Miguel Hernández y el arte nuevo

Resumen

MIGUEL HERNÁNDEZ Y EL ARTE NUEVO Miguel Hernández irrumpe en el mundo conducido por la cultura libresca y el fracaso a que se ve abocada su ópera prima le obliga a replantearse su visión estética en el seno de los nuevos artistas plásticos (Escuela de Vallecas). Esa reinvención artística la lleva a cabo por medio de tres procedimientos constructivos: el de formalización o proyección del yo en el enunciado a través de presencias aladas, el de modalización o caracterización del discurso en el que el fenómeno musical juega un papel relevante y el de simbolización, donde sujeto y objeto del enunciado concurren en el plano poético dando lugar al arquetipo de la construcción artística o mito de la creación. Pero su preocupación por los procedimientos constructivos no es ninguna novedad en la producción hernandiana, sino que arranca con su primer libro y se convierte casi en una obsesión hasta conseguir el reconocimiento artístico en 1936. En esta investigación partiendo del carácter orgánico del arte nuevo como concepto, he intentado poner de relieve esa constante inquietud que afecta no sólo a su concepto de poesía, sino también a las transformaciones habidas en su visión telúrica del universo en contacto con los vallecanos así como la influencia ejercida por los debates literarios suscitados en los años veinte. El mundo de los pájaros, el flamenco y el toro son los ejes que guían la poética hernandiana y trasladan la arquitectura cristológica a la pagana hasta convertir el "canto de agua"en "canto de piedra", la tauromaquia en tauroctonía y al pájaro como mediador de procesos intelectivos en ángel negro. Tres elementos que nos explican el sentido de su poesía hasta El rayo que no cesa y que contribuyen a la inserción de Miguel Hernández en el proceso histórico de la humanidad no sólo como hombre, sino también como artista.