Sistemas técnicos de producción cerámica en el Guadiana Medio durante la Edad del Cobre.

  1. Odriozola Lloret, Carlos P.
Dirigida por:
  1. Víctor Hurtado Pérez Director/a
  2. Ángel Javier Justo Erbez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 28 de mayo de 2010

Tribunal:
  1. Concepción Blasco Presidente/a
  2. Leonardo García Sanjuán Secretario/a
  3. Marcos Martinón Torres Vocal
  4. Josefa Capel Martínez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 296635 DIALNET

Resumen

Con este trabajo pretendemos contrastar y evaluar el paquete teórico metodológi­co expuesto anteriormente en su aplicación a la cerámica de prestigio del III mile­nio ANE en el GM, concretamente en el TTB. Ello supone una cambio con respecto a los estudios que tra dicionalmente vienen aplicándose a la cerámica campanifor­me española, restringidos al estilo y la forma. Aunque el enfoque propuesto no es particularmente nuevo si lo es el desarrollo teórico-metodológico expuesto, así como su aplicación a la cerámica campaniforme del GM.La metodología del corte de la Ciencia de Materiales de la que nos hacemos eco lleva años gestándose y aplicándose en otros países (Estados Unidos de Améri­ca, Guatemala, México, Perú, ...) al estudio de las sociedades americanas prehis­pánicas con gran éxito. Pero no será hasta hace relativamente poco y gracias a la etnoarqueología que esta disciplina ha sido capaz de sobrepasar los límites del funcionalismo para entrar de lleno en el siglo XXI.El gran objetivo de este trabajo es generar y aplicar la línea teórico-metodológica expuesta en los capítulos anteriores a la investigación del campaniforme y otras especies cerámicas que podamos considerar de prestigio en el Suroeste peninsu­lar, ya que las pequeñas investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha son pun­tuales y de un marcado carácter funcionalista; limitándose a la descripción de las características estructurales de la cerámica sin ahondar en los aspectos sociopolí­ticos y culturales de las que son fruto. Estos estudios de tipo puntual se vienen rea­lizando también en otras comunidades autónomas (Madrid, Cataluña, Galicia, �) a la vez que existen algunos trabajos concretos centrados en esta región de Tierra de Barros, que han sido llevados a cabo por el equipo de investigación que dirige Víctor Hurtado, pero que carecen de una interpretación holística, y su espectro interpretativo a nivel social es muy reducido, quedando básicamente restringido a aspectos técnicos o a estudios de procedencia. Prestaremos especial atención a los datos derivados del estudio de la CTO que aporten información relevante a la hora de evaluar el proceso de evolución y que puedan ser considerados indicios indirectos o indicadores de los procesos de cam­bio como i.e. la especialización artesanal, la organización económica de la produc­ción y la aparición de grupos corporativos que atestigüen la competencia por el poder y la existencia de fuerzas centrífugas ante un poder centralizado. Ya que ello será en última instancia lo que nos indique el estadio evolutivo de las sociedades del GM. En este sentido es parte integral de nuestro enfoque la aproximación a la estructu­ra y al agente en el proceso de cambio a través de la materialización de la conducta social y la competencia política en el registro arqueológico, para poder así inferir un modelo socioeconómico particular para el TTB. No es objetivo de este trabajo generar un modelo universalista o extrapolable, sino que pretendemos generar un marco teórico-metodológico que sirva para profun­dizar en las variables que afectan a la relación entre la tecnología, la estructura social y los agentes de cambio en un plano social, económico y político del que tras comparaciones cruzadas con otros casos particulares puedan extraerse procesos de carácter general. Uno de los pilares de este trabajo es la certera intención que tenemos de interpre­tar la tecnología cerámica dese un plano sociopolítico y económico. En relación a la evolución social, uno de los objetivos que perseguimos en el desa­rrollo de este trabajo es ahondar en el conocimiento que sobre la paleoeconomía y las relaciones del poder en las sociedades del GM a través del estudio de las in­teracciones y la CTO. Para ello partimos de los análisis previos que de la economía de subsistencia han realizado ya otros autores para centrarnos en la economía política, en el análisis de la organización económica de la producción cerámica de prestigio y de las cuentas de collar realizadas con piedras verdes ornamenta­les, igualmente nos referiremos a los datos que otros autores han aportado con respecto a la minería y metalurgia. Con ellos tendremos una visión general de las relaciones de producción y las pautas de distribución y consumo de los bienes de prestigio, dentro del marco teórico que hemos expuesto en detalle con anterio­ridad, y que deben venir a confirmar el modelo expuesto en el capítulo anterior. A día de hoy las evidencias que existen en el GM en cuanto a la intensificación de la producción agropecuaria son a día de hoy escasas ya que se han realizado es­casos análisis de fauna y flora, y en su mayoría de carácter indirecto referidas a la introducción de la tracción animal, los dientes de hoz, las láminas de silex, hachas pulimentadas, molinos de mano, queseras, silos, � lo que sin duda supone un apo­yo sobre el que sustentar esta intensificación, pero el dato que actualmente me­jor soporta este peso interpretativo son los numerosos silos de almacenamiento, los numerosos molinos de mano y las numerosas vasijas de almacenamiento. Los silos de almacenamiento han sido fruto de numerosas discusiones y considera­ciones que van dese considerarlos simples basureros, lugares votivos, almacenes, � sin olvidarnos de sus implicaciones en cuanto a la propiedad del grano almace­nado comunal, privada, gestionada, � No existe actualmente consenso más que en considerar que efectivamente a nivel global se está dando un avance técnico que posibilita una mejor y eficaz explotación agropecuaria de las tierras de cultivo, que facilitó en cierto modo la transición de sociedades �igualitarias� o de jerar­quización horizontal a sociedades que poco a poco irán desarrollando jerarquías verticales. Un aspecto importante es que el excedente genera una economía de ri­queza que predispone a estas entidades políticas regionales a interaccionar entre ellas mediante intercambios bien de productos alienables que complementan la economía de subsistencia o bien de productos inalienables sobre la que sustentan su recién adquirida posición, es decir, a través de los materiales que circulan den­tro de estas redes sociales de interacción se estructura y legitima un nuevo género cultural y se desarrollan las identidades individuales (corporativas) de la elite que tiene su base en las diferencias socioeconómicas que el nuevo género cultural fa­cilita. Será precisamente en este contexto donde el campaniforme, los materiales exóticos y los símbolos sean utilizados para estructurar, legitimar y santificar un nuevo género cultural que a todas luces resulta en la asimetría entre individuos dentro de un colectivo y que facilita la aparición de la competencia y la lucha inter­na por alcanzar posiciones sociales más elevadas y mayores riqueza. El campaniforme dentro de este panorama de cambio funcionaría como sustento de las nuevas posiciones de poder, la del cacique y los líderes locales que confor­man la estructura de poder de la entidad política regional, que mediante su pro­ducción, distribución y uso consolidan este reparto de poderes y el nuevo género cultural aparecido tras la intensificación de la producción agropecuaria. El uso de estos vasos campaniformes estaría asociado a ceremonias que a su vez consoli­darían estas nuevas posiciones de poder mediante su santificación. Durante estas ceremonias se realizan festines y los líderes se muestran generosos con el resto de la comunidad o con parte de ella (sus clientelas) que se benefician de esta forma de un reparto de poder generando el caldo de cultivo para que surja la competen­cia faccional por el poder y el control de los recursos. Como venimos argumentando uno de los mecanismo con los que cuentan los líde­res a la hora de institucionalizar estas relaciones sociales es el campaniforme, que entendemos es un poderoso símbolo que materializa precisamente esta situación y que es usado para institucionalizar el nuevo género cultural, que distingue a los portadores de los que no lo portan y que se constituye en la base sobre la que se desarrolla la identidad de estos líderes. Como ya hemos argumentado la identidad se crea a través del desarrollo de papeles sociales dentro de un género cultural dado, donde la estabilidad de esta identidad depende de que el desarrollo del pa­pel sea acorde con la percepción que la sociedad y el propio individuo tienen de lo que debería ser la conducta de el individuo que desarrolla ese papel (Stryker y Burke, 2000) Estas sociedades muestran claras pervivencias de un mundo Neolítico como son la pervivencia de sepulcros colectivos, pero a su vez dejan entrever claros síntomas de cambio como la aparición de una especialización funcional con la aparición de artesanías especializadas, la tendencia a reducir el tamaño y número de indivi­duos en los sepulcros como a su vez una tendencia hacía la individualización de los ajuares y el desarrollo de una economía basada en la riqueza con importantes redes de interacción social que llegan a abarcar grandes distancias. Estas redes de interacción ya estaban presentes desde el Neolítico como atestiguan los intercam­bios de piedras para ornamento personal verdes (Edo et al., 1995, Villalba, 2002), vulgarmente conocidas como calaita, y que servirán de base para el desarrollo del campaniforme y de este nuevo género cultural. Basándome en el análisis territorial llevado a cabo por Hurtado (1995), que ha evidenciado un territorio organizado socio-políticamente en torno a La Pijotilla, y ha dejado a su vez patente un posible proceso de complejización social (García Sanjuán y Hurtado 1997; García Sanjuán 1999; Hurtado 1999, 2000, 2005). Según estos trabajos se asume una especialización comunal funcional de los diferentes asentamientos que conforman el TTB, en base al nicho ecológico que ocupan y el principio de eficiencia en la producción o realización de esas funciones por cerca­nía a los recursos. Queda patente que el proceso de especialización ocupacional, posibilita el desarrollo de especialistas a nivel religioso, militar, administrativo, � formando parte del desarrollo del aparato de especialización en el que se desen­vuelve la producción cerámica. Si aceptamos que la cerámica campaniforme y ciertas cerámicas decoradas son producciones de prestigio y que su distribución está restringida a las élites, las estamos categorizando cómo cerámicas especializadas dependientes, definidas a nivel de escala y organización de la producción cómo manufacturas de lujo elabo­radas por artesanos especializados, los cuales producen para las élites que los sub­vencionan. Esta categoría cerámica de prestigio se contrapone, a las producciones independientes de base familiar o doméstica. Luego el primer objetivo concreto de este trabajo será contrastar mediante las características estructurales de las cerá­micas asignadas a ambas categorías que dicha distinción o agrupación es correcta.Se asume igualmente, que las cerámicas de producción doméstica, dentro de este tipo de organización social en proceso de �complejización�, son realizadas por el mismo grupo que las consume. En contraposición a el caso de las producciones de prestigio, las cuales serían realizadas por especialistas bien en base familiar o en colectivos sin parentesco, quizás a tiempo parcial y/o ligados a las élites (Rice 1991; Costin y Hagstrum 1995) para ser consumidas, en principio, por un gru­po externo al productor, las élites. Esto implicaría una producción más cuidada o de calidad y una cierta estandarización de la producción, que puede apreciarse en las producciones consideradas de lujo, cómo las campaniformes y las pastillas repujadas (Estrada et al. 1997). Así, se pretende caracterizar ambas categorías cerámicas, y corroborar qué cerámicas pueden ser susceptibles de una u otra ca­tegorización. Mediante el estudio de las características estructurales y las propiedades formales se pretenden obtener datos que sean concluyentes a la hora de realizar grupos y subgrupos de especies cerámicas. Con ello se determinará si las diferentes partes integrantes del TTB estaban abastecidas por diferentes sistemas de producción-distribución o si por el contrario el control efectivo del lugar central redistribuidor sobre los medios de producción aglomera y controla a éstos, generando un siste­ma único de producción-distribución. Ello nos indicaría el grado de concentración e independencia de estos centros productores con respecto al lugar central. Ello hace necesario la identificación de las variantes regionales de cada especie, que se definen a través del análisis composicional de los materiales. Los resultados que se obtienen al aplicar la metodología anteriormente expuesta, se utilizarán para intentar inferir la procedencia de los grupos y subgrupos cerámicos dentro del entramado regional de Tierra de Barros, la organización de la producción: escala, intensidad, concentración y vinculación de la producción. Igualmente basándonos en el análisis territorial llevado a cabo por Hurtado (1995), que ha evidenciado un territorio organizado socio-políticamente en tor­no a La Pijotilla, y ha dejado a su vez patente un proceso de complejización so­cial (García Sanjuán y Hurtado 1997; García Sanjuán 1999; Hurtado 1999, 2000, 2005), y una �identidad grupal� basada en la representación canonizada del ído­lo oculado calcáreo con unas características estilísticas propias de este territorio (Hurtado 1995), se pretende contrastar la hipótesis que versa acerca de un terri­torio definido en el TTB a través de la cerámica, basándonos en los conceptos de identidad tecnológica anteriormente expuestos, ya que el proceso de producción, llevado a cabo mediante la repetición rutinaria de actividades concatenadas, es fruto del sistema lógico-simbólico del que participan las comunidades. Así, podre­mos observar si esa identidad técnica se da solamente a nivel local, dentro de una comunidad productora, o por el contrario se extiende a nivel territorial, dentro de Tierra de Barros, a nivel regional o en todo el SO peninsular. Se estudiará rigurosamente el proceso de producción, prestando especial atención a determinados segmentos y procesos, cómo son el de las incrustaciones de pastas en las decoraciones incisas e impresas, la cocción, selección y procesado de las materias primas o la coloración, para, de esta forma, lograr entender segmentos y procesos concretos del proceso de producción y las actividades llevadas a cabo dentro de ellos, que definen las técnicas utilizadas y que en algunos casos a día de hoy aún son desconocidas. Otros segmentos, sin embargo, no se estudiarán, cómo es el caso del modelado o el estilo y la forma, bien porque el estado tremenda­mente fragmentado del conjunto de cerámicas recuperadas no lo permite, o bien porque ya han sido o están siendo estudiados por otros miembros del equipo de investigación. Por lo que una vez propuestos los modelos de los diferentes proceso de producción utilizados en la producción cerámica para cada yacimiento, se pre­tende compáralos entre ellos en base a las diferentes especie cerámica presentes en los mismos. El estudio de los procesos de producción y las elecciones técnicas adoptadas en la manufactura cerámica deberán aportarnos datos que apoyen o refuten la hipóte­sis de unidad lógico simbólica que abarca el TTB en base a los artefactos ideo-téc­nicos presentes en él (Hurtado 1995), y del que la cerámica de prestigio formaría parte. A su vez aportará datos acerca del lugar de producción de los recipientes cerámicos basándonos en las divergencias o similitudes técnicas observadas en ellos. Todo esto nos hará acercarnos al concepto de Identidad tecnológica, y a su vez contrastar la escala inter-territorial de los intercambios propuesta por Hurta­do y Amores (1982, 1985) para las cerámicas de pastillas repujadas. Pretendemos comprobar si las variaciones técnicas entre yacimientos y territorios son fruto de un proceso de copia, transferencia o adaptaciones técnicas a nuevas formas de ostentación y legitimación del poder procedentes de territorios o comu­nidades vecinas, o si por el contrario las escasas importaciones marcan una pauta nueva a imitar. Y así, poder contrastar si los influjos estilísticos que se producen son importaciones a lo largo de una vía comercial terrestre (Hurtado y Amores 1982, 1985; Alday 2001) o marítima (Salanova 2000), en base a la comparación de las técnicas involucradas en los procesos de producción. La interacción o las relaciones sociales son un potente mecanismo de cambio social, a través de ella se desarrollan nuevos hechos institucionales que acaban materializándose en diferentes géneros culturales con sus correspondientes gé­neros lingüísticos. Las interacciones sociales pueden ser muy variadas, desde ma­ trimonios, alianzas, pactos, competencia, patronazgo-clientelas, � Durante estas interacciones se dan una serie de procesos muy importantes que afecta al género cultural resultante que es la emulación y la competencia política (faccionalismo). A través de la constatación empírica de los flujos de bienes precisos (teoría del intercambio) pretendemos evaluar las interacciones entre las entidades políticas regionales en su dimensión macro espacial o inter territorial en el GM y dentro de la entidad política regional definiendo las relaciones de poder entre los asenta­mientos. El objetivo principal de esta tesis doctoral consiste en analizar las pautas que dan lugar a la variabilidad técnica en la producción cerámica de prestigio a escala local, regional y transregional, caracterizando para cada una de estas escalas las eleccio­nes técnicas que definen la identidad técnica de las diferentes unidades arqueoló­gicamente identificables. Así, a nivel local pretendemos identificar los grupos corporativos existentes (Ha­yden y Cannon, 1982) en un asentamiento, en base a su identidad técnica. Ella a nivel teórico debería corresponderse con la identidad de la elite social de las diferentes unidades políticas locales que componen la entidad política regional del TTB, a la vez que estaría materializando la estructura socioeconómica de la entidad política regional. A nivel regional la competencia política motivará el intercambio de símbolos de poder que pueden ser rastreados desde su origen. Si asumimos que las recetas materializan la identidad de la estructura y de los agentes; y que es equivalente al concepto de fuente, podremos aplicar la teoría del intercambio (Earle y Ericson, 1977) para determinar la dirección y el volumen de los flujos cerámicos desde su origen a su destino y de forma indirecta ver el grado de control político que tiene el centro sobre las diferentes unidades políticas que componen el TTB. A nivel teórico hemos postulado que la este flujo deberá de responder a un sistema de producción centralizado, por lo que esperamos que la mayoría de la producción sea local y tan sólo una parte minoritaria sea intercambiada como fruto de estrate­gias políticas, siendo la cerámica en un primer momento producida y distribuida desde el lugar central de la entidad política regional para posteriormente y fruto de políticas centrífugas pasar a ser producida de forma local por las unidades po­líticas locales que compiten con la institución gobernante por el control sobre las fuentes de riqueza. Teniendo en cuenta las propuestas teóricas realizadas en el capítulo anterior pre­tendemos analizar, a través de las técnicas analíticas propias de las Ciencia de Materiales, la CTO utilizada en la producción cerámica de prestigio, en la que in­corporamos no sólo la cerámica campaniforme sino también las cerámicas deco­radas, las cerámicas de pastillas repujadas y las cerámicas de paredes finas, con el objetivo de determinar las diferentes recetas que hay en uso en el GM, con especia énfasis en la orilla izquierda. De la misma forma aspiramos a poder evaluar la organización económica de la producción cerámica y el tipo de especialización artesanal en el TTB, el lugar de producción, su distribución y consumo entre las distintas unidades que confor­man la estructura social, de esta forma obtendremos una información detallada de los roles e identidades que desarrollan los asentamientos dentro del entramado territorial propuesto para el TTB, nos basaremos para ellos la hipótesis de la es­tandarización (Blackman et al., 1993) a través de la cuál determinaremos el grado de especialización artesanal existente y como se organiza a nivel económico la producción (Costin y Earle, 1989, Costin, 1991, 2000, Costin y Hagstrum, 1995, Clark y Parry, 1990) y cual es el grado de desarrollo socioeconómico atribuible a estos grupos en base a esta variable, es decir, como se articulan económicamen­te. Si asumimos que tanto la existencia de una economía políticas (Earle, 1997, 2002), y que todos los cambios estructurales en la identidad del colectivo, entendi­da como la unión de todos los subsistemas está ocasionada por intereses políticos de carácter económico podremos llegar a determinar la identidad de los agentes que fuerzan el cambio a través de la manipulación de los símbolos materiales que codifican la cultura. La especialización artesanal, la centralización y control de la producción son as­pectos clave a la hora de evaluar de manera concisa el estadio evolutivo de la socie­dad, y suponen un cambio importante con respecto al estadio evolutivo anterior tal y como hemos visto en los capítulos anteriores.