Investigaciones aplicables al desarrollo de la producción intensiva de corvina (argyrosomus regius)

  1. García Mesa, Sergio
Dirigida por:
  1. María Dolores Suárez Medina Director/a
  2. Manuel Ángel García Gallego Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 09 de noviembre de 2012

Tribunal:
  1. Ana Sanz Rus Presidenta
  2. Miriam Furné Castillo Secretario/a
  3. Javier Martínez López Vocal
  4. Maria del Carmen Hidalgo Jiménez Vocal
  5. José Antonio Hernando Casal Vocal
Departamento:
  1. ZOOLOGÍA

Tipo: Tesis

Resumen

Los índices de crecimiento obtenidos, durante las primeras etapas de una prueba piloto de cría de corvina en jaulas, son claramente inferiores a los reportados por experiencias anteriores con la misma especie lo que podría atribuirse a diversas circunstancias como calidad de las remesas de juveniles, condiciones ambientales adversas y/o algún fallo en las prácticas de producción utilizadas. No obstante, el que nuestros índices estén en línea con los publicados por otros grupos de investigadores, nos hace pensar que se debe actuar con prudencia a la hora de emprender una explotación comercial masiva de esta especie y que sería necesaria más investigación sobre estos asuntos. La corvina se ha revelado como un pez magro que mantiene un reducido acúmulo de grasa en su porción comestible (músculo) pese a ser alimentada durante el cultivo con piensos ricos en grasa. Esto significa una peculiaridad metabólica con respecto a otras especies que cabria explorar en profundidad. Por otra parte, el perfil de ácidos grasos de los lípidos musculares de la corvina sufre cambios importantes a lo largo del ciclo de cultivo tendiendo a concluir con el de las grasas del pienso que recibe; pese a ello, se mantienen unos índices de calidad lipídica satisfactorios. La actividad digestiva de la corvina presenta unas relativamente altas actividades proteásica y amilásica, superiores a la lipásica, aunque, sorprendentemente, la proteasa intestinal muestra valores inferiores a los otras especies cultivadas. Pese a ello, podemos deducir que esta especie tiene una buena capacidad para digerir sobre todo los componentes proteicos e hidrocarbonados de la dieta, conocimento que puede resultar útil para el diseño de futuros piensos específicos. En base a los índices de crecimiento y utilización del alimento obtenidos, una ración diaria de 1.1% del peso corporal se ha mostrado más favorable que una inferior (0.6%) o superior (1.6%) en corvinas durante las etapas iniciales de engorde. A partir del análisis de las actividades enzimáticas metabólicas correspondientes, se detecta un efecto del volumen de la ingesta diaria de alimento sobre el uso preferencial de ciertos sustratos energéticos; carbohidratos para la ración más reducida y proteínas para la más elevada, lo que supone, en este último caso, un menor uso de este nutriente con fines plásticos y, por lo tanto hace desaconsejable el uso de raciones muy altas salvo en casos de una extrema necesidad de conseguir crecimientos máximos. Situaciones como la restricción del tamaño de la ración o el cambio en los horarios habituales de alimentación suponen una mayor dependencia del músculo de estos peces con respecto a la ruta metabólica anaeróbica, probablemente debido a que ambas situaciones entrañan una mayor frecuencia de episodios de natación intensa y repentina. Durante el ayuno prolongado la corvina pierde peso en menor proporción que otras especies próximas lo que parece confirmar la posesión de ciertas peculiaridades metabólicas. La realimentación posterior induce un episodio de crecimiento compensatorio que, en nuestro caso, se debe achacar a un mejor uso del alimento ya que se basó en una ración prefijada lo que descarta el posible papel de una hiperfagia compensadora. En cualquier caso, el ayuno provoca una clara movilización de proteínas y lípidos al mismo tiempo que se mantienen las rutas gluconeogénicas. La realimentación posterior supone la rápida recuperación de las reservas citadas y un retorno de la actividad de los enzimas implicados en el metabolismo intermediario a los valores previos, algo más lenta en el músculo que en el hígado. Tanto la restricción alimentaria parcial (ración subóptima) como total (ayuno) afectan al balance del proceso ataque prooxidante/defensa antioxidante aunque de forma diferente. El ataque prooxidante en individuos que reducen parcialmente el aporte de alimento es neutralizado por una activación general de las defensas antioxidantes. En cambio, durante el ayuno total y aunque el descenso de la tasa metabólica global podría significar una menor generación de radicales libres, la situación de precariedad energética extrema provoca un debilitamiento generalizado de las citadas defensas por lo que, en este caso, sí que se genera daño oxidativo. La realimentación revierte rápidamente dicha situación, desapareciendo los indicios de dicho daño. Si los peces reciben una ración semanal total predeterminada, el que ésta se distribuya en 5, 6 ó 7 días, parece tener poco efecto, si bien, los ligeramente mejores índices de crecimiento y utilización del alimento obtenidos cuando se incluye un día de ayuno a la semana, unidos a la reducción de costes y mejora de la calidad del medio que dicha maniobra presumiblemente entraña, la podrían hacer aconsejable en piscifactorías. Cuando la frecuencia alimentaria se basó en la introducción de 2 días de ayuno a la semana, se detectaron algunos efectos sobre la composición corporal y las propiedades texturales de los peces, lo que puede afectar negativamente a su aceptación por los consumidores.