Debilidades en la guarda del secreto profesional médico en la práctica clínica

  1. Beltán Aroca, Cristina María
Dirigida por:
  1. Eloy Girela López Director/a
  2. Eliseo Collazo Chao Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Córdoba (ESP)

Fecha de defensa: 04 de marzo de 2016

Tribunal:
  1. Aurelio Luna Maldonado Presidente/a
  2. Eduardo Collantes Estévez Secretario/a
  3. Aurora Valenzuela Garach Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

RESUMEN DE LA TESIS DOCTORAL DE Dª Cristina Mª Beltrán Aroca 1. Introducción o motivación de la tesis Hace años ya se sugirió que los médicos de vez en cuando tienen la tentación de vulnerar la confidencialidad. En diversos estudios, se ha demostrado a través de cuestionarios que el personal sanitario reconocía situaciones donde se vulneraba la confidencialidad, y en no pocas ocasiones, por desconocimiento de la normativa que regula el secreto profesional1,2. De igual forma, en otros trabajos basados en la observación directa, también se ha evidenciado la ruptura de la confidencialidad en servicios médicos concretos como Urgencias3,4, o en lugares tales como los ascensores5 o pasillos del hospital6. La normativa legal7,8 y deontológica9 vigente, establecen que el secreto profesional es un deber inherente al ejercicio de la medicina. Los pacientes tienen una visión estricta del secreto profesional en cuanto a los datos que les proporcionan a los médicos, no siendo en muchas ocasiones conscientes de determinadas conductas inapropiadas de los facultativos en relación a su conocimiento de información “privilegiada”. Actualmente, la práctica clínica se lleva a cabo a través de equipos asistenciales, cuyos integrantes deben conocer la problemática del paciente para poder prestar una atención de calidad. La consecuencia en relación al secreto profesional, es un secreto compartido que obliga a todos los componentes de dicho equipo a mantener la confidencialidad de los datos de los pacientes10,11. Debido al carácter difuso y vago de este tipo de secreto, se originan determinadas situaciones en las que se pone en peligro el mantenimiento de la confidencialidad de los pacientes12. El hecho de desvelar datos de los pacientes que están sujetos a secreto profesional, puede suponer una responsabilidad profesional para el médico, tanto en vía penal, en vía civil, contencioso-administrativa13 e incluso disciplinariamente según los Estatutos de la Organización Médica Colegial con una sanción de hasta dos años de suspensión14. 2. Contenido de la investigación Se trata de un estudio epidemiológico observacional, transversal, sobre un conjunto de situaciones definidas como la falta de guarda del secreto profesional en la práctica clínica en el Hospital Reina Sofía de Córdoba (HURS), empleando 7138 días y 33157 horas de observación directa. Se pretendía poner de manifiesto la existencia de situaciones en las que dichos profesionales vulneran este deber, así como la frecuencia con la que ocurría este fenómeno. Para la observación y recogida de tales situaciones, se reclutaron 99 observadores -estudiantes de últimos cursos de la Facultad de Medicina interesados en dicho proyecto-, desde el curso académico 2010/2011 hasta el 2013/2014, ambos incluidos, y matriculados en la asignatura de “Medicina Legal y Forense”. Durante sus prácticas clínicas en el hospital, y tras entrenamiento con los investigadores principales, debían describir en unas plantillas preparadas, la falta de confidencialidad observada, el lugar donde fue cometida, el día y hora de la incidencia, así como el tipo de profesional sanitario implicado en la misma (facultativos, médicos MIR, personal de enfermería y auxiliares, celadores, administrativos y estudiantes), indicando el género y su rango de edad. Se analizaron diferentes Unidades de Gestión Clínica: Medicina Interna; Ginecología y Obstetricia; Pediatría; Urgencias; Cirugía General y Digestivo; Cirugía Maxilofacial; Cirugía Plástica; Traumatología y Cirugía Ortopédica; Digestivo; Dermatología; Reumatología; Salud Mental; Nefrología; Neumología; Neurología; y Oftalmología, agrupadas posteriormente en 7 categorías, en las cuales se recogieron en total 635 cuestionarios relacionados con las observaciones en los diferentes períodos de rotación. De todos ellos, 520 (82,5%) correspondían a situaciones en las que se vulneró la confidencialidad de los pacientes. Para calcular la frecuencia del fenómeno, se creó el Índice de Frecuentación (IF) como variable (faltas/hora), siendo el IF promedio de 0,045 faltas por hora, o lo que es lo mismo 1 falta cada 22,22 horas de observación. Tras la recogida de los datos, se clasificaron las faltas en tres tipos: (1) relacionadas con la guarda y custodia de la documentación clínica; (2) con la revelación de datos clínicos o personales a terceras personas; y (3) aquellas producidas por déficits en la infraestructura u organización del hospital. Además fueron categorizadas según la gravedad de la situación, en función de la existencia de consecuencias observables derivadas de la falta y de la frecuencia con la que ocurrían, en leves, leves reiterativas, graves y graves reiterativas. Se puso de manifiesto, que de todas ellas, las más frecuentes eran las (2) relacionadas con la revelación de datos clínicos o personales a terceras personas (54,6%), siendo por tanto más habituales las de carácter grave (46,7%). Respecto a los lugares, existía asociación estadísticamente significativa (p<0,001) en los controles de enfermería, donde las más habituales eran las referidas a (1) la guarda y custodia de la Historia Clínica (HC) (80%), mientras que en el resto de áreas (consultas y zonas de trabajo, habitaciones de enfermos, zonas comunes) las tipo (2) eran las más frecuentes. En general, las faltas ocurrían especialmente en las zonas comunes del centro (pasillos, escaleras, cafetería, ascensores...) (37,9%), aunque existían variaciones en frecuencia según el Servicio Médico analizado (p<0,001). En el grupo de facultativos (36,5%; p=0,022) y el de celadores (68,4%; p=0,026) se observó de forma significativa, que la mayor parte de las faltas en las que estaban implicados ocurrían en las zonas comunes del centro, sin embargo para el personal de enfermería (p<0,001) el lugar más frecuente eran los controles de enfermería (36,2%). De todos los actores responsables de las faltas, la mayoría fueron facultativos (51,4%) y además en todos los Servicios Médicos estudiados. Existía asociación estadísticamente significativa para los facultativos (54,2%; p=0,005) y personal de enfermería (56,2%; p=0,002) respecto a las faltas (2) relativas a la revelación de datos a terceras personas, así como los celadores (68,4%; p=0,004) en relación a las faltas (1) relacionadas con la custodia de la HC. 3. Conclusión La vulneración de la confidencialidad de los pacientes, continúa siendo uno de los principales problemas que encontramos en la práctica clínica diaria, con un índice de frecuentación estimado, durante muchas horas de observación, de una falta cada 22,22 horas en un Hospital de tercer nivel. Las razones de su importancia son, en primer lugar por las consecuencias que conlleva en la relación asistencial con el paciente, y en segundo, porque la inseguridad de no conocer el tratamiento que puede tener información tan íntima como son los datos de los pacientes, adquiere una trascendencia social que finalmente se puede traducir en una falta de confianza hacia el sistema sanitario. Además de aquellos aspectos que dependen de la propia organización o infraestructura del hospital, se ha demostrado que todo el personal sanitario se encuentra implicado en la ruptura de la confidencialidad, especialmente los facultativos (el grupo más frecuente), y en la mayor parte de los casos de forma no intencionada, aunque no es despreciable el número de faltas graves reiterativas, lo cual pone de manifiesto una cierta falta de cuidado, tal vez por desconocimiento, en cuanto a ciertas conductas que pueden poner en peligro la confidencialidad de los pacientes. Todo lo anterior hace aconsejable incrementar la formación médica acerca de la importancia de la confidencialidad, tanto a nivel de pregrado, como una campaña de sensibilización entre los profesionales médicos, incidiendo en la necesidad de un mayor cuidado y atención en el manejo de la información clínica.