Dinámica post-incendio de la madera muerta e implicaciones de su manejo para las comunidades de insectos

  1. Molinas González, Carlos Rubén
Zuzendaria:
  1. Jorge Castro Gutiérrez Zuzendaria
  2. Alexandro Bitol Leverkus Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 2020(e)ko urtarrila-(a)k 30

Epaimahaia:
  1. Felipe Pascual Presidentea
  2. Penélope Serrano Ortiz Idazkaria
  3. Leonor Calvo Galván Kidea
  4. Daniel Moya Navarro Kidea
Saila:
  1. ECOLOGÍA

Mota: Tesia

Laburpena

La resiliencia de los bosques a los incendios es una de las principales características de los ecosistemas mediterráneos. La recuperación de las comunidades vegetales y animales tras este tipo de perturbación es un proceso lento y que dependerá principalmente de la cantidad y calidad de legados biológicos que permanecen tras un incendio, en especial la madera quemada ya sea que se mantengan erguida o al nivel del suelo, representa uno de los componentes de mayor importancia en los bosques de todo el mundo y son fundamentales para la regeneración post-incendio. El manejo de la madera quemada tiene la capacidad de afectar diferentes aspectos de la dinámica post-incendio debido a que implica un importante cambio estructural dentro del medio, en especial cuando la misma incluye la extracción de la madera se produce una disminución en la cantidad y calidad de materia orgánica en descomposición. De manera que, el tipo de manejo en el que se plantee la extracción total o parcial de la madera muerta, podría afectar a diferentes aspectos de la sucesión post-incendio como el reciclado de nutrientes y la recuperación de la biodiversidad. En la presente tesis, he estudiado la dinámica post-incendio a través de una escala de tiempo larga «10 años desde los tratamientos de la madera y 11 desde el incendio», midiendo los efectos derivados del manejo de la madera muerta sobre; la tasa de caída de arbolado, la descomposición de la madera y sus implicaciones sobre la abundancia y diversidad de macroartrópodos edáficos. Para ello, he utilizado un diseño experimental, que consta de tres parcelas dispuestas a lo largo de un gradiente altitudinal, en la cual se establecieron tres réplicas que difieren en el grado de manejo de la madera muerta: 1) Extracción, que significó el corte de todos los árboles y triturado de las ramas. 2) Intervención intermedia, que corresponde a un corte parcial de la masa arbórea, dejando toda la biomasa in situ. 3) No intervención, donde todos los árboles fueron dejados en pie y no se realizó ningún tipo de actuación. En el capítulo 1, analizo la estructura física generada por la tasa de caída de arbolado tras el incendio. Aquí compruebo que la tasa de caída resultó ser un proceso rápido que alcanzó al 100\% de los árboles tras 5.5 años. La tasa de caída varió en función del diámetro de los árboles y la estructura impuesta por el tipo de manejo, independiente de la altitud a la que se encontraban. A partir de estos resultados, se pudo reconocer dos aspectos fundamentales de la dinámica del sistema. Primero, el tiempo necesario para pasar de una estructura vertical a una horizontal. Segundo, la estructura del hábitat resultante del tipo de manejo, el cual determino el tiempo de permanencia de los árboles. En el capítulo 2, determino la tasa de descomposición de la madera muerta a través de un gradiente altitudinal. La descomposición es un proceso natural que determina el retorno de los nutrientes almacenados en la madera muerta y que eventualmente se depositarán en el suelo. En este capítulo se pudo comprobar que la madera muerta perdió 15\% de su masa tras 10 años de descomposición. Su tasa varió en función del diámetro, en donde los troncos de mayor tamaño alcanzaron un mayor estado de descomposición. Con esto se pudo determinar que la descomposición la madera muerta, podrá proveer al suelo de los nutrientes almacenados en su interior. Por otra parte, los procesos de descomposición, en especial en troncos de mayor diámetro, fueron mediados en muchos casos por insectos xilófagos con la posibilidad de repercutir directamente sobre la fauna que habita por debajo de los troncos (capítulo 3). En este capítulo se pudo concluir que la descomposición es un proceso lento y gradual, que permitirá asegurar la rotación de los nutrientes entre la madera muerta y los suelos. De manera que la madera quemada constituye un importante reservorio de nutrientes que se irán agregando de manera progresivamente al sistema. En el capítulo 3 analizamos las implicaciones del manejo de la madera muerta sobre la abundancia y diversidad de las comunidades de macroartrópodos edáficos. La recuperación de las comunidades edáficas es un proceso lento y variable para cada grupo taxonómico, con importantes consecuencias en procesos como el reciclado de nutrientes. Los resultados obtenidos destacan que la madera quemada tuvo un efecto positivo aunque muy pequeño sobre la abundancia y riqueza de los diferentes grupos de macroartrópodos edáficos. Este efecto positivo se debió principalmente a través de la mejora en las condiciones microclimáticas y a nivel del recurso (a través de una mayor disponibilidad de microhábitats) y probablemente a través de la sucesión vegetal. Como conclusión final, el manejo de la madera muerta afectó a la dinámica post-incendio. Particularmente sobre la tasa de caída de árboles. Por un lado, la tala selectiva determinó una entrada rápida al sistema de troncos de mayor tamaño, además de permitir que una gran cantidad de materia orgánica cambie su estado vertical a horizontal en poco tiempo.Por otra parte, troncos de mayor tamaño tuvieron una mayor tasa de descomposición que troncos de menor tamaño, debido a la presencia de una fauna especializada. La descomposición de la madera permitió la retroalimentación gradual de los nutrientes contenidos en su interior. En su conjunto las diferentes características derivadas del manejo y en especial donde la madera muerta persiste, tuvieron como resultado un ligero efecto positivo sobre la comunidad de macroartrópodos edáficos, 10 años tras el incendio.