las puntuaciones del IDP (grupos M1DE y M2DE) tenían madres con concentraciones más altas de DHA en el momento del parto y los niños que habían mejorado 2 desviaciones estándar en las puntuaciones del IDP (grupo M2DE) tenían madres que presentaban concentraciones más altas de DGLA en el momento del parto. Se ha sugerido que el estado nutricional de AGPI-CL (en especial de DHA y AA) parece estar más relacionado con el desarrollo neuromotor que con el desarrollo cognitivo ya que se ha encontrado que los AGPI-CL se incorporan preferentemente en partes del cerebro implicadas en la integración sensoriomotora. 5) El desarrollo psicomotor y mental a los 6 y 20 meses se relaciona con el desarrollo motor grueso a los 4 años. Nuestros resultados sugieren la existencia de una relación entre el desarrollo motor temprano y el desarrollo motor en edades posteriores y ponen de manifiesto la interrelación del desarrollo cognitivo y el motor. Pudiéndose afirmar que el desarrollo cognitivo depende de las habilidades motoras que el niño adquiere y del mismo modo el desarrollo motor depende de las habilidades intelectuales adquiridas.