Patrimonio inmueble de la Universidad de Granada. Rehabilitación de edificios históricos y nuevas sedes

  1. Vílchez Lara, María del Carmen
Dirigida por:
  1. Juan Manuel Barrios Rozúa Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 26 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. Juan Antonio Calatrava Escobar Presidente
  2. María Elena Díez Jorge Secretaria
  3. Fernando Vegas López-Manzanares Vocal
  4. Víctor Pérez Escolano Vocal
  5. Camilla Mileto Vocal
Departamento:
  1. CONSTRUCCIONES ARQUITECTÓNICAS

Tipo: Tesis

Teseo: 508458 DIALNET

Resumen

El Colegio de San Pablo en Granada, sede de la actual Facultad de Derecho, es considerado el origen del Patrimonio Inmueble de la Universidad granadina, con cuatro periodos fundamentales en la configuración de su imagen. El jesuita, que lleva asociado un lento proceso constructivo que dio a la luz un Colegio renacentista-barroco, cuyo esquema compositivo responde fielmente a la tipología marcada desde Roma. El ilustrado, en el que se produjo la expulsión de los jesuitas de España en 1767, circunstancia que aprovecha la Universidad para instalarse en las antiguas escuelas. El liberal, vinculado a los criterios higienistas de ciudad sana y geométrica y ornato público, en el que no sólo se realiza la ampliación de la Universidad, ocupando la que había sido casa de la Comunidad por entonces destinada a cuartel, sino la apertura de una nueva calle que permitió el cambio de piel de la Universidad y su Jardín Botánico. El último periodo corresponde a la configuración de la gran manzana universitaria, durante el primer franquismo, con la construcción de un edificio imperial sobre los cimientos de las antiguas dependencias de servicios jesuitas e incorporando dentro de sus límites la Iglesia de los Santos Justo y Pastor. La primera parte de la tesis está, por tanto, dedicada al desarrollo de estas cuatro grandes etapas a través de un detenido análisis evolutivo, arquitectónico y urbanístico de este edificio, sin olvidar el contexto político, económico y cultural de cada periodo histórico, acompañado de la elaboración propia de planimetrías. A estos cuatro periodos hay que añadir el fallido proyecto republicano de creación de una ciudad universitaria en la finca de Cartuja, expropiada en 1932 a los jesuitas, que posibilitaba la segregación de la Universidad del centro de la ciudad, algo que ya no ocurrirá hasta décadas después. La Guerra Civil supuso la interrupción de la vida académica y de cualquier obra que se estuviese ejecutando en los edificios universitarios, es más, estos serían ocupados, hasta finalizada la contienda, en la mayoría de los casos por la autoridad administrativa- militar. Las dos facultades sanitarias serán las primeras en abandonar los locales del antiguo Colegio de San Pablo y a ellas les dedico los otros dos capítulos de este trabajo. Medicina lo hará a mediados del siglo XIX y Farmacia en el primer tercio del siglo XX, ocupando construcciones ya existentes, alguna de gran valor histórico-artístico como el renacentista Palacio de Caicedo, o levantando edificaciones de nueva planta que formarán parte del Patrimonio Inmueble de la Universidad de Granada. El arco cronológico elegido para la Facultad de Medicina se inicia en 1776, en que se adopta el modelo clínico francés y, en Granada, Carlos III dispone la elaboración de un nuevo plan de estudios en el que cobran especial protagonismo la clínica médica y el anfiteatro anatómico. Los primeros locales que ocupó la Facultad tras su salida del edificio central fueron unas antiguas cocheras y cuadras, anexas al segundo patio del Hospital de San Juan de Dios, pronto sustituidas por una “moderna y endeble construcción rectangular”, representada en los planos que elaboró Juan Pugnaire en 1861 para reformar el último piso. Dos décadas más tarde, Juan Monserrat y Vergés proyectará de nueva planta una edificación que podemos incluir dentro del eclecticismo de finales del siglo XIX, cuya fachada cambiará la imagen del final de la calle San Jerónimo, ahora reconvertida en eje universitario. La acuciante falta de espacio de esta construcción, unida a las tensas relaciones entre Facultad y Diputación, encargada de gestionar el Hospital de San Juan de Dios, derivará en la búsqueda de terrenos, a mediados de los años diez del siguiente siglo, donde construir una nueva Facultad de Medicina y Hospital Clínico. Los solares elegidos estaban situados por encima del barrio de San Lázaro y la configuración de la nueva sede será producto de un concurso de arquitectura, desarrollado al final de la dictadura de Primo de Rivera. Lo ganaron los arquitectos Aurelio Botella y Sebastián Vilata y oscila entre el racionalismo y el eclecticismo neoclásico, ofreciendo una nueva imagen de borde ciudad, inaugurada en 1944. La Facultad de Farmacia es estudiada a partir de su fundación en 1850, la tercera en España, detrás de la Madrid y Barcelona. La facultad granadina permanecerá encorsetada en los locales que le asignaron en el antiguo Colegio de San Pablo durante los setenta primeros años de su historia hasta que en 1921 sale del edificio central para instalarse en una construcción señorial de finales del siglo XVI, de indudable valor patrimonial, el Palacio de Caicedo, levantado a mitad de la calle San Jerónimo, por aquel entonces “eje ritual” de la Granada renacentista. En un pésimo estado de conservación, el Palacio experimentará tres grandes rehabilitaciones, por tres arquitectos diferentes y para tres usos distintos, aunque compartiendo una misma finalidad docente. Las dos primeras se estudian en este capítulo, la proyectada en 1863 por Francisco Enríquez Ferrer para su uso como Instituto y la de 1919, restaurándolo y adaptándolo a Facultad de Farmacia, por Fernando Wilhelmi Manzano. La última gran intervención fue realizada entre 1975-1979, restauración de Francisco Prieto-Moreno y Pardo para destinarlo a conservatorio de música, no incluido en esta tesis, pero ya previsto su estudio en una futura investigación. El capítulo se cierra con la inauguración en 1961 de la tercera sede en la calle Rector López Argüeta, sobre los cimientos de la antigua Facultad de Medicina. Desde un primer planteamiento conservador hacia esta construcción finisecular, poco a poco se va derivando hacia la progresiva destrucción de espacios, “como la mejor opción posible”, hasta conseguir el derribo total de su ecléctica e histórica fachada, sustituyéndola por una nueva, racionalista e imperial, obra de los arquitectos Juan de Dios Wilhelmi Castro y Luis Álvarez de Cienfuegos, en la cual se elimina cualquier rastro de existencia de un patrimonio que perteneció a la Universidad y entraría a formar parte de la Granada desaparecida.