Síndrome coronario agudo en la mujer. Diferencias de género
- OLIVENCIA PEÑA, LORENA
- Aurora Bueno Cavanillas Zuzendaria
- Maria Eugenia Yuste Ossorio Zuzendarikidea
- José Manuel Soto Blanco Zuzendarikidea
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 2012(e)ko urtarrila-(a)k 30
- Juan Francisco Jiménez Alonso Presidentea
- José Juan Jiménez Moleón Idazkaria
- Miguel Ángel Prieto Palomino Kidea
- Juan Miguel Torres Ruiz Kidea
- Guillermo Quesada García Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Objetivo. El objetivo de éste estudio es analizar las posibles diferencias por género en las características demográficas, factores de riesgo cardiovascular, presentación clínica, diagnóstico, tratamiento y pronóstico de los pacientes ingresados con síndrome coronario agudo (SCA). Pacientes y métodos. Estudio prospectivo de una cohorte de 396 pacientes consecutivamente ingresados en una Unidad Coronaria durante un periodo de 18 meses (Enero 2007-Junio 2008) con el diagnóstico de SCA, tanto con elevación (SCACEST) como sin elevación del segmento ST (SCASEST). Se dividieron a los pacientes en dos grupos en función del género (294 hombres y 102 mujeres) y se obtuvieron cuatro subgrupos en función de la presentación clínica al ingreso: 159 hombres con SCACEST, 40 mujeres con SCACEST, 135 hombres con SCASEST y 62 mujeres con SCASEST. Se analizaron las características clínico-demográficas basales, las medidas diagnósticas, el tratamiento hospitalario, la revascularización coronaria, la extensión de la enfermedad coronaria, la aparición de insuficiencia cardiaca (IC) y la mortalidad intrahospitalaria y al año. Resultados. Las mujeres eran mayores (70,92±11,92 versus 64,48±12,06; P<0,001) y presentaron mas comorbilidades tales como hipertensión (70,59% versus 53,74%; p=0,003) y diabetes (51% versus 33,33%; p=0,003) que los hombres, mientras que éstos presentaron mayor frecuencia de tabaquismo (54,42% versus 13,73%; P<0,001). Las mujeres presentaron mayor incidencia de shock cardiogénico al ingreso tras SCACEST. No hubo difrencias en la trombolísis en pacientes con SCACEST. Las mujeres no tuvieron un diferente patrón de acceso a la angiografía coronaria, pero los hombres presentaron mayor frecuencia de revascularización coronaria percutánea con éxito (50,87%% versus 34,65%; p<0,010). La presencia de arterias coronarias normales fue mucho más común en mujeres. Las mujeres presentaron con más frecuencia insuficiencia cardíaca intrahospitalaria (32,67% versus 25,94%; p<0,05) y muerte intrahospitalaria (17,64% versus 4,78%; p<0,001). En el análisis multivariante la insuficiencia cardiaca al ingreso OR 8.98 (3.29-24.47), la mayor edad OR 1.07 (1.01-1.13) y el género femenino OR 3.14 (1.27-7.74), fueron predictores independientes de mortalidad hospitalaria. Conclusiones: 1. Las mujeres presentaron mayor edad que los varones (un promedio de 6,5 años) y un perfil de riesgo cardiovascular mucho más desfavorable: más hipertensión arterial, diabetes mellitus e insuficiencia cardíaca previa. 2. La forma de presentación más frecuente en mujeres fue como SCASEST, mientras que en hombres predominó la presentación como SCACEST. Las mujeres con IAMCEST, presentaron mayor frecuencia de Shock cardiogénico al ingreso que los varones. 3. No hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto a los procedimientos diagnósticos realizados. 4. No hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto al tratamiento administrado tanto farmacológico como de reperfusión o de revascularización (fibrinolísis o ICP realizadas). 5. La presencia de enfermedad de tres vasos y/o TCI fue similar en mujeres y varones, con mejor resultado de la revascularización percutánea en los varones, pero con mayor tasa de arterias coronarias sin lesiones angiográficamente significativas en mujeres. 6. El sexo femenino se asoció de forma independiente y significativa con mayor frecuencia de insuficiencia cardíaca durante el ingreso y con mayor mortalidad hospitalaria. Una vez ajustado el efecto de las restantes variables que influyen sobre la mortalidad, ser mujer supuso un riesgo de muerte intrahospitalaria tres veces superior al de los varones.