Evaluación de morfotipo raquídeo en el plano sagital y grado de extensibilidad isquiosural del ciclista
- Muyor Rodríguez, José María
- Pedro Ángel López Miñarro Director/a
- Antonio Jesús Casimiro Andújar Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Almería
Fecha de defensa: 21 de junio de 2010
- Manuel Delgado Fernández Presidente
- Cornelio Águila Soto Secretario/a
- Pedro Luis Rodríguez García Vocal
- Mario Lloret Riera Vocal
- Mikel Zabala Díaz Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En el ámbito del rendimiento deportivo, diferentes estudios han tratado de definir un perfil ideal del deportista en cada disciplina para determinar aquellas características físicas que se relacionan con mejores resultados, así como las adaptaciones morfológicas y funcionales derivadas de un entrenamiento sistemático y continuado. En este sentido, la mayoría de los estudios realizados hasta la fecha, se han centrado en aspectos fisiológicos asociados directamente al rendimiento. No obstante, el entrenamiento con un alto volumen de trabajo, en posiciones concretas y específicas al deporte, con acciones articulares repetitivas, puede generar adaptaciones en el sistema músculo-esquelético, influyendo en la disposición sagital del raquis de los deportistas en diversas posiciones (bipedestación, sedentación relajada, máxima flexión del tronco con rodillas flexionadas y/o extendidas). La disposición sagital del raquis influye en las propiedades mecánicas de los tejidos intervertebrales ante cargas compresivas y de cizalla (McGill, 2002). Una disposición raquídea inadecuada generará un incremento de las fuerzas que inciden sobre los discos intervertebrales (Briggs y cols., 2007), aumentando el riesgo de repercusiones, especialmente, en deportistas jóvenes (Hellström y cols., 1990; Smith y cols., 2008). Por otro lado, la reducción de la extensibilidad isquiosural puede aumentar el riesgo de lesiones (Cabry y Shiple, 2000; Croisier y cols., 2002), convirtiéndose en un factor de riesgo de repercusiones raquídeas. Por ello, es preciso valorar su extensibilidad y plantear programas de intervención en aquellos casos que sea preciso. El ciclismo es una disciplina deportiva cuyo entrenamiento implica una posición de sedentación prolongada, con una flexión mantenida del raquis y la pelvis para apoyar las manos en el manillar. Para reducir las resistencias aerodinámicas, los ciclistas adoptan, con frecuencia, posiciones más flexionadas de la pelvis y el raquis con el objetivo de lograr una posición más horizontal del tronco que reduzca la superficie frontal del cuerpo expuesta al aire y, con ello, aumentar el rendimiento. Al adoptar esta postura es importante considerar la extensibilidad de la musculatura isquiosural, la movilidad intervertebral y la concienciación pélvica, pues estos factores podrían influir en la postura del ciclista. El análisis de la postura del ciclista y su morfotipo raquídeo no han sido suficientemente abordados en la literatura científica. Usabiaga y cols. (1997) evaluaron las modificaciones angulares del raquis lumbar en función de diferentes posiciones adquiridas por ciclistas profesionales. Rajabi y cols. (2000a,b,c) compararon la disposición sagital de la cifosis torácica en un grupo de ciclistas respecto a un grupo control de sedentarios, encontrando ángulos significativamente mayores en los primeros. No obstante, estos estudios no analizan la influencia de la práctica del ciclismo sobre la disposición sagital del raquis torácico y lumbar en diferentes posiciones habituales, ni la extensibilidad isquiosural de estos deportistas. Todas las características del ciclismo (alto volumen de entrenamiento, sedentación prolongada y posturas de flexión mantenidas) podrían generar adaptaciones específicas en el morfotipo raquídeo de los ciclistas tanto en bipedestación como en sedentación y en flexión del tronco. Es preciso valorar la postura de ciclistas profesionales y de élite ya que el tiempo que entrenan en sus bicicletas es importante. Además, es necesario valorar a otros ciclistas de niveles inferiores, aficionados, ya que sin dedicarse profesionalmente al ciclismo, también dedican muchas horas semanales a sus entrenamientos en bicicleta. En el presente trabajo participaron un total de 248 sujetos varones (180 ciclistas y 68 sedentarios). Los criterios de inclusión para el grupo de ciclistas fueron: estar encuadrado en las franjas de edades y categorías que propone la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) en sus reglamentos técnicos de 2009, no haber sido operado de la columna vertebral o de la musculatura isquiosural, ni tener algún tipo de lesión o limitación, en el momento de la valoración, que impidiera las mediciones. Para la realización de los diferentes análisis, los participantes fueron divididos en cuatro grupos, tres de ellos formados por ciclistas en función de su categoría deportiva según la RFEC (2009): sénior-élite, máster 30 y máster 40 y el cuarto grupo (grupo control), compuesto por sujetos varones jóvenes que no practicaban actividad físico-deportiva alguna, de manera sistematizada, y de una edad similar a la del grupo de ciclistas de la categoría sénior/élite. Tras los resultados obtenidos, el presente trabajo concluyó que a medida que aumenta la categoría deportiva existe una tendencia a una mayor cifosis torácica, tanto en bipedestación como en sedentación relajada, siendo el grupo máster 40/50 quien muestra los mayores valores angulares. Este incremento de la cifósis dorsal estaría relacionado con factores personales como la edad, falta de un buen esquema corporal o el mantenimiento de hábitos posturales negativos. En cuanto a la lordosis lumbar, existe una tendencia a la reducción de la lordosis lumbar en bipedestación y a una menor movilidad en la sedentación relajada, ambas cuestiones relacionadas con la adaptación del raquis lumbar a la flexión mantenida sobre la bicicleta y a la pérdida de movilidad articular y horizontalización del sacro debido a la edad. El grupo de ciclistas mostró valores superiores en la extensibilidad isquiosural en comparación con el grupo de sedentarios. Por tanto, el ciclismo es un deporte que no influye negativamente en la extensibilidad de la musculatura isquiosural. En la postura de máxima flexión del tronco con rodillas flexionadas, los ciclistas, especialmente del grupo sénior/élite, presentaron un mayor rango de flexión intervertebral torácica y lumbar que los sujetos no deportistas. La mayor movilidad intervertebral en el grupo más joven de los ciclistas está probablemente relacionado con su edad y una adaptación a los ejercicios de estiramientos realizados en sus entrenamientos, que están principalmente basados en posiciones de flexión intervertebral. En las posturas de máxima flexión del tronco con rodillas extendidas, tanto en sedentación como en bipedestación, los ciclistas tienen una menor cifosis torácica, mayor flexión lumbar e inclinación pélvica anterior, especialmente en el grupo sénior/élite. Estas características están relacionadas a una mayor adaptación de los ciclistas jóvenes a la posición de flexión lumbar y pélvica en la bicicleta y a su mayor extensibilidad isquiosural. El morfotipo raquídeo en la bicicleta se caracteriza por una disposición angular más alineada del raquis torácico, especialmente en el agarre de manetas. Al apoyar las manos en cualquiera de las partes del manillar, se produce una extensión torácica que permite colocar el raquis más alineado. La alta frecuencia de morfotipos cifóticos leves y moderados en las posturas de flexión, en todos los grupos de ciclistas, evidencia una adaptación postural a las posiciones mantenidas de inversión lumbar, así como una carencia de concienciación postural agravada, posiblemente, por los estiramientos en posiciones de flexión máxima del tronco, que son muy utilizados por los ciclistas Por último, la extensibilidad isquiosural de los ciclistas se caracteriza por una tendencia a valores considerados normales, especialmente en aquellos ciclistas que realizan estiramientos específicos para dicha musculatura. La práctica del ciclismo, sin un programa específico de estiramientos, no influye negativamente en el grado de extensibilidad isquiosural, ya que los ciclistas que no estiran específicamente la musculatura isquiosural y tienen una mayor extensibilidad que los sujetos sedentarios. Por tanto, es preciso crear una adecuada conciencia de la importancia del estiramiento isquiosural para la consecución de una mejor postura corporal en las actividades deportivas y de la vida diaria.