Estudios sobre personalidad en trastornos depresivos

  1. McKenney, Kathryn Anne
Dirigida por:
  1. Margarita Rivera Sánchez Codirectora
  2. Jorge Antonio Cervilla Ballesteros Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 21 de junio de 2012

Tribunal:
  1. María del Carmen Fernández Santaella Presidenta
  2. Manuel Gurpegui Fernández de Legaria Secretario
  3. Esther Molina Rivas Vocal
  4. Berta Moreno Küstner Vocal
  5. Sarah Louise Cohen Vocal
Departamento:
  1. BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR II

Tipo: Tesis

Resumen

La motivación para realizar este trabajo ha sido la intención de conocer cómo interactúan los trastornos y rasgos de personalidad con los trastornos depresivos, para ello se han realizado cuatro estudios con diferentes muestras. Los objetivos principales de estos estudios han sido, por un lado, establecer la asociación entre trastornos de personalidad y depresivos, así como los posibles efectos de riesgo/protección de trastornos depresivos y de personalidad, así como comparar la asociación de tanto los trastornos como rasgos de personalidad con los trastornos depresivos Los dos primeros objetivos se han conseguido con estudios llevados a cabo en poblaciones clínicas. Por otro lado, otro objetivo fue estimar la comorbilidad y correlatos en una muestra Europea de trastornos y rasgos de personalidad con los trastornos depresivos a partir del estudio internacional ESEMED, y finalmente estimar la prevalencia poblacional andaluza de los trastornos y rasgos de personalidad y sus posibles factores de riesgo, prestando especial atención a los trastornos del ánimo, a partir del estudio regional PISMA-ep. Estos dos objetivos se consiguieron con estudios en población general. Para poder cumplir con los dos primeros objetivos los estudios estaban formados por muestras procedentes de registros de casos clínicos del Sant Joan de Deu-Serveis de Salut Mental de la provincia de Barcelona, una de ellas dividida entre individuos mayores y menores de 65 años. La información sobre los diagnósticos y datos sociodemográficos provienen de sus historias clínicas informatizadas. Cuando se examinó la comorbilidad, se encontró un mayor porcentaje de trastorno depresivo mayor entre pacientes con un trastorno de personalidad del clúster C (17%), seguido por pacientes del clúster A (10%) y finalmente por los pacientes del clúster B (9.8%). En cuanto a la comorbilidad entre los trastornos de personalidad y el trastorno distímico, se encontró que la mayor prevalencia se encontraba entre pacientes del clúster B (23,7%), seguido por clúster C (20.2%) y finalmente clúster A (7.1%). Cuando se consideraron ambos trastornos del ánimo de forma conjunta, la prevalencia más alta fue para pacientes del clúster c (36.87%), seguido por clúster B (33.5%) y por clúster A (17.1%). Los pacientes del clúster A también mostraron unos peores niveles de funcionalidad y acudían los hospitales con más frecuencia. Se encontró una alta comorbilidad con todos los trastornos del ánimo analizados, especialmente con el clúster C. Cuando se examinó la forma en que se asociaban los trastornos de personalidad con otros trastornos en personas mayores, se comprobó que ocurre de modo diferente que en personas más jóvenes, y que además las prevalencias de los diferentes trastornos de personalidad eran diferentes entre ambos grupos de edad. Hayamos diferencias estadísticamente significativas en los diagnósticos para los grupos de distintas edades, siendo los trastornos más frecuentes entre los ancianos los del Clúster A mientras que en los jóvenes fueron los Trastornos No Especificados; también existían diferencias en la distribución de sexos El estudio ESEMED es un estudio de población general realizado en varios países Europeos. Los participantes de nuestro sub-estudio completaron las entrevistas relativas a trastornos mentales, factores sociodemográficos y trastornos y rasgos de personalidad. Los participantes sin trastorno depresivo obtuvieron menores puntuaciones en la mayoría de las medidas de personalidad. Los trastornos del clúster B resultaron ser los que ejercían una mayor influencia sobre los trastornos depresivos (OR=16.55-165.21, dependiendo del tipo de prevalencia). El rasgo de personalidad con mayor influencia resultó ser el neuroticismo, aunque existen otros rasgos que también se asociaban a la probabilidad de ocurrencia de los trastornos depresivos. Se encontró que varios de los rasgos de personalidad estaban inversamente relacionados con la probabilidad de ocurrencia de los trastornos depresivos, tales como autoestima, sociabilidad y deseabilidad social. El estudio PISMA-ep es un estudio epidemiológico llevado a cabo en la provincia de Granada en el cual una muestra de la población general no institucionalizada fue entrevistada para obtener información sobre trastorno de personalidad altamente probable (TPAP), así como rasgos de personalidad y su estado psicológico además de sobre diversos factores de riesgo. La evaluación de personalidad se realizó utilizando una escala de screening que permite estimar la ocurrencia de un trastorno de personalidad altamente probable, lo cual significa que aquellas personas que han obtenido una puntuación de 4 o más tienen una probabilidad superior al 90% de padecer un trastorno de personalidad. La prevalencia para trastorno de personalidad altamente probable fue del 17.9%. Las puntuaciones globales fueron más elevadas en neuroticismo (.40) que para impulsividad (.20). Parece ser que existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de padecer un trastorno de personalidad altamente probable, tales como ser mujer, tener historia familiar de trastorno mental, haber sufrido eventos vitales estresantes durante el último año, tener un riesgo moderado de suicidio, y altas puntuaciones en neuroticismo e impulsividad, también padecer un trastorno depresivo mayor actual o recurrente, manía, depresión mayor con síntomas melancólicos o psicóticos, distimia, un trastorno ansioso-depresivo o cualquier trastorno del ánimo presente, pasado o de por vida. También se encontraron varios factores que pueden estar disminuyendo la probabilidad de aparición de un trastorno de personalidad altamente probable, tales como altas puntuaciones en la escala SF12, tanto en la parte emocional como física, mejor funcionalidad medida por la GAF, y altas puntuaciones en memoria de trabajo y fluidez verbal. En general, se puede decir que los resultados obtenidos muestran una frecuente comorbilidad de los trastornos de personalidad con los trastornos del estado del ánimo, aunque esta asociación varía según el diagnóstico de clúster de personalidad que tenga el paciente. Se ha encontrado una prevalencia elevada de los trastornos de personalidad en la población general, así como una serie de factores que pueden estar incrementando el riesgo de padecer este tipo de trastorno. Los resultados también indicaron que algunos trastornos y rasgos de personalidad podían estar actuando como factores que potencialmente incrementan el riesgo de padecer trastornos depresivos, aunque también se han encontrado rasgos de personalidad que se asocian inversamente a algunos trastornos depresivos, pudiendo actuar como factores protectores. Por otra parte también se encontró que algunos rasgos de personalidad como neuroticismo, agresión, suerte, impulsividad, locus de control interno, justicia y poder actúan como factores de riesgo para desarrollar trastornos de personalidad, aunque estos rasgos actúan con diferente grado de influencia. Los trastornos de personalidad probablemente sean más prevalentes en la población general de lo que hasta ahora se creía, y se asocian con frecuencia con los trastornos del estado del ánimo tanto en la población general como en la población clínica. Estos trastornos se distribuyen y coocurren de modo diferente con los trastornos del Eje I entre las personas mayores de 65 años en comparación con personas más jóvenes. Parece ser que existen varios factores que pueden estar actuando sobre la probabilidad de aparición de los trastornos de personalidad. Algunos de estos factores podrían ser intervenidos minimizando el riesgo de que se padezcan trastornos de personalidad y/o trastornos depresivos. Es importante seguir esclareciendo el modo en que actúan estos factores, así como cuáles son los factores que pueden disminuir el riesgo de aparición de los trastornos depresivos y de personalidad para poder maximizar la eficacia de las intervenciones.