Efecto de un programa de intervención educativa basada en el desarrollo de competencias saludables sobre el autoconcepto físico en estudiantes universitarios chilenos
- Espinoza Oteiza, Luis
- Jesús Viciana Ramírez Director
- Patrick Pelayo Codirector/a
- César Oliva Aravena Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 26 de abril de 2010
- Miguel Ángel Delgado Noguera Presidente
- Luis Lozano Moreno Secretario/a
- Eduardo Cervelló Gimeno Vocal
- Luis Antonio Ramos Mondéjar Vocal
- María Elena García Montes Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
a. Motivaciones y Propósitos. La presente tesis doctoral tiene como propósito, determinar el nivel de influencia que ejerce un programa de intervención educativa basado en el desarrollo de competencias saludables, sobre el Autoconcepto Físico (ACF) en los estudiantes universitarios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso - Chile. El estudio se inició en 2006 con la puesta en ejecución piloto del programa de intervención educativa y posteriormente su aplicación formal como tesis doctoral en dos muestras de estudiantes universitarios que desarrollaron la experiencia educativa en los semestres 1º y 2º de los períodos académicos 2007 y 2008 respectivamente. Sus objetivos concretos, se trazaron siguiendo un propósito de mayor alcance, que intenta en el mediano plazo, contribuir con un modelo de aprendizaje de aplicación curricular en los programas de educación física, que desarrolle en los jóvenes niveles de comprensión integral sobre el potencial de su corporalidad y como, a partir de la adquisición y apropiación de determinadas competencias saludables, genere en los estudiantes estrategias personales e independientes de autoprotección, favoreciéndoles beneficiarse con un estilo de vida más saludable y pleno, aportando de este modo a mejorar su calidad de vida. Un factor determinante en la decisión de investigar en la propuesta de un modelo de intervención que genere cambios en áreas transversales del currículo desde la educación física, se explica en la necesidad de corregir los déficit en los resultados educativos que en general se reportan respecto al sistema educacional chileno, aspectos profusamente publicados por el Ministerio de Educación de Chile y ratificados por la OCDE (2004) en varias de su publicaciones. Respecto a las carencias educativas referidas al sub sector educación física, éstas se observan en el ámbito de los aprendizajes motrices, descontextualizados de las necesidades formativas que en la actualidad nos demanda la realidad educacional. La reforma educativa y la jornada escolar completa, no han permeabilizado soluciones eficaces a los requerimientos y necesidades formativas de los estudiantes en el subsector, por el contrario su dinámica a rezagado su desarrollo. Las propuestas originales del sistema, que permitirían aumentar el tiempo real de dedicación de las actividades de educación física y deporte escolar, con el consiguiente nivel de desarrollo de los aprendizajes, no fueron satisfechas porque las distintas organizaciones educativas tienen un amplio marco de libertad que sobrepasa la dinámica estructural que las gobierna. Además que estás últimas evalúan el nivel de logro académico de las primeras sobre la base de pruebas nacionales (SIMCE), y por otra parte las familias las evalúan de acuerdo al porcentaje de estudiantes que logran los más altos puntuaciones en la prueba de selección universitaria (PSU) que se aplica a nivel nacional y condiciona el ingreso de los jóvenes a la educación superior. Estas exigencias, generan al interior de la escuelas públicas y privadas, mayor demanda de tiempo para preparar a los estudiantes en las materias correspondientes (Espinoza, 2004), lo que en definitiva afecta el tiempo disponible para el desarrollo de la educación física escolar y su práctica deportiva. Los intentos por evaluar la calidad de la educación física y deportiva escolar en Chile, han tenido impulsos y retrocesos. De hecho, la propuesta de evaluación de su calidad, está contemplada en el nuevo marco legal del deporte en Chile (Ley del Deporte, 2001). También hubo un intento concreto de parte del ministerio de la época (Aylwin, 2001), por avanzar en esa materia, sin embargo no ha habido resultados concretos que efectivamente otorguen un mayor impulso y desarrollo a una demanda conocida a nivel nacional, a pesar de las voluntades políticas ya señaladas, que han intentado tomar decisiones de fondo, pero que no han logrado plasmarse en el diseño de políticas públicas que favorezcan el desarrollo de la actividad física y el deporte en nuestro país. En definitiva, lo que tenemos hoy en día es lo mismo que teníamos hace más de cuatro décadas, es decir a nivel de establecimientos escolares dos horas pedagógicas a la semana de la asignatura de educación física (90 minutos, incluidos los tiempos para el cambio de ropa, traslado de los grupos y otras tareas administrativo docente). Indudablemente que en dicho tiempo de clases, una vez por semana, el dedicado al compromiso motor es mínimo y todos los estudios en ese sentido concuerdan en que, de no mediar una buena y adecuada gestión del tiempo repercute directamente sobre el proceso de enseñanza aprendizaje (Lozano, 2005), la cual en consecuencia conduce a un débil aprendizaje de las habilidades y capacidades motrices, situación aunque debatible, por mucho tiempo han sido los objetivos centrales que en general se pretenden alcanzar en la media escolar, objetivos que son evaluados muchas veces sin consideraciones de tipo individual. En la llamada educación superior, no es menos dramático. Sólo en algunas universidades Chilenas se ha incorporado el modelo de educación física como parte del currículo formal de los estudios universitarios. Es valorable mencionar aquí en ese sentido los modelos de las Universidades Federico Santa María y Adolfo Ibáñez, ambas de la Región de Valparaíso. La primera de ellas con parte de su financiamiento estatal y la segunda con financiamiento privado. En muchas de las instituciones de educación superior, se deja en libertad a los estudiantes para que se incorporen, fuera del currículo formal a las prácticas u ofertas deportivas de sus intereses, lo cual muchas veces es sólo una invitación con pocas posibilidades de ser aceptada, por que no están dadas las condiciones de oferta y operación adecuada de los servicios deportivos universitarios. Estas situaciones señaladas en una apretada síntesis y resumidas en dos aspectos: a. Tiempo escaso de compromiso motor, en el proceso de aprendizaje educativo físico de niños y adolescentes en los establecimientos escolares y b. Oferta de actividades físicas deportivas inadecuadas o insuficientes en la mayoría de las instituciones de educación superior, nos deja con un escaso margen de movilidad para contribuir al mejoramiento de la educación física en los distintos niveles de la enseñanza. En consecuencia, vemos que este espacio se abre a través del diseño de un nuevo modelo para resolver el tema del aprendizaje educativo físico, mejor dicho que permitan al estudiante comprender el potencial de su corporalidad y sus posibilidades de desarrollo y desde allí en su tiempo disponible, de manera independiente o en compañía de sus iguales y familia, opte por la práctica del deporte y las actividades físicas como hábito perdurable de vida sana. b. Contextualización del Estudio. En una primera etapa, esta investigación aborda como objeto de estudio el Autoconcepto Físico, como uno de los aspectos esenciales que en la teoría de Welk (1999), se constituye dentro de los factores de predisposición, en una variable que determina el interés o la deserción por la práctica de actividades físicas y deportivas. En consecuencia, este estudio se propuso evaluar el efecto que la estrategia de intervención educativa, denominada EDIE, ejercía sobre el Autoconcepto Físico en jóvenes universitarios de la ciudad de Valparaíso, partiendo de la hipótesis que dicho programa educativo, producirá mejoras en el desarrollo de ese componente psicológico de la personalidad y en consecuencia como lo demuestran los estudios correlacionales (Viciana et al., 2009), en una mayor y permanente adhesión a la actividad física, el deporte y en definitiva a desarrollar hábitos de vida activa y saludable. Por lo anterior, considerando la amplia literatura existente que informa sobre el ascendiente que ejerce el autoconcepto en el desarrollo de los niños y adolescentes, tanto desde las vinculaciones académicas (Peralta y Sánchez, 2003); las relaciones parentales y el clima de familia (Steve, 2005); las diferencias de género (Amezcua y Pichardo, 2000); su implicación en los trastornos de alimentación (Goñi, 2004); su efecto en el deporte y la competencia (Pastor y Balaguer, 2001), así como en los distintos estudios en habla hispana, que en esas edades, informan sobre la relaciones del Autoconcepto Físico y su vinculación con el desarrollo de habilidades, rendimiento deportivo, actividad física y deporte, (Zulaika, 2002; González y Alvariñaz, 2004; Moreno y Cervelló, 2005; Viciana et al. 2009), el presente estudio, pretende avanzar en el desarrollo del conocimiento, evaluando los alcances de esta variable en el grupo etario que ha dejado la escolaridad secundaria y se encuentra desarrollando estudios universitarios; ámbito en el cual, en Valencia España por nombrar uno de los más actuales trabajos, se ha informado respecto a la relación existente entre el autoconcepto y el rendimiento académico en este grupo de estudiantes (Gargallo, 2006), del mismo modo en México, estudios en adultos informan de la importancia y relación que tiene la variable en el ejercicio docente del profesor de aula (Martínez, 2003). Todo lo anterior ha dejado en evidencia la importancia que tiene en las personas de distintas edades el desarrollo de este componente de la personalidad, dado que es capaz de influir de manera gravitante en el comportamiento humano. Concretamente, la teoría viene sustentando que el autoconcepto general es una variable multidimensional, integrada según el modelo original de Shavelson, Hubner y Stanton, (1976) por las dimensiones: Académica, Social, Emocional y Física, donde ésta última, a juicio de los autores citados y particularmente de los que a continuación se mencionan, tiene una gran relevancia en el desarrollo del autoconcepto global, (Harter, 1985; Fox y Corbin, 1989; Marchago, 1991). Los estudios individualizados, sostienen además que el desarrollo del ACF, no sólo ejerce influencia positiva en el aspecto cognitivo del autoconcepto general, sino que mejora el componente afectivo del mismo, es decir la autoestima, posibilitando en los individuos, entre otros aspectos, un mayor acercamiento con la actividad física permanente. Esto, cobra gran importancia en la investigación, porque está dicho y ampliamente difundido que a mayor nivel de actividad física en la población, ésta presenta menores índices de riesgo en salud y por tanto la comunidad se torna más saludable. Por el contrario, un nivel bajo de actividad física, se ha ligado a un rango amplio de problemas de salud, incluyendo obesidad, enfermedades cardíacas, desordenes alimentarios y depresión (US Surgeon General, 1996). Dada esta simple ecuación, el trabajo intenta también, contribuir con información actualizada respecto a los beneficios que reporta en la población estudiantil universitaria un programa de intervención educativa dirigida al desarrollo de este componente de la personalidad. Estudios recientes, nos confirman de la potente correlación bidireccional que existe entre el ACF, la actividad física y los factores de riesgo en salud, como es el caso de la obesidad y el sobre peso. Lo relevante de los informes está en la correlación fuertemente positiva que existe entre la Actividad Física y el ACF, es decir en la medida que la persona tiene un mayor concepto de Sí Mismo, presenta mayor adherencia hacia la práctica deportiva, con lo cual a su vez, reafirma la percepción de su Concepto Físico, a diferencia de quienes presentan valores bajos en esa dimensión de la personalidad, mantienen bajos niveles de práctica deportiva y altos niveles de sobre peso u obesidad, tal como se observa en la figura 1. En Chile hoy en día, esto es relevante porque a los cambios socioeconómicos, epidemiológicos y nutricionales, se suma la dramática transformación que sufre la educación universitaria: de una población menor a 100.000 estudiantes en los años 80, se aumentó a más de 700.000 en la presente década (Guía para universidades Saludables, 2006). Esta población constituye un universo significativo para el desarrollo y crecimiento de nuestro país, ante lo cual el Ministerio de Educación y de Salud, se encuentran abocados a introducir el tema de la Promoción de la Salud, tanto en los ambientes escolares de la educación pública y privada, como en las instituciones de educación superior. En consecuencia, la tesis tiene como propósito principal, evaluar los efectos que produce en el ACF, una estrategia de intervención educativa inducida y orientada hacia el desarrollo de competencias saludables, poniendo énfasis en el desarrollo del autoconocimiento, el autocuidado y los hábitos vida activa en una muestra de estudiantes universitarios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. El proceso se desarrolló durante dos semestres académicos, conformándose dos grupos de medición: a) un grupo que despliega el proceso de intervención educativa conformados por estudiantes de ambos sexos y b) un grupo de control conformado con estudiantes que no están en programas deportivos de la universidad ni son estudiantes de alguna carrera vinculada al área de la educación física (EF). Al inicio del estudio, cada grupo se ha homogenizado en todos aquellos aspectos relacionados con las variables en estudio, de modo que permitan eliminar las diferencias y eviten la posible contaminación de los resultados. El programa de intervención educativa, dada las características explicadas en el marco de referencia de este estudio, se sustenta por una parte en las aportaciones del modelo teórico de aprendizaje sociocultural de Vigostky (1978), las consideraciones psicológicas y sociocognitivas del modelo de aprendizaje que postula Bandura (1986), y las repercusiones socio-ecológicas que intervienen en la adhesión hacia la práctica sistemática de la actividad física y el deporte expresadas en el modelo teórico de Welk (1999). Dicho programa, comprendió un total de 16 sesiones de clases realizadas durante cada semestre académico en Chile (un cuatrimestre en España). Cada sesión integrada por dos horas pedagógicas cada una, efectuadas una vez por semana, en donde los estudiantes realizan distintas acciones destinadas a favorecer la percepción física de Sí Mismos y el logro de aprendizajes en torno a las experiencias de vida. Se alternan las actividades teóricas con experiencias prácticas en el entorno natural y urbano de la ciudad, posibilitando la reflexión permanente en cada vivencia de evaluación, autoevaluación o co-evaluación entre pares. Considerando que las investigaciones realizadas en escolares informan que el ACF correlaciona positivamente con práctica deportiva y dominios sociales del autoconcepto (Pastor y Balaguer, 2001), así como también con factores nutricionales (Goñi, 2004) y hábitos de vida saludable, (Pastor y Balaguer, 2006; Espinoza et. al., 2007), el programa de intervención se diseñó sobre la base de cuatro factores determinantes de la salud declarados por el proyecto Vida Chile del Ministerio de Salud. En tal sentido el programa inductivo, desarrolla los contenidos troncales de: Vida Activa (actividad física); Alimentación saludable; Asociatividad (componentes sociales) y Ambientes libres de tabaco y Drogas. El programa de intervención educativa fue monitoreado y evaluado a través de mediciones cualitativas y cuantitativas que dieran cuenta de la correcta aplicación de la variable independiente, de manera de asegurar su efecto sobre el ACF. En tal sentido los contenidos troncales ya citados, orientaron su aplicación en el desarrollo de competencias saludables en las áreas del Saber, Saber Hacer, Ser y Saber convivir, conducidas en concordancia con las directrices del modelo de competencias propuesto por el proyecto Tuning para América Latina. Por su parte la variable dependiente, fue controlada en su medición a través del instrumento PSDQ-s de Peart, Marsh y Richards (2005), en su versión corta. Del mismo modo para los efectos de controlar la validez externa, entre otras medidas se evaluaron las características del Estilo de Vida de la población en estudio antes y después de aplicado el proceso de intervención, con el propósito de correlacionar sus diferencias con los resultados de la variable dependiente. En las figura 2 y 3, se explican gráficamente los aspectos generales y específicos del presente estudio.