Sombras de justicia. Consecuencias políticas de una concepción naciente del ser

  1. martineau, jonathan
Dirigida por:
  1. Luis Sáez Rueda Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 27 de enero de 2014

Tribunal:
  1. Juan Francisco García Casanova Presidente
  2. José Antonio Pérez Tapias Secretario
  3. Cornelio Águila Soto Vocal
  4. Cristina Rodríguez Marciel Vocal
  5. Marina Garcés Mascareñas Vocal
Departamento:
  1. FILOSOFÍA II

Tipo: Tesis

Resumen

Sombras de justicia. Consecuencias políticas de una concepción naciente del ser Director: Luís Sáez Rueda Autor: Jonathan Martineau Esta tesis es una meditación acerca del concepto de justicia en el siglo XXI. Se divide en dos partes: en la primera parte se analiza el origen social del derecho y en la segunda parte se estudia el origen asocial de la justicia. 1. Los escombros de la razón La primera parte de la investigación, ocupando un tercio del volumen global de la tesis, lanza una mirada crítica a las concepciones contemporáneas de la justicia. La pregunta al origen de la investigación reza así: ¿cómo ha sido posible que los derechos humanos hayan acabado en el siglo XXI por justificar invasiones de países, extensión de los parques carcelarios, mundialización de injusticias económicas, destrucción del medio ambiente global, etc? ¿Qué hubo en las luchas para la emancipación para que sus frutos tengan, por momentos, sabores amargos? ¿Dónde está el fallo en la mente del legislador abstracto detrás de la Declaración universal de derechos humanos para que los conceptos promovidos en esta declaración estén hoy en día íntimamente involucrados en las miserias y las injusticias presentes en el mundo? Abrimos nuestra investigación cuestionando la relación entre justicia y derecho. Culturalmente, se ha creído que el derecho, en nombre de la justicia, acabaría con la violencia. Con un texto de Walter Benjamin, Para una crítica de la violencia, ponemos esta creencia radicalmente en duda. La hipótesis de un derecho materializando la justicia descansa sobre una concepción idílica de la razón humana. Con Horkheimer y Adorno, desde el contexto de las dos guerras mundiales, se estudia la dialéctica de la ilustración y la implicación de la razón en el desarrollo de la injusticia. A la extensión de la razón le corresponde la ampliación del dominio, a la universalización de los derechos va unida la mundialización de su sombra. Este juego de sombras, de aporías entre derecho y justicia lo estudiamos detenidamente junto a Jacques Derrida, poniendo de relieve el papel central de la ficción en la justicia hecha derecho. Para profundizar nuestra investigación a partir del punto donde asumimos que, como escribieron Horkheimer y Adorno, ¿la justicia perece en el derecho¿, iniciamos una larga discusión con Alain Badiou y su concepción de una justicia vacía y libre de ficciones. El derecho siempre es positivo, presente, real y ficticio a la vez, y la justicia parece estar tributaria de una apertura, de un vacío, de una ausencia. Con Badiou dejamos atrás distintas concepciones de la filosofía política para afirmar que el pensamiento, si tiene que ver con la justicia, debe inscribirse en cuerpos inmersos en lo real de las situaciones. La justicia entonces no viene corregir, arreglar, compensar, asustar ni castigar sino que se debe a una llamada del acontecimiento, a una fidelidad de los cuerpos hacia las verdades que modifican su trayectoria. Para finalizar esta primera parte, leyendo entre otros a Jean-Luc Nancy, nos preguntamos acerca de la comunidad de los cuerpos, acerca del nosotros necesariamente implicado en la noción de justicia. El fallo en la mente del legislador de los derechos humanos ha sido la concepción de un espacio estático ajeno a los individuos que en él transitan. Se ha concebido un receptáculo, políticamente gestionado y organizado, dentro del cual libremente evolucionan los cuerpos individuales. La total libertad de los individuos choca con la organización total del espacio. Concluyendo nuestro análisis del origen social del derecho, emitimos la hipótesis de que el espacio se abre junto con la vida que lo anima. Vida y norma brotan juntas. Nosotros somos el espacio y este espacio nace. ¿Cómo sería la justicia si se tomase está hipótesis como base? 2. El altar al nacimiento La segunda parte de nuestra investigación, que ocupa los dos tercios del trabajo, contempla las consecuencias políticas de una concepción naciente del ser. En un primer momento, se detalla esta concepción ontológica de un ser naciente. En un segundo momento, se estudia la política que podría inscribirse en continuidad con una ontología natalicia. En un tercer momento, se contemplan varias modalidades éticas que integran en sus prácticas nociones propias de un pensamiento natalicio. Para presentar nuestro estudio ontológico, realizamos un estudio de la obra de Peter Sloterdijk, especialmente centrado en su esferología. Sus teorías acerca de un espacio plural autógeno nos permiten presentar lo que llamamos fractalogía, una exploración de una ontología que parte del con como base de lo real y que deja un lugar central a la ruptura. A partir de esta ontología podemos inferir unas políticas. Hemos elaborado una sacrificología para recoger una serie de estudios políticos que, en su conjunto, permiten entrever la posibilidad y la necesidad de una concepción naciente del ser. Estudiamos en primer lugar el cuerpo y el discurso dual vida / muerte que desencadena la sujeción en las sociedades contemporáneas. Desde el prisma del nihilismo, hacemos una lectura de la sociedad contemporánea identificando los procesos de sacrificio en obra. El íntimo nexo entre lenguaje y sacrificio nos invita a estudiar lo que Pascal Quignard llamó significio. La ordenación del lenguaje a la fuerza del nacimiento nos permite presentar al final de la sacrificología una concepción creativa del sacrificio. La última parte de la investigación contempla distintas prácticas que parten de una concepción naciente del ser, permitiendo una vivencia del origen asocial de la justicia. Son sólo ventanas donde lanzamos una mirada furtiva. La primera ventana consiste en una erótica del pensamiento, donde analizamos la sexualidad desde el pensamiento francés de la diferencia hasta las prácticas del tantrismo tibetano. La segunda ventana se detiene en lo que Sloterdijk llamó una ginecología filosófica. Presentamos a grandes rasgos pensamientos que facilitan el parir y el nacer en distintos sentidos. La última ventana se abre sobre el mundo de la danza. Se toma la metáfora que acerca el pensamiento a la danza al pie de la letra y se estudia cómo, a partir de la improvisación, la experiencia de un espacio natalicio se hace palpable y táctil. Breves estudios de la danza contact-improvisación y de la danza butoh apoyan esta ética natalicia. El pensamiento que se propone investigar en el nacimiento necesariamente se transforma en praxis.