Hueso, asta, marfil y conchaaspectos tecnológicos y socioculturales durante el III y II milenio a.C. En el sur de la Península Ibérica
- Altamirano García, Manuel
- Fernando Ricardo Molina González Director
- Trinidad Nájera Colino Codirectora
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 13 de septiembre de 2013
- Mauro S. Hernández Pérez Presidente/a
- Francisco Carrión Méndez Secretario
- Yolaine Maigrot Vocal
- Juan Antonio López Padilla Vocal
- Francisco Contreras Cortés Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El presente estudio es el resultado de varios años de trabajo y aprendizaje personal, centrado en una temática ciertamente olvidada por la investigación arqueológica en nuestro país hasta hace escaso tiempo. Realmente, la realización de esta Tesis Doctoral ha sido posible gracias al esfuerzo de una gran cantidad de personas que han dedicado parte de su vida a acercarnos el pasado al presente. Esto se ha conseguido a través de numerosas horas de trabajo tanto en el campo como en el laboratorio, procesando e interpretando la información obtenida. Además, no puedo olvidar el apoyo y consejo de todos mis compañeros y amigos del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada, así como de otros centros de investigación nacionales e internacionales. Hace ya algo más de 6 años que comencé a interesarme por el conocimiento de la industria ósea prehistórica, gracias a la realización de un modesto trabajo de iniciación a la investigación en el marco de una beca concedida por la Universidad de Granada. Éste centraba su atención en el conjunto de artefactos óseos del yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer, en cuyas campañas de excavación sistemática había comenzado a participar en 2005. Gracias al interés suscitado con este primer contacto, y siendo conocedor de la gran cantidad de trabajo sobre este tema que quedaba (y queda) por hacer, decidí embarcarme en el estudio en profundidad de los conjuntos óseos del sur peninsular durante el III y II milenios a.C. Es este el contenido fundamental de esta Tesis Doctoral, la cual pretende determinar la importancia y verdadero significado de las materias duras de origen animal en el seno de las sociedades de la Edad del Cobre y del Bronce en la mitad meridional de la Península Ibérica. De esta forma, se pretende conocer cómo estas poblaciones interaccionaban con este tipo de materia prima que el medio les brindaba, unas veces en su entorno inmediato, y otras obteniéndolas de zonas geográficas lejanas a través del intercambio. Todo ello se ha articulado en torno a la selección de varios conjuntos de industria ósea procedentes de siete yacimientos arqueológicos de los que poseemos un registro de gran valor y que han sido claves para la definición y conocimiento de estas etapas de la Prehistoria. Cada uno de ellos ha sido objeto de diversos proyectos de investigación llevados a cabo por el grupo de investigación GEPRAN (Grupo de Estudios de Prehistoria Reciente de Andalucía), dirigido por Fernando Molina. De cara a la definición de la escala temporal y espacial de esta Tesis Doctoral, hemos de tener en cuenta que se analizan conjuntos de cultura material que pertenecen a dos momentos cronológicos diferentes y cuyos yacimientos de procedencia no están situados en las mismas zonas geográficas y culturales. Con respecto a la cronología, ya hemos aventurado anteriormente que se trata de contextos pertenecientes al III milenio a.C., por un lado, y al II milenio a.C., por otro. El motivo de analizar tanto materiales de Edad del Cobre como del Bronce es determinar la existencia de diferencias y/o continuidades en la manufactura y morfología de los artefactos. De esta forma, se podrá inferir una valiosa información socioeconómica y cultural de las poblaciones estudiadas. Son tres los asentamientos datados en el III milenio a.C.: Los Millares (Sta. Fe de Mondújar, Almería), El Malagón (Cúllar, Granada) y Los Castillejos (Montefrío, Granada). Para el II milenio a.C., se han seleccionado cuatro yacimientos: Cerro de la Encina (Monachil, Granada), Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén) y las Motillas del Azuer y Las Cañas (ambas en Daimiel, Ciudad Real). He de señalar que he tenido la oportunidad de participar como alumno y como técnico arqueólogo en las campañas de excavación llevadas a cabo en varios de estos yacimientos. Concretamente, en la Motilla del Azuer, en Peñalosa y en el Cerro de la Encina, donde además he co-dirigido dos intervenciones junto con Gonzalo Aranda en 2011 y 2013. Con respecto a la escala espacial podemos señalar, de una forma general, que estos siete yacimientos se sitúan en el sur de la Península Ibérica. Lo cierto es que el marco espacial de esta Tesis abarca tres grandes áreas geográficas diferenciadas. Por un lado, el Sureste peninsular, entendido en un sentido amplio, abarcando la actual provincia de Almería, sur de Murcia y los Altiplanos granadinos. En esta zona encontramos los poblados de Los Millares y El Malagón, pertenecientes a lo que se ha definido como ¿Horizonte Millares¿. En segundo lugar, la Alta Andalucía, con el poblado de la Edad del Cobre de Los Castillejos de Montefrío, en la zona occidental granadina (Grupo Megalítico Occidental Granadino). También se enmarcan aquí los poblados argáricos del Cerro de la Encina de Monachil, en uno de los valles que da acceso a Sierra Nevada desde la Vega de Granada, y el poblado metalúrgico de Peñalosa, en el piedemonte de Sierra Morena. Finalmente, la zona de la Mancha Occidental, donde se sitúan los poblados en llanura de la Motilla del Azuer y la Motilla de las Cañas. Sendos poblados se integran en lo que se ha definido como Bronce Manchego. El motivo principal de haber integrado en nuestra Tesis la zona occidental manchega en el II milenio a.C., es debido a la presencia de ciertas relaciones culturales con el área argárica, las cuales están reflejadas en la cultura material (cerámica, metal, etc.). Así, podremos observar si estas similitudes están también presentes en la producción de artefactos óseos. En lo que respecta a los objetivos a conseguir a través de esta investigación, pueden sintetizarse en los siguientes puntos: 1.- Normalizar una metodología de trabajo aplicable a cualquier conjunto de industria ósea, tomando siempre como referencia trabajos anteriores de especial relevancia en la materia. 2.- Crear un sistema de registro con una base de datos informática que presente un fácil manejo y que permita acceder a la información deseada de forma rápida. Esta base de datos recogerá toda la información derivada del estudio realizado. 3.- Establecer una tipología sencilla y flexible que pueda ser utilizada para cualquier conjunto de artefactos óseos, independientemente de su cronología. De esta forma podrá modificarse fácilmente según lo requiera la muestra. 4.- Determinar el grado interacción de las poblaciones del sur peninsular con las materias duras óseas de origen animal durante el III y II milenios a.C. En este sentido, será importante observar qué tipo de especies animales del entorno son las fuentes habituales de materia prima ósea en cada caso. 5.- Conocer los distintos métodos, procedimientos y técnicas aplicadas a la transformación de estas materias primas para la manufactura de los distintos artefactos, intentando interpretar toda la cadena operativa (tecnología). Así, será posible establecer comparaciones y/o similitudes entre unos y otros conjuntos. 6.- Analizar las características morfológicas y tecnológicas de los artefactos para documentar la existencia de innovaciones técnicas o tradiciones de manufactura, que en ocasiones están presentes durante períodos de tiempo prolongados. De esta forma, podrían observarse posibles continuidades y/o diferencias entre los materiales realizados en el III y II milenios a.C. 7.- Poner de manifiesto la existencia o no de redes de intercambio a corta o larga distancia a través de la determinación de las materias primas y su posible procedencia. 8.- Llevar a cabo una aproximación a la posible funcionalidad de estos artefactos a través de los datos obtenidos del registro arqueológico y etnográfico. De la presencia de uno u otro tipo de objeto pueden también derivarse evidencias indirectas de ciertas actividades productivas (textil, caza, etc.). 9.- Observar cómo a través del análisis de la industria ósea y de su continuidad o discontinuidad en el tiempo y en el espacio podemos comprender las pautas conductuales y los cambios en las relaciones sociales, culturales y económicas dentro de un grupo humano determinado. 10.- Desarrollar un amplio programa de experimentación controlada con materias primas óseas animales para conocer las propiedades físico-mecánicas de las mismas, y de esta forma¿ 11.- Crear una colección de referencia con artefactos experimentales similares a los arqueológicos, que permita identificar y comparar los diferentes estigmas producidos por cada técnica aplicada durante la experimentación, y su contrastación con el material arqueológico. 12.- Continuar con la línea de investigación iniciada por varios investigadores en nuestro país, para llenar el vacío de conocimiento existente para la industria ósea de la Prehistoria Reciente peninsular. La estructura que presenta nuestra Tesis Doctoral se articula en torno a tres partes fundamentales. La primera, que engloba todo el aparato conceptual y metodológico, así como el marco espacial, cronológico y cultural. A lo largo de sus cinco capítulos se expone de manera detallada la base a partir de la cual se ha implementado este amplio estudio de cultura material ósea. En primer lugar, se delimita el ámbito de estudio a nivel espacial y cultural, analizando el desarrollo de la investigación en cada una de las tres zonas geográficas del sur peninsular. Seguidamente, se aborda el estado de la cuestión sobre los estudios de industria ósea a nivel internacional y nacional, enmarcando la presente Tesis en las actuales líneas de investigación. El cuarto capítulo desarrolla y expone detalladamente cada uno de los diferentes aspectos en torno a los cuales se ha establecido nuestra metodología de trabajo. Finalmente, dos capítulos en los que se abordan los principales conceptos relativos a tipología y tecnología tenidos en cuenta, así como una descripción pormenorizada de la tipología establecida para el material. La segunda parte configura el eje central de la Tesis. En ella se realiza el estudio en profundidad de los materiales óseos de cada uno de los siete yacimientos. Se articula en torno a tres capítulos. El primero de ellos, el más extenso, se centra en el análisis tipológico y tecnológico de la muestra de cada asentamiento, articulándose en dos secciones según la cronología: materiales de la Edad del Cobre y materiales de la Edad del Bronce. Le siguen dos capítulos directamente relacionados con el estudio de los artefactos óseos. En primer lugar, una aproximación a lo que se ha venido denominando en la bibliografía como ¿biografía de los objetos, capítulo que se ha desarrollado íntegramente en inglés. En segundo lugar, se exponen aspectos conectados con la afección que los distintos agentes postdeposicionales han causado sobre el material de la muestra. Finalmente, la tercera parte de nuestra Tesis Doctoral engloba, por un lado, el capítulo dedicado a los diferentes trabajos experimentales que hemos llevado a cabo, siendo un apoyo fundamental para el análisis tecnológico. Y, por otro, la recapitulación de todo lo expuesto junto con las consideraciones y conclusiones finales de nuestra investigación. Antes de iniciar el desarrollo de este amplio estudio, me gustaría señalar que han sido fundamentalmente cinco las personas cuya investigación ha influido de una forma más notable en esta Tesis. En primer lugar, Vicente Salvatierra Cuenca, pionero en el estudio sistemático de los artefactos óseos de la provincia de Granada durante la Prehistoria Reciente. Su Tesis Doctoral, defendida en el año 1982, continúa siendo un referente obligado para cualquier estudio de industria ósea en el marco del sur peninsular. En segundo lugar, los trabajos de Ruth Maicas Ramos (Universidad Autónoma de Madrid) y de Juan Antonio López Padilla (Museo Arqueológico de Alicante), centrados en el análisis en profundidad de los conjuntos óseos del III milenio a.C. en el Sureste y del II milenio a.C. en el Levante y Sureste peninsular, respectivamente. Sus interesantes aportaciones y recientes publicaciones suponen un auténtico avance y referente en este campo. Finalmente, las dos personas que más me han ayudado a comprender y más me han enseñado sobre la dinámica de este tipo de materias primas y la fabricación de objetos a partir de ellas. Ellas son Noëlle Provenzano (CNRS, Lattes, Montpellier) y Alice M. Choyke (Central European University, Budapest), cuyos respectivos trabajos han influido decisivamente en mi formación y aprendizaje