Dependencia funcional a corto, medio y largo plazo tas una fractura de caderafactores asociados
- José Juan Jiménez Moleón Director
- Morten Tange Kristensen Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 10 de enero de 2014
- Aurora Bueno Cavanillas Presidenta
- Francisco Javier Gómez Jiménez Secretario
- Abdul Rashid Qureshi Vocal
- Vicente Martín Sánchez Vocal
- Enrique Raya Álvarez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Hip fracture in the elderly: outcomes and associated factors La fractura de cadera es un importante problema de salud pública entre la población anciana debido a su alta incidencia, y a los costes funcionales y sociales de esta patología. La pérdida de funcionalidad y la alta probabilidad de morir incluso un año después de la fractura de cadera, muestran la necesidad de nuevas estrategias de tratamiento para estos pacientes. El objetivo general de esta tesis, que incluye tres artículos (uno publicado y dos bajo revisión) y 275 pacientes, fue determinar los resultados funcionales, la mortalidad, y los factores relacionados con esa funcionalidad y mortalidad a lo largo del año posterior a la intervención quirúrgica de la fractura de cadera. Se llevó a cabo un estudio de cohortes prospectivo entre febrero de 2009 y enero de 2010 en el Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Complejo Hospitalario de Jaén. Los 275 pacientes incluidos consecutivamente cumplieron los siguientes criterios de inclusión: 1) Tener 65 años o más; 2) Recibir intervención quirúrgica para resolver la fractura de cadera; 3) Sobrevivir las primeras 24 horas posteriores a la intervención quirúrgica; 4) No padecer alguna enfermedad terminal; 5) Llevar un mínimo de 6 meses viviendo en Jaén; 6) Aceptar la participación en el estudio y firmar el consentimiento informado. Los pacientes y/o sus familiares fueron entrevistados durante su estancia hospitalaria en la semana posterior a la intervención quirúrgica (primera entrevista), al mes de la intervención (segunda entrevista) y a los tres meses (tercera entrevista) coincidiendo con las revisiones en el Servicio de Traumatología, y al año de la intervención quirúrgica (esta última entrevista se hizo por teléfono). Las principales variables de resultado fueron el nivel de funcionalidad (medido a través de la Medida de la Independencia Funcional) y la mortalidad. Los datos sociodemográficos, datos clínicos y variables relacionadas con el tratamiento fueron recogidos de la historia clínica de los pacientes y de las entrevistas. En los pacientes que presentaron deterioro cognitivo, el familiar más cercano o cuidador principal firmó el consentimiento firmado. Este estudio fue aprobado por el comité ético del Complejo Hospitalario de Jaén. Encontramos que solamente 25 pacientes (11.5%) recuperaron la misma puntuación de la Medida de la Independencia Funcional (FIM) que tenían previa a la fractura de cadera. Además, la mayoría de los pacientes no recuperaron el nivel de funcionalidad previo en las diferentes Actividades de la Vida Diaria (AVD) y el tiempo de recuperación de dichas actividades fue diferente para cada una de ellas. La recuperación principal de la funcionalidad tuvo lugar principalmente durante los tres primeros meses posteriores a la intervención quirúrgica, para los pacientes a los que se les permitió un apoyo precoz sobre el miembro afectado. Mientras que para los pacientes a los que no se les permitió el apoyo precoz, la recuperación funcional tuvo lugar a lo largo de todo el año posterior a la intervención quirúrgica. Las actividades que se vieron más afectadas por la pérdida de funcionalidad al año de la fractura de cadera fueron: el vestido de la parte inferior del cuerpo, el baño, la transferencia a la bañera o ducha y el subir y bajar escaleras. Un número importante de pacientes tuvo que cambiar su lugar de residencia durante el año posterior a la operación. Los pacientes que más se vieron afectados fueron aquellos que vivían solos antes de sufrir la fractura de cadera. Los pacientes a los que no se les permitió el apoyo sobre el miembro afecto durante un tiempo de 2 a 4 semanas tras la intervención quirúrgica tuvieron una significativa disminución en su nivel de funcionalidad al año de la operación, comparados con aquellos pacientes a los que se les permitió un apoyo precoz del miembro afecto. El resto de variantes asociadas significativamente con la pérdida de funcionalidad fueron: un bajo nivel de funcionalidad previo a la fractura, deterioro cognitivo, la edad y el presentar una fractura intracapsular. La mortalidad al año de la intervención quirúrgica fue del 21% de los casos, y los principales factores asociados a esta mortalidad fueron: el género masculino, el deterioro cognitivo, una mayor puntuación en el índice de Charlson, el apoyo tardío sobre el miembro afecto y el cambio de residencia. Estos resultados sugieren que el tratamiento recibido por estos pacientes no fue el mejor, y algunas propuestas de mejora podrían ser: 1) El apoyo precoz del miembro inferior operado debería ser prescrito por los cirujanos y fomentado por todo el equipo de profesionales que trabaja con estos pacientes en el hospital; 2) Los programas de rehabilitación deberían incluir a todos los pacientes, y deberían estar enfocados a la recuperación de las Actividades de la Vida Diaria y no solamente a la recuperación de ciertas actividades como la deambulación. Posteriores estudios deberían evaluar si programas más extensos y prolongados de rehabilitación podrían mejorar los resultados funcionales a largo plazo de estos pacientes, ya que rehabilitación proporcionada a estos pacientes fue insuficiente para que recuperaran el nivel funcional previo a la fractura; 3) Es necesario mejorar la coordinación con los servicios sociales y los pacientes deberían tener la oportunidad de ser cuidados en su domicilio y de tener un mejor acceso a la rehabilitación tras el alta hospitalaria; 4) Aquellos pacientes que presenten los factores de riesgo de mortalidad deberían tener un seguimiento más intenso tras la cirugía.