La práctica del asesoramiento para la mejora de los centros desde los equipos de orientación educativaun estudio de caso

  1. Barrero Fernández, Beatriz
Dirigida por:
  1. Jesús Domingo Segovia Director
  2. Juan de Dios Fernández Gálvez Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 18 de julio de 2013

Tribunal:
  1. María José León Guerrero Presidenta
  2. María Purificación Pérez García Secretaria
  3. Juan Manuel Escudero Muñoz Vocal
  4. Paulino Murillo-Estepa Vocal
  5. António Neto Mendes Vocal
Departamento:
  1. DIDÁCTICA Y ORGANIZACIÓN ESCOLAR

Tipo: Tesis

Resumen

PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN El presente estudio forma parte de una investigación sobre la mejora cualitativa de la educación, centrada en la redimensión de funciones de los orientadores como promotores del cambio, fundamentándose en las orientaciones del proyecto IPSI. En este momento, las iniciativas de mejora de la enseñanza son muy frecuentes, las propuestas de reforma suscitan nuevos alientos en busca la deseada educación de calidad para todos y entre todos (Escudero, 2001). El estudio pretende abrir una línea de acción a la mejora de los centros, desde los Equipos de Orientación Educativa (EOE). La experiencia nos muestra que los orientadores de han ido configurando, a lo largo de más de treinta años, una identidad marginal de su profesión (Rodríguez, 1996; Moreno, 1999), actuando como meros ¿apaga fuegos¿, en lugar promocionar la prevención (Hargreaves, 1998).Son clásicos los aportes teóricos (Louis et al, 1985; Loucks¿Horsley y Crandall, 1986; Hopkins, 1985; Holly, 1991) desde los que se proponen que para que sea efectivo el cambio en las escuelas es necesario contar con agentes de apoyo que medien en el proceso pero no de cualquier forma, sino que, esa mediación, ayuda, apoyo, debe de girar entorno al constructivismo, la colaboración, la contextualización, siguiendo una visión estratégica de procesos. Los servicios de apoyo, interno y externo, a la escuela se deben centrar en dar apoyo para la mejora de la calidad educativa (Bolívar, 2008, 238), ayudando al profesorado, en la labor docente, y al alumnado, en problemas vinculados con el aprendizaje; en orden a promover la innovación educativa y los procesos de autorrevisión y desarrollo institucional y profesional. Los orientadores como asesores, conforman instrumentos trascendentes a través de sus funciones como agentes de cambio, de innovación, de consultor y formador de formadores (Rodríguez Espinar, 1988; Justicia y Rus, 1991; Rus, 1996; Sanz Oro, 1996). En el desarrollo de sus funciones proporcionan a los centros nuevas estrategias de enseñanza, gestión y organización, mediante las cuales se intenta alcanzar la mejora educativa. Una de esas funciones es la asesoría, la cual ha ido ganando terreno hasta llegar a ser concebida como un factor clave en los procesos de mejora del sistema educativo (Hopkins, 2007; Guarro, 2005) Son numerosos los frentes de interés que giran alrededor del profesional de la orientación, por ello, se consideró que nuestro objeto de estudio debía versar sobre el trabajo del orientador como asesor. En definitiva, nuestra investigación busca pretende crear un nuevo conocimiento desde la propia práctica, aportando nuevos roles y maneras de desempeñar la función asesora en contexto escolares. OBJETIVOS A modo de síntesis el estudio se concreta en los siguientes objetivos: ¿Comprender el desarrollo y desempeño de la función asesora. ¿Documentar el proceso que tiene lugar en un determinado contexto, gracias a la intervención de un orientador actuando como asesor. ¿Comprender las claves, dimensiones, ejes y aspectos que intervienen de cara a potenciar o dificultar la labor de apoyo. ¿Analizar cómo se trabaja desde la función asesora del orientador para el fomento de la mejora de los centros educativos. ¿Determinar contextualmente cuáles son las claves y las dimensiones que nos muestran si el trabajo del orientador como asesor efectivo o no de cara a promover la mejora. METODOLOGÍA La metodología elegida para la investigación se asienta en la perspectiva cualitativa, apoyada por las recomendaciones de autores como: Flick, 2004 o Albert Gómez, 2006. como la mas pertinente para el análisis, la comprensión, la valoración de situaciones específicas y la resolución de los problemas que en ellas se plantean (Albert Gómez, 2006, 156). Con afán de comprender consideramos que era pertinente realizar un estudio de caso único (Pujadas, 1992), utilizando la entrevista con carácter biográfico-narrativo, como mejor instrumento para la recogida de evidencias (Bolívar, Domingo y Fernández, 2001). Efectuándose un seguimiento continuado a lo largo de cuatro cursos escolares (desde el curso académico 2007/2008 al 2010/2011). La investigación biográfico-narrativa ayuda a comprender e interpretar la realidad educativa y constituye una potente herramienta, especialmente pertinente, para entrar en el mundo de la identidad, de los significados y del saber práctico, de las claves cotidianas presentes en los procesos de interrelación, identificación y reconstrucción personal y cultural. La contribución que se haga a partir del estudio y análisis puede ser de gran ayuda para comprender el desempeño profesional y las posibilidades y necesidades de formación de quién desarrolle funciones de apoyo externo. Pues muchos de los acontecimientos que se reflejan a lo largo del proceso, pueden ser buenas experiencias a tener presentes para aquellos que aun no las han experimentado, e ilustradoras y reflexivas para aquellos que han tenido la suerte de vivenciarlas. El estudio aborda cómo un orientador ha reconstruido su identidad profesional y redimensiona su labor desde la función de asesoramiento. Aporta un nuevo conocimiento desde la propia práctica, nuevos roles y maneras de desempeñar su labor profesional, desde las cuales se podrá conocer y comprender las claves, dimensiones y posibilidades del orientador como asesor, promotor y dinamizador del cambio. RESULTADOS Los resultados ponen de manifiesto que el éxito de estos agentes de apoyo parece estar, entre otras cosas, en tener una metodología bien interiorizada y unos nortes bien definidos. Al igual que un contacto directo con los agentes más importantes del contexto escolar (director/jefatura de estudios). La labor de estos profesionales debe girar en torno al constructivismo, la colaboración y la visión estratégica de procesos, alejándose de la intervención puntual para dar paso a un profesional mediador del conocimiento y facilitador de formación e información (Creemers y Reezigt, 2005). Así mismo a lo largo de los datos recolectados se constatan las siguientes claves de actuación que aseguran el éxito de la labor de apoyo: ¿ Es esencial que el orientador de referencia esté en los centros. ¿Estar¿ no solo físicamente en el despacho asignado del centro para trabajar. Sino, estar en los pasillos, en los recreos, en los aparcamientos. Estar en aquel lugar donde el profesorado hable, se sienta relajado para exteriorizar cuáles son sus verdaderas sensibilidades, sus miedos, sus retos. Cuando perciban, el colectivo del profesorado, que tu presencia allí es buena y necesaria y ocurra algún problema se van a acordar de él, lo van a solicitar para que les ayudes. Ese es el momento clave para que el orientador verdaderamente actúe como el experto educativo que es. ¿ Es también importante llevar a cabo un trabajo sistemático en los centros, y que este se desarrolle a lo largo de la jornada escolar. Los orientadores deben entrar y salir a la par que el profesorado y dar cuenta en el centro de cualquier incidencia en su horario, como el resto del profesorado. ¿ Los orientadores de EOE deben asumir el papel de externos pero no acatar el significado de este concepto. ¿Yo soy externo, pero mi implicación va a ser tanta que tú tienes que pensar que soy parte de tu centro¿ esa es la verdadera filosofía que un orientador debe abanderar. Este profesional debe implicarse en los asuntos del centro como lo que son, asuntos de ¿su centro¿. Debe generar y ser partícipe de debates educativos que pongan en duda muchos de los procedimientos arcaicos que siguen vigentes en los centros. ¿ La implicación es una cuestión clave en su actuación profesional. La existencia de un verdadero compromiso del orientador con el proyecto colectivo de mejora y del propósito esencial de la educación en ese centro es clave para que la tarea orientadora impregne e impacte en el desarrollo de los centros. ¿ La colaboración es el ingrediente principal de esta relación. Cuando en los centros existen verdaderas redes colaborativas todo es posible. Un objetivo es más fácil de alcanzar cuando el esfuerzo de muchos está orientado hacia ese mismo fin. Las relaciones colaborativas provocan que los procesos de cambio sean revisados y consensuados constantemente, lo que produce un desarrollo mucho más profundo. ¿ El trabajo del orientador muchas veces gira en torno a generar o plantear propuestas de trabajo. Propuestas que no sean demasiado innovadoras pero que sí provoquen ruptura, que generen conflicto cognitivo dentro de la zona de desarrollo próximo institucional. No pueden ser propuestas externas o implantadas, trasladadas desde otro contexto o promovidas sin tener de referencia cómo es el terreno. La probabilidad de agarre en ese caso es muy pequeña. Contar con el apoyo de una gran parte del profesorado hará que ellos se sientan partícipes y lo sean, de procesos de cambio. ¿ Parece determinante para el sujeto estudiado el disponer de unas líneas de trabajo sobre las que pivotar su actuación. Todo orientador deben tener en mente unas líneas de trabajo, para no llegar de cero a los centros, sino marcar unos límites sobre los que sería interesante trabajar y, a partir de ahí, promover el trabajo colaborativo. ¿ Es también de importancia máxima que el orientador sea fiel a una metodología de trabajo. Cuantas veces no hemos experimentado, ante etapas de evolución, no saber realmente hacia donde se camina. El orientador debe tener una forma de trabajar bien consensuada. Las problemáticas de los centros pueden turbar los procesos de mejora. Estas pasan por múltiples altibajos que pueden confundir o sacar del camino planteado. Por lo que a pesar de ser complicado el orientador debe mantener su idea firme, y no olvidar cual es la meta. ¿ Confirmado a lo largo de más de la mayoría de los encuentros el sujeto de estudio piensa que es necesario para mejorar los ambientes escolares, disponer de una amalgama de recursos tanto humanos como materiales que permitan desarrollar propuestas de trabajo. Esto se consigue reorganizando los recursos y sacándole más partido a su uso. Una de las ideas que el sujeto propone es la importancia de trabajar directamente con el profesorado, o con otros nexos que faciliten el despliegue de nuevas iniciativas. Estos otros agentes pueden ser los coordinadores de ciclos, la jefatura o incluso la dirección. CONCLUSIONES La conclusiones del estudio se muestran a modo de claves: ¿ Poseer una metodología de trabajo y tenerla bien interiorizada, también se puede entender como filosofía de trabajo. Concretada en un determinado modelo de actuación. ¿ Recordado a lo largo de varias entrevistas, se considera esencial el contacto directo con jefatura de estudios y/o dirección. Delegando o demandando la autoridad que corresponde a este puesto en la jerarquía escolar. ¿ La labor orientadora ha de alejarse del aspecto técnico de intervención puntual, por la perspectiva constructivista, la base del asesoramiento educativo, promoviendo que la repuesta sea tomada por el colectivo docente. ¿ Este tipo de servicios de apoyo, no debe olvidar su tarea principal, ser un mediador de conocimiento, facilitando la formación o información necesaria al colectivo docente para que sea este quien aplique, desarrolle o elabore, propuestas, planes, programas, con la ayuda del orientador. ¿ La colaboración, el orientador está ¿obligado¿ a colaborar con el centro en todas las actuaciones de carácter educativo, aportando sus conocimientos para la mejora educativa. ¿ El rol de este profesional debe girar entorno a la participación, la implicación, la integración la dinamización de procesos, etc. Consiguiendo algunos logros, de una parte, se favorece a la derrota de prejuicios asociados a estos servicios de ayuda, de otra, se redimensionan las funciones destinadas a diversos profesionales que tienen cabida en el sistema educativo.