Sesgos inducidos por el sentido de lectoescritura en la comprensión del lenguaje habladoestudios intra e interculturales

  1. Román Reche, Antonio
Dirigida por:
  1. Julio Ramón Santiago de Torres Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 28 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Pío Tudela Garmendia Presidente
  2. Sergio Moreno Ríos Secretario
  3. Chris McManus Vocal
  4. Roberto Bottini Vocal
  5. Javier Valenzuela Manzanares Vocal
Departamento:
  1. PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL

Tipo: Tesis

Resumen

La tesis está escrita en inglés pero tiene una introducción y unas conclusiones en castellano. Lo que se pone aquí es la parte en castellano. SESGOS INDUCIDOS POR EL SENTIDO DE LECTO-ESCRITURA EN LA COMPRENSIÓN DEL LENGUAJE HABLADO. ESTUDIOS INTRA E INTERCULTURALES. Antonio Román Reche Director Dr. Julio Santiago de Torres Departamento de Psicología Experimental Facultad de Psicología Universidad de Granada 2015 El objetivo principal de todos los estudios presentados bajo esta tesis es explorar los sesgos producidos por el sentido de lecto-escritura (SLE) habitual en la representación mental que hacemos de descripciones espaciales a partir del lenguaje oral. Estas son las diez preguntas que nos hemos hecho secuencialmente a lo largo de todo el proceso y que se han ido contestando en los sucesivos experimentos: OBJETIVOS Objetivos del estudio 1 1. ¿Es capaz el SLE de afectar a la forma en que representamos los modelos mentales provenientes del lenguaje oral? Aquí nos interesa tan sólo saber si existe el efecto: si el hecho de ser una persona alfabetizada y expuesta durante años a un cierto SLE es capaz de sesgar cómo representamos mentalmente la información contenida en un mensaje oral. 2. Si el SLE es capaz de sesgar dicha representación, ¿pueden diferentes SLE producir diferentes sesgos en dicha representación? Como vimos en la introducción, todas las culturas despliegan su sistema de escritura en un plano, pero no todas coinciden en la dirección en que lo hacen. Nos preguntamos, por tanto, si estos sesgos son opuestos en lenguas que tengan diferentes SLE, en concreto español (en España) y árabe (en Marruecos). 3. ¿Es este sesgo inmutable una vez que se establece o es flexible? Nuestra lengua nativa y su escritura sin duda nos determina en gran medida en cómo percibimos nuestro entorno. Pero queremos saber si un cambio de cultura, p.ej., al ir a vivir a un país con diferente lengua y SLE, es capaz de cambiar la forma nativa que tenemos de representar la información. O si, por el contrario, nuestros sesgos ligados al SLE son un equipaje que va con nosotros allá donde vayamos. Para ello se hace necesario evaluar a un grupo de personas de una cultura que lleven un determinado tiempo inmersos en una nueva cultura. En nuestro caso se evaluaron en España a árabes que ya vivían aquí una media de 5.8 años, habiendo tenido tiempo de adaptarse a nuestra lengua y cultura. Nos interesa, por tanto, con esta pregunta explorar la plasticidad a largo plazo de este sesgo en nuestro sistema cognitivo. 4. ¿Es estrictamente necesario estar expuesto durante mucho tiempo a un SLE diferente para sesgar nuestras representaciones mentales? Si en la pregunta anterior nos preguntábamos por la flexibilidad a largo plazo de personas aculturadas durante años en un SLE diferente al nativo, en este caso queremos comprobar si un breve entrenamiento en un SLE opuesto al nuestro es suficiente para producir cambios en el mismo sentido en nuestras representaciones mentales. 5. Si se demuestra que existe una flexibilidad a largo plazo y otra inmediata o de corto alcance, ¿cuál es más importante? o ¿cómo se relacionan o afectan entre ellas? Objetivos del estudio 2 6. ¿Es el SLE una condición suficiente para generar estos sesgos espaciales si la aislamos de otros factores culturales? Dado que grupos provenientes de culturas diferentes como son la española y la marroquí no sólo difieren en el SLE de sus lenguas respectivas, es necesario profundizar en el tema. Hay multitud de matices inter-culturales a tener en cuenta, así como aspectos religiosos, geográficos, históricos, que dificultan aislar el SLE como causa genuina de estos sesgos. Se hace necesario, por tanto, comprobar, manteniendo todas esas variables culturales constantes, si al cambiar experimentalmente el SLE dentro de una misma lengua, se producen también cambios en cómo creamos la correspondiente representación. Así, expusimos a varios grupos de españoles a SLE diferentes, pero todos en su lengua nativa, y evaluamos sus sesgos espaciales. 7. ¿Cuál es el curso temporal de los sesgos espaciales inducidos por una breve exposición a un SLE diferente? ¿Se desvanecen rápidamente, o perduran en el tiempo? 8. Dado que los sistemas de escritura analizados en esta tesis, aunque con SLE opuesto, son todos horizontales, cabe preguntarnos también sobre qué resultado arrojaría una exposición a un SLE en el eje vertical. Es decir ¿un texto en vertical, hacia arriba o hacia abajo, es capaz también de sesgar nuestra representación mental del mensaje en el mismo sentido? De ser así, ¿ocurre este sesgo con la misma fuerza que en el eje horizontal? Objetivos del estudio 3 9. El sistema de escritura, con su SLE característico, es parte de un sistema mucho más amplio de convenciones direccionales que se manifiestan conjuntamente en una cultura. Estas incluyen la dirección en que se organizan las viñetas de los cómics, se pasan las páginas de los libros, se representan los números, se ordenan los libros en las estanterías de las bibliotecas, etc. ¿Es necesaria la exposición al sistema de escritura para inducir sesgos espaciales en la comprensión de oraciones? ¿O basta con ser expuesto a otras de esas convenciones direccionales covariantes? Dado que los niños pequeños y sus padres comparten muchas horas de ¿lectura¿ de libros para niños bastante antes de que se les empiece a enseñar a leer y escribir, este tipo de sesgos podrían empezar a adquirirse a edades muy tempranas. METODOLOGIA En este apartado hacemos una exposición sucinta de la metodología utilizada para llevar a cabo la fase experimental. Para más detalles, véase el capítulo 3 con los artículos en inglés. Metodología del estudio 1 El estudio 1 consta de dos experimentos. El primero de ellos tiene como objetivo dar respuesta a las 3 primeras cuestiones planteadas en el apartado anterior: ¿existe un sesgo en nuestros modelos mentales dependiente del SLE?, ¿cambia el sesgo si cambiamos de SLE?, ¿es este sesgo inmutable una vez que se establece, o es flexible si hay una inmersión en una cultura y lengua diferente? Para responder a todas ellas, se compara a un grupo de españoles evaluados en España con un grupo de marroquíes evaluados en su país. Asimismo, se añaden en el análisis a un grupo de árabes bilingües y altamente integrados en la cultura española. Todos los participantes se encontraban sentados frente a una mesa y 10 hojas en blanco. La tarea experimental era una versión simplificada de Jahn et al. (2007). Concretamente, escuchaban una frase del tipo ¿la mesa está entre la lámpara y la televisión¿ y la tarea consistía simplemente en dibujar el contenido de cada frase en una hoja diferente. Como hemos visto en el apartado anterior, ese tipo de descripción es ambigua en cuanto a que puede representarse en dos modelos mentales diferentes, los dos verdaderos. Teniendo la mesa en el centro, podemos colocar la lámpara a la izquierda o a la derecha. Esta ambigüedad es la que nos permite usar este procedimiento para detectar posibles sesgos en un sentido u otro, midiendo la cantidad de modelos mentales que los participantes generaban de un tipo u otro. Adicionalmente, se analizaron también el orden de dibujo de los objetos y el orden de relleno del espacio, pero es la variable de tipo de modelo mental el eje en torno al cual se han planteado todos los experimentos de esta tesis. Nuestra hipótesis inicial era que los españoles influidos por un SLE de izquierda a derecha (en adelante I-D) dibujarían el segundo objeto escuchado (lámpara) a la izquierda, para acabar en la derecha (congruente con SLE) dibujando la TV. Por otra parte, los marroquíes evaluados en su país deberían mostrar una preferencia por dibujar la lámpara a la derecha y acabar dibujando la TV en la izquierda (congruente con el SLE del árabe). Por otro lado, el grupo de árabes altamente integrados en nuestra cultura nos dará información respecto a cuán flexible es el sesgo. Si este está muy determinado por nuestra cultura y lengua nativa, este grupo debería mostrar un patrón parecido al de los árabes en Marruecos. Si, por el contrario, encontráramos que su sesgo está más cerca del de los españoles y es distinto a los árabes en su país, demostraría que es flexible al menos tras un largo entrenamiento en un SLE distinto al nativo. El experimento 2 trata de responder si es necesario un tiempo largo de inmersión cultural para adoptar el sesgo de la cultura/lengua huésped o es suficiente hacer la tarea en una lengua diferente a la nuestra para que respondamos con un sesgo acorde al nuevo SLE. Para ello se evaluaron dos grupos de árabes marroquíes bilingües en su país. Ambos grupos dibujaban un bloque de frases escuchadas en una lengua latina (español o francés) y un bloque en dariya (el dialecto local del árabe). Este diseño nos permitió comprobar si, para una misma cultura, el simple hecho de escuchar las frases en un idioma u otro era suficiente para determinar qué sesgo presentaban los participantes. Por otro lado, se contrabalanceó el orden del idioma que hacían primero. Un grupo comenzaba el primer bloque en dariya y el otro grupo lo hacía en una de las lenguas latinas. En este diseño interactúan factores a largo plazo (lengua nativa) con factores a corto plazo (idioma de la tarea), permitiéndonos ver si el idioma de inicio en el primer bloque determina el desempeño en el segundo bloque y si ambos efectos son simétricos o por el contrario uno de los dos ejerce más influencia. Metodología del estudio 2 Los experimentos anteriores, si bien han arrojado resultados interesantes, presentan una relación correlacional entre el SLE junto a otros factores culturales, pero no nos permiten sostener una relación causal directa entre el SLE y la presencia del sesgo. Para desambigüar el efecto del SLE de otras causas posibles, este experimento se realizó sólo en participantes españoles evaluados en español y en España. Para saber si el SLE es el factor clave y, por otro lado, si son posibles sesgos en la dimensión vertical, se formaron 5 grupos de participantes. Antes de la tarea de dibujo, a cada uno se les pidió leer un texto breve en cada una de las direcciones del espacio (texto normal, texto en espejo, texto girado 90º hacia la izquierda para leer de abajo a arriba, y texto girado 90º hacia la derecha para leer de arriba hacia abajo). Un quinto grupo, de control, no fue expuesto a este entrenamiento y realizaron la fase de dibujo directamente. En este estudio se utilizaron figuras geométricas para evitar asociaciones con la horizontalidad de los objetos reales. En este caso nos preguntamos si la breve exposición previa a un texto con distintos SLE es suficiente para producir sesgos congruentes en la posterior creación de modelos mentales, tanto en la dimensión horizontal como en la vertical. Metodología del estudio 3 En el tercer estudio intentamos responder a la cuestión de si es posible adquirir este tipo de sesgos espaciales en comprensión de oraciones mediante la exposición a estímulos direccionales como son las viñetas de los cómics, sin exposición a ningún sistema de escritura. Concretamente, en el experimento 1 se expuso a un grupo de 40 personas a la exploración de un cómic mudo en papel previamente a hacer la fase de dibujo. Este cómic tiene como línea argumental la supervivencia de un grupo de animales ante un desastre natural y no tiene ningún tipo de texto escrito, ni siquiera onomatopeyas ambientales o de los propios personajes. La mitad de los sujetos fueron expuestos a una versión estándar del cómic (que se explora de izquierda derecha) y la otra mitad de los participantes hicieron la tarea con el mismo cómic, pero en versión espejada (con lo que era necesario explorarlo de derecha a izquierda). El tamaño y la distribución de las viñetas en este primer experimento no seguía un patrón completamente consistente, permitiendo la exploración en múltiples direcciones que podrían dificultar la creación del sesgo. Por esta razón se diseñó una tarea en el que el mismo material gráfico era presentado en tiras de cuatro viñetas en una pantalla de ordenador, haciendo más restrictivo el sentido de exploración. De este modo, aunque perdíamos algo de validez ecológica, ganamos más control experimental sobre la dirección de escaneo para cada condición (estándar versus espejada). Hasta aquí, un breve resumen de los objetivos marcados para cada una de las 3 investigaciones, así como la metodología que nos permitió llevarlo a cabo. En el siguiente apartado se encuentran los 3 estudios (en inglés), que siguen el formato de articulo científico. Tras ellos, volvemos en castellano con el capítulo 4 para mostrar un resumen de los resultados y una discusión de los mismos. RESULTADOS Resultados y discusión del estudio 1 El estudio 1 muestra que dos grupos que difieren en cultura y en SLE de sus lenguas, difieren también en cómo representan los modelos mentales provenientes de mensajes orales. Los españoles tienden a presentar más modelos de izquierda a derecha (I-D), concretamente el 70.7 %, mientras que los árabes tienden a mostrar menos modelos I-D tan sólo en el 38.3% de los casos. Estos resultados replican los encontrados por Jahn et al. (2007) y confirman que el sesgo existe, contestando a la primera de nuestras preguntas iniciales, y además se invierte en culturas con lenguas de diferente SLE, lo que contesta a la segunda cuestión. Por otra parte, el grupo de árabes fuertemente integrados en la cultura española mostró un 58.8% de modelos I-D, haciéndolos estadísticamente indistinguibles del grupo de españoles y diferentes del grupo de marroquíes evaluados en Marruecos. Esto responde a la tercera cuestión y refuerza la idea de que estos sesgos poseen cierta flexibilidad y, tras un tiempo de aculturación, la capacidad de instalarse de forma más definitiva como un nuevo esquema mental. La cuarta y quinta preguntas encuentran su respuesta en el segundo experimento, donde al mismo grupo de marroquíes bilingües se les exponía a dos bloques usando idiomas con SLE opuestos. Los resultados demuestran que no sólo está teniendo efecto una flexibilidad a largo plazo, que necesita de años de integración, sino que simplemente hacer la tarea en otro idioma nos sesga congruentemente según el SLE de dicho idioma. Este efecto de la lengua de entrada usada en la tarea es significativa si unimos en el mismo grupo a los árabes del experimento 1 con el primer bloque en árabe del experimento 2. Además, se pudo observar que el árabe en el primer bloque reducía el número de modelos I-D de la lengua latina a 37.9% respecto a cuando esta se usaba en el primer bloque, 58.6%. Sin embargo, la lengua latina no tenía ese efecto de arrastre sobre el árabe cuando este último se presentaba en el segundo bloque. De ahí que podamos afirmar que esta relación es asimétrica y a favor de la lengua nativa. La simetría de la relación entre la lengua nativa y el segundo idioma podría depender en gran medida del grado de bilingüismo. Podemos así concluir que el idioma de entrada en el que se hace la tarea tiene un efecto importante en qué tipo de sesgos espaciales activamos, pero sin olvidar que todo ello está modulado por efectos más a largo plazo de nuestra lengua nativa. Resultados y discusión del estudio 2 El estudio 2 responde a otras tres de las preguntas planteadas. La primera cuestión a responder es si el SLE es causa suficiente de este tipo de sesgos espaciales en comprensión del lenguaje (pregunta 6). Dado que los participantes del estudio 1 eran de culturas diferentes, este no permitía una relación causal directa entre el SLE y el sesgo, ya que ambas comunidades diferían en multitud de aspectos, no solo lingüísticos. Por esta razón, en esta ocasión se compararon cinco grupos de participantes pertenecientes a la misma cultura y ejecutando la tarea en el mismo idioma castellano. Concretamente, un grupo control y cuatro grupos expuestos a un texto en cada una de las cuatro direcciones principales (derecha, izquierda, abajo y arriba). Los resultados mostraron que en el grupo con texto estandar (I-D) aumentaron los modelos I-D hasta un 98.2%, siendo estadísticamente superior al 83,5% del grupo control, lo cual demuestra que es posible exacerbar los sesgos preestablecidos por años de exposición al sistema de lectoescritura habitual. Estos sesgos pueden también revertirse, como indicó el grupo con texto invertido en espejo (D-I), el cual mostró un decremento de los modelos I-D hasta el 55.1%, estadísticamente diferente también al grupo control. Esto contesta claramente a la pregunta 7 sobre si un entrenamiento congruente o incongruente sería capaz de elevar o bajar los niveles del sesgo por encima o por debajo de esos niveles basales, y demuestra que el SLE es causa suficiente de sesgo en la construcción de modelos mentales. Con respecto a la cuestión de si sería posible crear el sesgo en el eje vertical, los tres grupos comparados hasta ahora presentaron una fuerte tendencia a dibujar sólo en la horizontal, y no mostraron ningún modelo vertical. Nos preguntábamos en la pregunta 8 si una experiencia previa en el eje vertical sería también capaz de sesgar nuestros modelos mentales hacia ese mismo eje espacial. Para ello analizamos los grupos con texto en vertical. El grupo con texto hacia abajo mostró un 76.9% de modelos I-D, siendo significativamente menor que el 83.5% de grupo control. Sin embargo, no podemos decir que este efecto se deba a que el SLE hacia abajo produzca un sesgo a favor de modelos de D-I. Más bien la bajada ha sido consecuencia de tener que repartir el total de respuestas entre un abanico más amplio de respuestas al entrar en escena las verticales. Estos valores verticales del grupo de texto hacia abajo, aunque no muy grandes, sí son teóricamente importantes, máxime cuando de ellos no hay ni rastro en los grupos horizontales. Esto pone de manifiesto, por un lado, que es posible sesgar también nuestros modelos mentales en un eje no muy común de una forma rápida y, al mismo tiempo, delata la fuerte tendencia a organizar nuestros modelos en la horizontal debido a esquemas más establecidos y de largo plazo. Finalmente, los datos también apuntan a que el efecto tiene una vida limitada en el tiempo y apenas dura todo el experimento. Si representamos el numero de modelos I-D a lo largo de los distintos ensayos, se puede comprobar en la figura 3 del estudio 2 que la condición de texto espejado empieza con pocos modelos al comienzo del experimento, pero se va recuperando y tiende a ir en la dirección basal o de valores más cercanos a control. Queda, pues, patente que el efecto a corto plazo se forma rápidamente tras un breve entrenamiento, pero que de no seguirle un entrenamiento a largo plazo, se extingue igual de rápido, volviendo el sistema a mostrar de nuevo esquemas más nativos o de largo plazo. Resultados y discusión del estudio 3 Hasta ahora hemos explorado el papel que juega el SLE en la formación de sesgos en modelos mentales en comprensión del lenguaje. Se ha afianzado el papel causal del SLE al separarlo de otros factores culturales y se han explorado sus características dinámicas al establecer hasta qué punto es un proceso flexible y qué tipos de flexibilidad confluyen e interaccionan. Seguidamente nos preguntábamos con la pregunta 9 si sería posible establecer este tipo de sesgos a partir de experiencias direccionales que covarían con el SLE, como son la dirección de las viñetas de los cómics, entre otras. La respuesta a esta cuestión no pudo ser contestada en el experimento 1 del estudio 3, debido posiblemente a que el prime no era lo suficientemente directivo en el sentido de exploración. La total libertad de los participantes para explorarlo y la utilización de movimientos en todas direcciones para hacerlo, posiblemente no permitió la consolidación de sesgos claros en una dirección, dando como resultado un 74.9% y un 73.7% de modelos I-D en las condiciones estándar y espejada, respectivamente. Pero cuando el patrón de exploración se hizo más consistente en el experimento 2, el grupo expuesto previamente a las tiras de cómic I-D presentó un mayor número de modelos I-D (89.9%), frente al grupo espejado, que sólo mostró un 67.7% de modelos I-D. Estas dos condiciones no sólo difirieron entre sí, sino que fueron significativamente diferentes de los valores mostrados por dos grupos control: los dos grupos del experimento 1 tomados conjuntamente, y el grupo control del estudio 2, que recibió exactamente las mismas frases sin ninguna experiencia direccional previa. En resumen, podemos concluir que la simple exploración de viñetas, sin mediación del lenguaje escrito, de un cómic mudo es una causa suficiente de sesgos en la construcción de modelos mentales. Estos resultados apoyan la idea de que las experiencias de ¿lectura¿ compartida entre padres y niños pequeños pueden ser causa de la presencia de este tipo de sesgos espaciales en niños preletrados (Patro & Haman, 2011; Shaki et al., 2012; Tversky et al., 1991). Los padres dedican mucho tiempo a este tipo de interacción con sus hijos, mostrándoles libros muy sencillos en los que el adulto refleja sus propios sesgos espaciales al apuntar y señalar la historia con sus dedos. Así, aunque aún no esta presente la escritura, los niños ya están expuestos a un escaneo I-D temprano. Discusión General A tenor de los resultados mostrados en esta tesis, no cabe duda de que el sentido en el que leemos y escribimos tiene un fuerte papel en cómo representamos, mediante modelos mentales, el contenido lingüístico. Conforme oímos una descripción de una escena, el sistema va construyendo un modelo mental que es coherente con las proposiciones expresadas en el lenguaje. Buscamos que este modelo sea lo más simple posible, dado que se forma y se manipula en la memoria de trabajo, de capacidad limitada. Los resultados de esta tesis muestran que hay dos tipos de flexibilidad presentes y que interactúan según las circunstancias de la tarea. Por una parte, la repetida exposición a un patrón consistente acaba por convertirse en un esquema de acción que se encuentra activo por defecto. Este tipo de esquemas almacenados y recuperados de la memoria a largo plazo son muy útiles para responder de la misma forma a situaciones que ya hemos vivido anteriormente y en condiciones parecidas. Esto supone el ahorro de tener que aprender de nuevo la misma estrategia de acción ante situaciones que no han cambiado. Pero un sistema altamente adaptativo como es el cerebro necesita también tener una estrategia a corto plazo, la capacidad de sustituir ese esquema consolidado por otro de creación inmediata para responder a situaciones donde las condiciones normales han cambiado. Estas dos flexibilidades interaccionan entre ellas, ya que el esquema a largo plazo tarde o temprano volverá a ocupar su lugar una vez hayan pasado las circunstancias novedosas que lo relegaron en favor de nuevos y provisionales esquemas de acción. El cerebro es en última instancia un sistema cuyo principal fin es la supervivencia de su portador. Sus procesos mentales, en base a esto, están dirigidos a solucionar los problemas que de forma continua les presenta el ambiente. Una forma de hacerlo es integrando la información externa y las respuestas que devolvemos al ambiente de forma coherente. La búsqueda de coherencia en todo lo que se percibe y responder en consecuencia ha sido después de todo un acierto para sobrevivir en un ambiente a priori con demasiada información y además desorganizada. La coherencia no implica estar en lo cierto. Podemos estar coherentemente equivocados pero en términos evolutivos nos ha permitido llegar hasta aquí. En esta dirección apunta la teoría de los modelos de trabajo coherentes propuesta por Santiago, Román y Ouellet (2011). La información que ya tenemos activa en nuestra MT sesga a representar el resto del input de forma coherente con ella. Así, hablar en un idioma determinado activa en la MT el sentido en el que se escribe y lee dicha lengua, aunque no esté explícitamente presente si el canal de entrada es el auditivo. Finalmente, los resultados de esta tesis muestran también indicios de la existencia de procesos cognitivos comunes a todos los grupos experimentales sobre cómo se procesa la información entrante y se acomoda en la MT para elaborar modelos mentales y, en última instancia, la conducta. Todos los participantes de los estudios de esta tesis, independientemente de su cultura, tienen una tendencia muy clara a dibujar los objetos en el mismo orden en el que van apareciendo en el mensaje oral. Por ejemplo, la frase ¿la mesa está entre la lámpara y la televisión¿ puede ser dibujada en seis combinaciones diferentes. De forma sistemática, las personas dibujan primero el primer objeto mencionado en la frase, luego el segundo y finalmente el tercero. Con ello se consigue bajar la carga de memoria de nuestra MT al no tener que recordar elementos que han salido temprano en la secuencia pero que se dibujan después. La existencia de esta constante al margen de culturas o lenguas es importante en cuanto que delata a los elementos comunes sobre los que operan y cobran existencia esos otros que nos diferencian. En otras palabras, y como conclusión, la estructura básica del sistema de construcción de modelos mentales a partir del lenguaje es común y universal, y está caracterizada por la búsqueda de la coherencia y una importante limitación de capacidad. Este sistema común comienza desde el nacimiento a acumular sesgos espaciales en función del tipo de experiencias direccionales a las que somos expuestos. Se necesita más investigación para profundizar sobre cuáles son las características de más bajo nivel del SLE y otras experiencias covariantes que son suficientes para provocar estos sesgos, así como para extrapolar los hallazgos de esta tesis a una variedad de otras habilidades y representaciones cognitivas, desde los niveles perceptivos y atencionales, a la representación de conceptos abstractos como el tiempo y los números.