Lo que el tiempo no se llevóla narrativa histórica de Julio Travieso Serrano

  1. APARICIO, YANNELYS
Dirigida por:
  1. Álvaro Salvador Jofre Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 19 de abril de 2013

Tribunal:
  1. Antonio Fernández Ferrer Presidente/a
  2. Gracia María Morales Ortiz Secretaria
  3. Vicente Sabido Vocal
  4. Julio.- TRAVIESO Vocal
  5. Stefano Tedeschi Vocal
Departamento:
  1. LITERATURA ESPAÑOLA

Tipo: Tesis

Resumen

Esta investigación parte de la obra del narrador cubano Julio Travieso Serrano, uno de los miembros más destacados de la literatura de la revolución cubana, que nació en 1940 en La Habana, comenzó a escribir y publicar a mediados de los sesenta, en los primeros momentos de la creación de un nuevo modelo literario revolucionario, y su narrativa ha cubierto toda la época de la revolución, desde aquella primera década hasta la actualidad. Hemos profundizado sobre todo en su narrativa histórica, en varios libros de cuentos y otras tantas novelas, con respecto a dos tipos de criterios: la distancia temporal entre lo narrado y el tiempo de la narración, y la adscripción a la novela moderna o a la posmoderna, es decir, la novela histórica más clásica y lo que se ha llamado la nueva novela histórica. Para llegar a realizar un análisis válido de la narrativa histórica de Julio Travieso nos hemos acercado en primer lugar al concepto de ¿novela histórica¿ tal como ha evolucionado desde sus comienzos, en la época del Romanticismo, hasta la actualidad, época de la posmodernidad. Acto seguido hemos hecho un breve recorrido por el género histórico en Hispanoamérica, desde la primera mitad del siglo XIX, hasta el siglo actual, y también en Cuba, alrededor de las mismas coordenadas temporales. Hemos hecho hincapié en la narrativa de la revolución, desde comienzos de los años sesenta hasta 2012, y en ese ámbito cubano hemos analizado toda la obra de Julio Travieso. Finalmente, hemos analizado a fondo su obra más importante, El polvo y el oro, a la que se ha dedicado un capítulo, el quinto, y realizado una edición crítica de la obra, con un estudio de variantes de las distintas ediciones que se han hecho hasta la fecha y abundantes notas a pie de página explicando, describiendo o aclarando datos sobre sucesos históricos allí reseñados, biografías de personajes que se corresponden con protagonistas reales de la historia de Cuba, lugares y accidentes geográficos, monumentos, etc. El capítulo segundo desarrolla este mismo tema pero desde el punto de vista de la narrativa escrita en Hispanoamérica en general y, más específicamente, en Cuba. Desde el Romanticismo, con obras como Xicoténcatl (1826) y Amalia (1851), en el mundo hispanoamericano se observa una evolución parecida a la del resto de Occidente, alcanzándose una verdadera edad de oro de la narrativa histórica después del boom de la narrativa de los años sesenta y setenta del siglo XX, con un punto de partida en obras como Terra Nostra (1975), de Carlos Fuentes, o El mundo alucinante (1969), de Reinaldo Arenas. Con ellos comienza en Nuestra América el desarrollo de la nueva novela histórica o posmoderna, que tendrá como caracteres, para diferenciarse de la anterior o moderna, la subordinación de la reproducción metódica del pasado a planteamientos filosóficos de naturaleza epistemológica, la distorsión consciente de la historia mediante omisiones, exageraciones y anacronismos, la utilización de grandes figuras históricas en lugar del héroe medio, un lugar prominente para la metaficción, la intertextualidad, el dialogismo, lo carnavalesco, la parodia, etc. (Menton 1993: 42-46). Esa crisis absoluta de valores y certezas en el panorama internacional, en Hispanoamérica tiene unas notas algo peculiares, como la decepción que supone ya desde final de los setenta el fracaso de la utopía revolucionaria cubana, el auge de las dictaduras, el crimen institucionalizado, la descentralización y fragmentación del poder social, la ruptura con los grandes modelos narrativos que contaron la historia en el siglo XX, etc. (Pons 1996: 101-145). Ese capítulo segundo termina aplicando estas notas a la literatura cubana, para destacar, precisamente, cómo en los últimos años ha habido un espectacular auge del género narrativo histórico, que se concreta en la gran cantidad de autores y obras que han sazonado la literatura de la isla, escrita tanto por autores que viven en Cuba como por protagonistas de la gran diáspora cubana. En ese escenario particular de la mayor de las Antillas, Julio Travieso tiene un lugar destacado con sus últimas obras, sobre todo con El polvo y el oro (1993). A continuación hemos dedicado un extenso capítulo entero a reseñar la vida y la obra del escritor cubano en el que enfocamos la investigación, Julio Travieso Serrano, y para ello hemos obtenido numerosos datos de una larga entrevista que le hicimos en abril de 2012, que citamos convenientemente a lo largo de todo el capítulo. Para completar este capítulo biográfico, en el que hemos añadido algunos datos sobre el estilo y las circunstancias en que fueron escritas sus obras, hemos acudido también a datos proporcionados por cierta bibliografía de carácter histórico sobre el proceso que dio lugar a la revolución de los años cincuenta que triunfó el 1 de enero de 1959 e instauró un sistema político que sigue todavía vigente y cuyos protagonistas, ahora octogenarios, continúan manteniendo contra viento y marea. En esa síntesis biográfica de Travieso recorremos su infancia, su formación intelectual, la influencia de los padres en su conciencia revolucionaria, la lucha clandestina contra Batista, su encarcelamiento, tortura y liberación, y el comienzo de una nueva vida, además universitaria, que le llevaría a la Unión Soviética y confirmaría su vocación artística, y su evolución como narrador desde mitad de los sesenta, momento en que ganó sus primeros premios y publicó sus tempranos relatos, pasando por el quinquenio gris de los setenta y la etapa de recuperación tras la creación del Ministerio de Cultura en 1976, para terminar con su etapa de madurez creativa a partir de ese momento. Hemos destacado también su labor como profesor universitario, editor y profesor invitado en varios países, que ha compaginado con la creación de sus mejores obras literarias a lo largo de la década de los ochenta y noventa, hasta culminar en la publicación de El polvo y el oro (1993) y Llueve sobre La Habana (2004), sus dos mejores novelas. Una vez terminada la síntesis biográfica, la investigación se ha centrado, en los tres capítulos siguientes, en el análisis de su obra literaria, sus cuentos y novelas, desde los años sesenta a la actualidad, desde el punto de vista de la utilización del género histórico, tanto de las obras de los años sesenta y setenta que tratan de dar un sentido al proceso revolucionario comenzado en los cincuenta, como de las obras de los ochenta y noventa que profundizan en la historia de Cuba desde el siglo XIX para indagar en la identidad nacional y tratar de explicar por qué Cuba ha llegado a la situación en la que se encuentra en estos momentos. Eso ocurre fundamentalmente en dos novelas, Cuando la noche muera (1981) y El polvo y el oro (1993), mientras que en obras posteriores, como A lo lejos volaba una gaviota (2004) y Llueve sobre La Habana (2004), vuelve otra vez a la historia más cercana, pues se trata de narraciones centradas en el período especial cubano, que comenzó en 1989. Para finalizar el estudio detallado del tema histórico en la narrativa de Travieso, hemos realizado una edición crítica de su obra maestra, El polvo y el oro, que aclara muchos de los aspectos que se han tratado específicamente en el capítulo quinto. En definitiva, hay que considerar la obra de Julio Travieso como una aportación importantísima al proceso que ha sufrido la novela histórica cubana desde los presupuestos científicos de la modernidad, en sus primeras obras, y la tendencia en los años noventa a instalarse cada vez más en el espacio de la ¿nueva novela histórica hispanoamericana¿, de carácter posmoderno, por su tendencia a contradecir la historia oficial, ofrecer dudas en lugar de certezas, asumir rasgos de ambigüedad, crítica o parodia, incurrir en continuas idas y venidas entre el pasado y el futuro y asumir una propuesta desmitificadora de la historia de la isla.