El patrón estructural de desindustrialización prematura de América Latina 1970-2015evidencias y determinantes
- MALDONADO ATENCIO, ALEXANDER ALFONSO
- José Antonio Camacho Ballesta Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 2019(e)ko apirila-(a)k 30
- Daniel Coronado Guerrero Presidentea
- Mercedes Rodríguez Molina Idazkaria
- Pedro Antonio García López Kidea
- José María Arranz Muñoz Kidea
- Manuel Acosta Seró Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
La desindustrialización es considerada en la literatura económica como la contracción del sector manufacturero en la economía; y es medida a través de la reducción sostenida de la participación del valor agregado y el empleo manufacturero en el Producto Interno Bruto (PIB) y el empleo total de la economía. Dependiendo del nivel de desarrollo económico en el que se encuentra una economía, la desindustrialización puede ser positiva o negativa. En los países desarrollados la desindustrialización es un fenómeno positivo, resultado natural de un mayor crecimiento económico que ocurre como consecuencia del rápido crecimiento de la productividad en el sector manufacturero. Este tipo de desindustrialización no hace que aumente el desempleo porque el trabajo desplazado del sector manufacturero es absorbido por el sector de los servicios. En el caso de los países en desarrollo, la desindustrialización es considerado un fenómeno negativo porque disipa el potencial para la industrialización, ralentiza el crecimiento económico, reduce la generación de empleo y frena el progreso tecnológico. Los países en desarrollo se están desindustrializando sin haberse vuelto completamente industrializados. Particularmente en América Latina, este fenómeno ha sido considerado como prematuro, porque tiene lugar en niveles de ingresos per cápita demasiados bajos en relación a los históricamente exhibidos por los países desarrollados durante su experiencia de desindustrialización; lo que significa que los países comenzaron a desindustrializarse en una etapa más temprana de desarrollo. Este tipo de desindustrialización hace que aumente el desempleo y la informalidad porque la mano de obra desplazada del sector manufacturero no es absorbida por el sector de servicios. Esta tesis investiga teórica y empíricamente las fuerzas económicas determinantes de la tendencia de desindustrialización prematura experimentada por América Latina. Para tal fin, se utilizan técnicas de regresión de datos panel para examinar simultáneamente los determinantes básicos de la participación del empleo y el valor agregado manufacturero en el empleo total y el PIB, en una muestra de nueve países latinoamericanos que representan el 90 por ciento de la producción manufacturera de la región, durante el periodo comprendido entre 1970 y 2015. Las variables explicativas seleccionadas buscaron reflejar las principales fuentes de desindustrialización identificadas por la literatura, sobre todo en el contexto de la creciente globalización económica. La selección de los países contempla economías grandes, medianas y pequeñas de la región, para las cuales existen datos comparables internacionalmente sobre el valor agregado y el empleo manufacturero. Los resultados confirman que América Latina experimenta un patrón de desindustrialización prematura porque la perdida de participación del empleo y el valor agregado manufacturero se está produciendo cada vez más temprano a un menor nivel de ingreso per cápita en relación a la experiencia de desindustrialización de los países desarrollados y las economías asiáticas de rápido crecimiento. Esta tendencia de desindustrialización prematura surgió en América Latina desde mediados de la década de 1970 y reprimió el crecimiento del sector manufacturero precisamente cuando la industria no había logrado alcanzar su etapa de madurez y había agotado aún su potencial de aumento de la productividad. De este modo, los beneficios y las propiedades de tracción del crecimiento de la industrialización no fueron difundidos y ni percibidos completamente por las economías latinoamericanas. Esto generó una contribución considerablemente negativa al crecimiento económico y ocasionó una pérdida del crecimiento potencial de los países de la región. La evidencia empírica permite aceptar la hipótesis de que la heterogeneidad sectorial en el crecimiento de la productividad laboral y el crecimiento del ingreso per cápita, son fuerzas que juegan un papel relevante y significativo para explicar la tendencia de desindustrialización de la región a largo plazo. Por otra parte, el mayor déficit comercial de manufacturas que se deriva del aumento de la liberalización del comercio y la creciente competencia de las importaciones de China, conjuntamente con el patrón de especialización centrado en sectores intensivos en recursos naturales y los servicios de baja productividad, son las fuerzas que determinan que la tendencia de desindustrialización se intensifique en las últimas décadas, a bajos niveles de desarrollo económico, obstaculizando de este modo, el desarrollo de las capacidades internas para la industrialización.