Relación entre la frecuencia de realización de hábitos de vida y la calidad de sueño en pacientes mayores de 65 años
- Fernando Martínez Martínez Director
- Antonio Zarzuelo Zurita Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 12 de julio de 2011
- María José Faus Dáder Presidenta
- Daniel Sabater Hernández Secretaria
- Miguel Angel Calleja Hernández Vocal
- José María Araujo Santos Vocal
- Miguel Ángel Gastelurrutia Garralda Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Introducción: La edad es uno de los factores cuya influencia sobre la calidad de sueño más sea ha documentado. Se ha visto que por encima de los 55 años se produce un aumento de los despertares nocturnos y una disminución del sueño de onda lenta (fase más reparadora). Esto lleva consigo una asistencia de los pacientes a la consulta del médico con una queja de mala calidad de sueño. Además realizar ciertos estilos de vida ha sido catalogados como favorable o desfavorable para obtener una buena calidad de sueño, sin embargo, se han aportado pocos datos sobre el riesgo o beneficio de realizar más o menos frecuentemente una determinada actividad para tener una mala calidad de sueño. Objetivos: 1. Describir la frecuencia con que se realizan ciertos hábitos de vida que pueden tener influencia sobre la calidad del sueño subjetiva en personas mayores de 65 años. 2. Medir la calidad de sueño subjetiva en personas mayores de 65 años. 3. Estudiar la relación existente entre la frecuencia con que se realizan ciertos hábitos de vida y la calidad de sueño subjetiva en pacientes mayores de 65 años. Método: Estudio observacional descriptivo transversal. El trabajo de campo de este estudio fue realizado desde junio hasta diciembre de 2009 en 19 farmacias comunitarias de Andalucía Oriental . La población de estudio estuvo constituida por todas las personas de edad avanzada (¿ 65 años) que acudieron a la farmacia por cualquier razón. Se excluyeron aquellos pacientes que tuviesen enfermedades psiquiátricas (cualquier tipo de psicosis, demencias...) que pudiesen dificultar la realización de una entrevista, enfermedades que causasen trastorno del movimiento (enfermedad de Parkinson, síndrome de piernas inquietas...), y con apnea del sueño. El farmacéutico realizó una entrevista estructurada en la oficina de farmacia utilizando un formulario de recogida de datos que contenía el Indice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (variable dependiente), los distintos hábitos de vida que fueron estudiados y variables sociodemográficas de los pacientes. Para estudiar la relación entre la calidad del sueño y el resto de las variables se realizaron una regresión lineal y una regresión logística con las pertinentes pruebas de bondad de ajuste de los modelos. Resultados: La muestra de estudio presentó una edad media de 71,9 (DE: 6,0) años. El 57,6% de la muestra estaba constituido por mujeres. El IMC medio fue de 28,1 kg/m2 (DE: 4,1). Los HV que presentaron mayor porcentaje de pacientes en la frecuencia "7 días/semana en el último mes" fueron: "Acostarse" (29%), "levantarse" (37%), "Rutina" (63,8%), "Dormir/Sexo" (50,7%), "colchón" (86,2%), "almohada" (85,5%), "temperatura" (76,4%), "silencioso" (75,4%) y "oscuro" (75,4%). Por otro lado, los HV que presentaron mayor porcentaje de pacientes en la frecuencia "0 días/semana en el último mes" fueron: "Quedarse en la cama" (34,8%), ">8 horas" (38,4%), "Dormirse involuntariamente" (50,7%), "Siesta" (56,5%), "ADC" (70,3%), "Excitantes" (81,9%), "Cena copiosa" (54,3%), "Hambre" (61,2%), "Vino/Cerveza" (65,2%), "Alcohol" (85,1%), "Bebidas relajantes" (64,9%), "Líquido" (50,0%), "Ejercicio físico" (56,2%), "Tareas intensa" (84,4%), "Irritación" (28,3%), "Baños" (84,4%), "TV/Radio" (41,7%), "LNT" (63,8%), "LT" (79,7%), "Molestias" para dormir (63,0%). En lo que se refiere a la CS, la media del PSQI fue de 8,4 con una desviación estándar de 4,5. Utilizando el valor 5 como punto de corte en el PSQI, 83 pacientes (30,1%) fueron clasificados como buenos dormidores y 193 (69,9%) fueron clasificados como malos dormidores. Respecto a la asociación estudiada mediante el modelo logístico se observó que entre las variables Sociodemográficas sólo el índice de masa corporal mostró ser un factor de riesgo significativo (p=0,016), de tal forma que por cada unidad de aumento en kg/m2, el riesgo expresado en OR de ser un mal dormidor es 1,124 veces mayor. También el consumo de hipnóticos y/o sedantes mostró ser un factor de riesgo muy importante (OR=7,655; p<0,001). Respecto a las variables relacionadas con la frecuencia realización de HV, solamente fueron factores de riesgo estadísticamente significativos ">30 minutos" (p<0,001), "Bebidas relajantes" (p=0,014), "Irritación" (p<0,001), y "TV/Radio" (p=0,004). Respecto a la asociación estudiada mediante el modelo lineal se observó en esta muestra que por el hecho de ser mujer el PSQI aumentaba por término medio 1,020 puntos respecto al hombre, a igualdad del resto de variables. Del mismo modo, el PSQI aumenta por término medio 3,576 puntos en una persona que toma hipnóticos o sedantes respecto de otra no los tomaba, a igualdad del resto de variables. Respecto a los hábitos de vida se observó que, en aquellas personas mayores de 65 años que se quedan dormidas involuntariamente el PSQI aumenta por término medio 1,965 puntos a igualdad del resto de variables. Por otro lado, ">30 minutos" supuso un aumento en el PSQI por término medio de 1,111 punto cuando se hizo algunas veces (2-4días/semana), mientras que supuso un aumento de 3,697 puntos por término medio cuando se hizó de 5-7días/semana (a igualdad del resto de variables). En el caso de que el paciente considerara que lo molestaban habitualmente, el aumento producido por término medio fue de 1,135 puntos respecto a quien no lo molestaban nunca, siendo constantes el resto de variables. Así pues, las variables incluidas en el modelo explicaron un 56,6% de la variabilidad total de la puntuación obtenida en el PSQI en los participantes del estudio. Conclusiones: En general, la puntuación media del PSQI (8,44) se situó por encima del límite establecido para diferenciar a los buenos y malos dormidores (¿5), aunque de forma cercana. De hecho, la mayoría de los pacientes fueron clasificados como malos dormidores (69,9%). Se mostraron como factores de riesgo de ser clasificado como mal dormidor tomar hipnóticos, el índice de masa corporal, y realizar frecuentemente las siguientes actividades: intentar dormir más de 30 minutos, tomar bebidas relajantes, acostarse irritado, preocupado o estresado y quedarse dormido viendo la televisión o escuchando la radio. No se encontraron factores protectores entre los hábitos de vida estudiados. Se relacionó con el aumento en la puntuación del PSQI como escala lineal (peor calidad de sueño) de forma estadísticamente significativa tomar hipnóticos y la frecuencia de realización de las siguientes actividades: Dormirse involuntariamente durante el día, permanecer más de 30 minutos en la cama intentando dormir, acostarse irritado, preocupado o estresado, realizar la misma rutina antes de ir a la cama y soportar molestias durante el periodo de sueño. Además se relacionó con la disminución en la puntuación del PSQI como escala lineal (mejor calidad del sueño) de forma estadísticamente significativa una temperatura adecuada en el dormitorio.