El desgaste profesional y la inteligencia emocional en la acción profesoral

Resumen

Desde la aparición del término burnout o síndrome de desgaste profesional y su posterior popularización a partir de los años 90, la presencia de este síndrome en la sociedad ha aumentado de manera considerable. El burnout afecta a todas las profesiones, aunque son los profesionales dedicados a la atención al público, como por ejemplo los profesores, quienes más riesgo tienen de padecerlo. La docencia requiere una formación que actualmente no parece dotar al profesorado de los recursos necesarios para conseguir los objetivos, competencias y enseñanza de calidad que se impone en la normativa vigente. A esto hay que añadir que el profesor se enfrenta en el centro a problemas que distan de lo académico, lo que conlleva un desgaste profesional que tiene relevantes consecuencias personales, económicas y educativas para el individuo y la sociedad. En este sentido, se plantea la importancia de una adecuada formación de los docentes en inteligencia emocional, concepto que en las últimas décadas ha alcanzado también gran relevancia en la investigación y que tiene como antecedentes el estudio de las emociones y la teoría de las inteligencias múltiples. Se hace hincapié en esta formación ya que permite un control de los sentimientos y una capacidad de comprensión que puede permitir superar a los docentes los problemas que surgen en sus centros de trabajo y actuar, además, como método preventivo y paliativo para el síndrome de desgaste profesional. El propósito del presente trabajo es, por un lado, conocer los factores determinantes de la aparición del síndrome de desgaste profesional entre los docentes de Educación Secundaria de Ceuta y, por otro, analizar el papel de la inteligencia emocional y su relación con dicho síndrome. Para ello se ha hecho uso de la estadística descriptiva e inferencial, así como de técnicas multivariantes. Los resultados obtenidos revelan las variables que más indicen en la aparición del síndrome de desgaste profesional, encontrando que los años de experiencia docente, la situación laboral y la relación con el equipo directivo y los compañeros son las más influyentes. Además, se pone de manifiesto la relación existente entre la inteligencia emocional y el desgaste profesional, contribuyendo un mayor desarrollo de las habilidades emocionales a padecer menos el síndrome, gracias al estado emocional de los docentes y a los recursos que les permiten controlar los estresores continuos a los que están expuestos.