Lectura arqueológica de los espacios públicos y privados en la arquitectura residencial de la huerta alicantina en el siglo XIX
- Riquelme Quiñonero, María Teresa
- Carolina Doménech Belda Director/a
Universitat de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 05 de de febrer de 2016
- Rosa Ballester Añón President/a
- María Elena Díez Jorge Secretària
- Rosa Ana Gutiérrez Lloret Vocal
Tipus: Tesi
Resum
A lo largo del siglo XIX, observamos cómo la burguesía alicantina desarrolla nuevas maneras de sociabilización en su tiempo de ocio; por ello, es necesario el estudio tanto de las actividades desarrolladas como de los lugares concurridos por esta clase social en la capital. Entre todas las actividades, destaca una: los desplazamientos fuera del domicilio habitual a las residencias situadas en la huerta alicantina. Éstos tienen una motivación extraeconómica que obedece a la búsqueda de unas condiciones climáticas favorables y de relación social en las diferentes villas de la tradicional huerta. Ello sugiere que la vida social de la capital se traslada a la mencionada huerta donde se organizan tertulias, recepciones, fiestas así como algún espectáculo musical y teatral. Por tanto, en esta centuria se consolida un proceso que hunde sus raíces en la anterior; éste consiste en la compra de las mejores fincas y tierras de cultivo de la huerta alicantina por parte de la oligarquía local. En este sentido, es primordial el estudio de estas viviendas residenciales ya que se convierten en una importante forma de representación y ostentación de este grupo social. En el espacio que comprende los actuales términos municipales de Alicante, El Campello, Mutxamel y Sant Joan d’Alacant, se construyen una serie de casas con torre central; unas construcciones neoclásicas caracterizadas por sus edificios exentos en los que se valora su volumetría y se observa una fuerte influencia palladiana; otras de tipo suizo con sus característicos tejados pronunciados a dos aguas; y aquellas que se construyen a finales del siglo XIX y principios del XX como los hotelitos burgueses y las encuadradas dentro del historicismo y el modernismo. Junto a todas ellas, existen las denominadas construcciones de transición que sufrieron importantes reformas durante esta centuria. Además, se produce una importante transformación en la distribución de los espacios interiores con respecto a los siglos anteriores ya que reflejan un cambio de mentalidad sobre el concepto de familia y del papel que la mujer ocupa dentro de la misma; y, en la decoración de los mismos con el fin de lograr un alto grado de confortabilidad de las viviendas pertenecientes a una clase social que domina la ciudad y desea vivir momentos de sosiego en el campo; actitud vigente hoy en día pero con un matiz diferente ya que es más accesible al resto de la población. Este estudio plantea, finalmente, la cuestión sobre el valor de este patrimonio para la sociedad actual. Conscientes que no todas las construcciones pueden perdurar a lo largo de los siglos debido a los diferentes cambios que se producen en la sociedad, es necesario valorar objetivamente cuáles de estas edificaciones resultan representativas del conjunto. Del amplio patrimonio construido que encontramos en la huerta de Alicante, observamos cómo, en la mayoría de los casos, la protección es meramente nominal, ya que, en la práctica, el hecho de que un bien esté protegido por la legislación actual no evita su progresiva degradación. Resulta llamativo cómo las casas estudiadas, catalogadas desde la década de los años 80 del siglo pasado, han sufrido un abandono por parte tanto de sus propietarios como de las instituciones. Los casos de Rumelia, Vignau, Villa Filipinas, Villa Flora, Villa Amparo, Vasallo, O’Gorman, La Dominica, Villa Ito, Clavería, Cotella y La Cruz, así como las numerosas agresiones producidas en los últimos meses en Palmeretes, son significativas en ese sentido. Junto a ello, asistimos a una restructuración del paisaje físico y cultural importante, debido a las transformaciones de infraestructura de regadíos originadas por la aparición de nuevas tecnologías hacia finales del siglo XIX y también en las últimas décadas del siglo XX. Ello ha provocado un cambio en el paisaje que afecta de una manera directa a las arquitecturas estudiadas, forzando la aparición de otras que, o bien no existían o tenían unos límites físicos determinados. Por ello, se debería plantear una gestión del patrimonio desde una amplia perspectiva ya que estas construcciones son parte de nuestro devenir histórico y parte de nuestra historia. En este punto creemos que es tan importante explicar a la sociedad su pasado como hacerles entender su presente con el objetivo de que se valoren unas arquitecturas propias de la huerta para que se puedan conservar adecuadamente. Todo este esfuerzo de puesta en valor del mencionado patrimonio implica un trabajo común. Por un lado, debe desarrollarse una gestión municipal adecuada centrada en la planificación de una serie de actividades prolongadas en el tiempo en torno a estas edificaciones y su entorno; y por otro lado, han de elaborarse diferentes estrategias que ayuden a los propietarios a la conservación de estas fincas.