Jean Paul Sartre. Un estudio críticoDe “L´Être et le Néant” a la “Critique de la Raison Dialectique”. ¿Una filosofía psicológica para el Siglo XXI?
- Gorri Goñi, Antonio
- Tomás Domingo Moratalla Director/a
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 26 de mayo de 2021
- Javier San Martín Presidente/a
- Francisco Javier Blázquez Ruiz Secretario/a
- Julio Iglesias de Ussel Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La Tesis que se presenta en la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad a Distancia (EIDUNED) tiene por título: Jean Paul Sartre. Un estudio crítico. De L´Être et le Néant a la Critique de la Raison Dialectique. ¿Una filosofía psicológica para el Siglo XXI?. En dicho título va implícita la intencionalidad del autor, en tanto que quiere ser un análisis realizado desde una perspectiva crítica. Toma como referencia dos obras claves, que representan diversas etapas o periodos significativos en la evolución sartreana. El segundo subtítulo se refiere a una dimensión personal, ya que el doctorando, además de ser licenciado con grado en filosofía, es también licenciado y doctor en psicología. Lógicamente, pretende constatar cómo en Jean Paul Sartre se dan cita, de una manera relevante, las dos dimensiones filosófica - psicológica. Ambas constituyen, interactivamente, el fundamento esencial de / para su investigación del ser humano. A tal efecto, es evidente que la psicología filosófica de Sartre es muy distinta a la psicología científica de la actualidad. Pero no es menos cierto que en la historia del Pensamiento las dos disciplinas han ido estrechamente unidas y han sido analizadas por la mayoría de los grandes pensadores. En los últimos años existe un interesante movimiento tendente a recuperar el estudio comparado e interactivo de ambas, con la finalidad de responder a muchos de los interrogantes del hombre contemporáneo. Metodológicamente, la Tesis está dividida en seis partes que, a su vez, se distribuyen en XVIII capítulos. Las dos primeras partes quieren analizar la figura y obra de Sartre, contextualizándolo en su momento histórico, personalista, socialista y existencialista y analizando su filosofía desde una óptica fenomenológica, ontológica y social. La tercera parte se refiere a dos cuestiones sugestivas para el autor como son su proyección psicológica y el ateísmo intelectual. La cuarta parte está dedicada íntegramente a responder a la pregunta: Sartre, ¿es realmente una filosofía de y para nuestro tiempo?. La quinta parte recoge una amplia síntesis-conclusión, las limitaciones de la tesis y las nuevas perspectivas de investigación que se abren a partir del presente trabajo. Como no podía ser de otro modo, la sexta parte recoge una extensa bibliografía y unos atractivos anexos que pretenden ubicar las etapas de una vida tan fascinante como la de Sartre. Las críticas que se vierten sobre Sartre van orientadas fundamentalmente a cuestionar la validez de la definición del ser, la experiencia relativa de la nausée y la inmanencia del fenómeno. Asimismo, se pone en duda la problemática sustancialización de la negatividad del “pour-soi” que, en principio, inhabilita el concepto de libertad y sitúa al otro como consecuencia de una forzada articulación de L´Être et le Néant. De igual modo, resulta difícil conjugar su concepto de fenomenología e historia, de individuo y sociedad (EN / CRD), así como su idea de la trascendencia / Trascendencia fenoménica y, en suma, es complicado asumir su contradicción en-soi-pour-soi (Husserl- Heidegger-M. Ponty). Precisamente, de aquí surge su ateísmo intelectual basado en una dudosa utilización de los conceptos fenomenológicos, en su discutible deducción teísta como una lucha de libertades, así como en su 2 ubicación en el aprendizaje (Les mots) y en el fenómeno cultural de la Muerte de Dios en la línea de Compte, Feuerbach y Nietzsche. Las aportaciones generales de Sartre para el siglo XXI van en el sentido de entender y comprender su gran amor a la filosofía. Una filosofía que es existencialista en el pleno sentido de la palabra y que asume una concepción integral y unitaria de la persona. Filosofía, que es intrínsecamente comprometida (l´engagement), social (Situations I-X), política (Nékrassov), ética y moral (Pour une morale de l´ambigüité. S. de Beauvoir). Un existencialismo humanista, netamente antropológico (L´Existentialisme est un humanisme), que plantea simultáneamente el debate en torno al hecho religioso (Le Diable et le Bon Dieu). La filosofía de Sartre conlleva paralelamente unas indudables aportaciones específicas. Representa una gran contribución a las Ciencias Humanas y Sociales como la Psicología (La trascendance de L´Ego / L´imaginare / L´imaginación / Esquisse d´une théorie des emotions), la Sociología (Questions de Méthode / J. Habermas, Z. Bauman, A. Touraine, A, Giddens), la Economía (M. Nussbaum) y la Literatura (Premio Nobel, 1964 / Qu´est-ce que la littérature / Baudelaire). Implica una profunda sensibilidad Inter-Multicultural reflejada, a modo de ejemplo, en su ambivalente actitud hacia los EEUU (Capitalismo / B. Obama / M. Luther King) y en su descubrimiento del continente asiático (Colonialisme et Neocolonialisme). Contiene a lo largo de toda su obra un análisis profundo de problemas actuales como el racismo (Reflexion sur la questión juive) y la guerra (Les chemins de la liberté), así como la infancia (Sain Génet / L´Idiot de la famille), la vejez y la muerte (La cérémonie des adieux). Goza de una “cómplice” excepcional, Simone de Beauvoir, de indudable nivel intelectual, que participa y matiza la filosofía de Sartre, al mismo tiempo que se define por su defensa en los derechos de la mujer (La force des choses / Le deuxième sexe-L´Expérience vécue). Entre mis Conclusiones afirmo que nos encontramos ante un pensador, de incuestionable profundidad intelectual, reconocido con los mayores honores y criticado con las más duras acusaciones. Una personalidad compleja que estuvo presente en todos los acontecimientos sociales y políticos del siglo XX, ligado al resto de Premios Nobel (H. Bergson, A. Camus, M. Vargas Llosa) y que se proyecta, a mi juicio, en los comienzos del siglo XXI. Concluyo igualmente que para comprender a Sartre son absolutamente necesarios unos requisitos: asumir su complejidad terminológica y conceptual (F. Jeanson), entender que no hay un solo Sartre, dado que contiene diversas etapas (fenomenológica, ontológica y social) que, a su vez, implican oscilaciones y contradicciones dentro de cada una de ellas. Es fundamental igualmente entender que la filosofía de Sartre y sus conceptos significativos como la nausée, le néant, la liberté, le projet…) deben ubicarse estrictamente en un contexto sociopolítico concreto. Está marcado, entre otros, por acontecimientos como las dos Guerras Mundiales, la crisis del 29, la expansión de los nacionalismos y el surgimiento de los países del Tercer Mundo. 3 Sartre es, además, un personaje polifacético: filósofo, psicólogo, literato, dramaturgo, periodista, hombre de acción…cuya característica fundamental es “su” compromiso social. Más allá de si acertó o se equivocó en sus planteamientos políticos, principalmente en la defensa y crítica al socialismo marxista, su rasgo definitorio es el intento de defender categórica y permanentemente al ser humano. Su “ateísmo” deja abierto para el debate la concepción de un posible “Dios de los ateos” (R. Coffy), de “los teólogos de la muerte de Dios” (V. Camps) o incluso de los “filósofos simplemente opuestos a la Metafísica” (G. Marcel). El pensamiento de Sartre, por otra parte, debe ser entendido por expreso deseo de Jean Paul, como una filosofía autocrítica, abierta e inacabada, que exige ser cuestionada y superada permanentemente. Concluyo, finalmente, afirmando que a la luz de lo expuesto, parece razonable propugnar que la figura y obra de Sartre ofrece numerosos e interesantes elementos para el diálogo y debate filosófico-intelectual del siglo XXI. En tal sentido, he constatado con A. Cohen Solal que en muchos países del mundo y en muchos foros intelectuales se está produciendo une renaissance en torno a la personalidad y obra de Sartre. Coincido con esta autora en su respuesta cuando le preguntaban sobre cuál es el verdadero Sartre: lo más correcto es -decía- remitirse a sus obras con su riqueza y su complejidad. En cualquier caso, como ha sostenido su colaborador F. Jeanson, aceptar o rechazar a Sartre siempre será un acto de libertad y, en mi opinión, bien merece la investigación de una Tesis Doctoral.