La conferencia de Madrid de 1934, sobre arquitectura y acondicionamiento de museos de arte
- García Bascón, Antonio José
- Ignacio Luis Henares Cuéllar Director
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 12 de septiembre de 2017
- Rafael Jesús López-Guzmán Guzmán Presidente
- María Luisa Bellido Gant Secretaria
- Miguel Angel León Coloma Vocal
- Fernando Martín Martín Vocal
- Catalina Cantarellas Camps Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En 1934 se celebró en Madrid, organizada por la Oficina Internacional de Museos, órgano del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual dependiente de la Sociedad de Naciones, una Conferencia de expertos con objeto de elaborar un tratado de Museografía sobre Arquitectura y acondicionamiento de Museos de Arte. El lugar que acogió el encuentro fue la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Dicho encuentro concentró en Madrid a setenta expertos de varias nacionalidades; conservadores de museos, arquitectos y funcionarios internacionales. Especialistas cualificados que sometieron a debate una veintena de ponencias encargadas por el Comité de dirección de la Oficina Internacional de Museos a otros tantos expertos de varios países. En paralelo se organizó una exposición de materiales, seleccionados por Francisco Javier Sánchez Cantón, para mostrar gráficamente las innovaciones o propuestas que museos europeos y americanos habían operado en sus instalaciones o presentaciones. También se mostraron imágenes de nuevos museos, recién construidos y en construcción. La cita, promovida por Ricardo de Orueta, director general de Bellas Artes del gobierno de la República Española, y por Francisco Javier Sánchez Cantón, miembro del Comité de dirección de la Oficina Internacional de Museos, fue aplazada, durante su programación, en dos ocasiones y sufrió un tercer aplazamiento, obligado al producirse en España una crisis social y política de enorme calado conocida como la Revolución de Asturias, junto a la proclamación del Estado Catalán por las autoridades de la Generalitat. En un clima de inquietud por los acontecimientos acaecidos, los participantes en el encuentro debatieron sobre aspectos prácticos vinculados a una nueva ciencia: la museografía, en una recapitulación necesaria de saberes en la que venía trabajando, desde su creación en 1926, la Oficina Internacional de Museos. No puede entenderse la influencia de la Conferencia de Madrid si no se atiende al desarrollo, en el marco de la Exposición Internacional de París de 1937, de una exposición de Museografía más ambiciosa y a la celebración de un congreso de conservadores de museos franceses que vendría a sancionar, con más o menos fortuna, lo asumido en la capital de España. Exposición de museografía desarrollada en un edificio que debería devenir paradigma de las nuevas propuestas arquitectónicas y museográficas planteadas en Madrid, y que no sólo fue cuestionado por el movimiento moderno, sino que resultó, por motivos de ejecución, un edificio fallido en su uso futuro. El principal objetivo de la tesis ha sido profundizar en el conocimiento del encuentro científico, la metodología empleada en su preparación, las vicisitudes de los ponentes en la confección de las comunicaciones y el desarrollo de las sesiones de trabajo. Así como abundar en la significación de un término, museografía, que comenzará a usarse en una más concreta definición al extenderse el conocimiento de la publicación fruto de los debates de la Conferencia. Otro objetivo era analizar el papel de las instituciones museísticas españolas y su grado de implicación en la Conferencia, con especial incidencia en el protagonismo del Museo del Prado y el funcionamiento de la administración republicana. El grueso de los postulados, generalmente aceptados en la Conferencia de Madrid, tendrían una vida breve en la consideración del diseño de edificios y de la exhibición de obras de arte. Aun así perdurarán en el tiempo varias recomendaciones: el establecimiento de un programa de usos en los edificios dedicados a museo; la consolidación de la presentación neutra y espaciada de las obras de arte, y el nuevo papel otorgado al público como beneficiario principal de la institución museística. En el futuro, se avanzará en un modelo funcional de museo, que en lo formal empieza a mirarse con ilusión en la fresca arquitectura del movimiento moderno y en las nuevas formas, trasplantadas a Estados Unidos por la diáspora arquitectónica europea, y en las soluciones museográficas avanzadas por los italianos en la postguerra.