El moldeamiento nasoalveolar en el niño con fisura labiopalatina

  1. Ruiz Escolano, María Gloria
Dirigida per:
  1. Antonio España López Director
  2. Eugenio Velasco Ortega Director/a

Universitat de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 20 de de febrer de 2017

Tribunal:
  1. Juan J. Segura Egea President/a
  2. María Carmen Machuca Portillo Secretari/ària
  3. Maximino González Jaranay Vocal
  4. Gerardo Moreu Burgos Vocal
  5. José López López Vocal

Tipus: Tesi

Teseo: 448388 DIALNET lock_openIdus editor

Resum

Las fisuras de labio y paladar son los defectos orofaciales congénitos más frecuentes, producidos por una alteración en la fusión de los tejidos que darán origen al labio superior y al paladar durante el desarrollo embrionario. La fisura palatina o labiopalatina es una malformación congénita que constituye el 15% de todas las malformaciones. Es la más frecuente del macizo craneofacial en la infancia, cuya incidencia ronda en España el 0,8 por cada 1.000 recién nacidos vivos.. Clínicamente, puede presentarse de manera aislada (80%), o englobarse dentro de síndromes con otras anomalías sistémicas (20%). Actualmente, se reconocen más de 300 síndromes en los que se haya incluida esta malformación. La etiología de las fisuras labiopalatinas se considera un tema muy controvertido ya que todavía no se conoce con exactitud las causas que provocan esta malformación. Diversos estudios experimentales en embriones animales y las observaciones en humanos apuntan a algunos factores de riesgo que pueden incidir en un mayor riesgo a presentarla. En la mayoría de los casos no hay una sola causa relacionada, esto es, la fisura es causada por varios factores que interactúan a la vez, es multifactorial. Así, los factores causales se pueden agrupar en términos generales en aquellos relacionados con el medio ambiente y en los relacionados con la genética. Los pacientes con esta alteración presentan graves problemas anátomo-funcionales, principalmente de succión, deglución, respiración, fonoarticulación y oclusión, junto con alteraciones dentarias tanto en dentición temporal como permanente. Igualmente, tienen problemas en el plano afectivo, emocional y social. Debido a la complejidad de dicha deformidad, se requiere un enfoque de tratamiento multidisciplinario compuesto por profesionales especializados de diversas disciplinas médico-sanitarias (Cirugía Plástica, Enfermería, Genética, Otorrinolaringología, Odontopediatría, Ortodoncia, Psicología, Anestesiología, Fonoaudiología, Kinesiología, Cirugía Maxilo-Facial). Esta interacción permite el manejo integral de la enfermedad para asegurar el mejor resultado posible. El odontólogo-ortodoncista interviene desde el comienzo del tratamiento de los bebés con fisura labiopalatina, con la aplicación de la ortopedia pre-quirúrgica previa a la reconstrucción quirúrgica del labio y paladar. La fisura labial o labiopalatina se puede presentar con una considerable variación en la gravedad y la forma. En general, cuanto más amplia o amplias sean estas fisuras se asocian con una mayor y más significativa deformidad nasolabial y esta deformidad suele agravarse con el tiempo. Estas fisuras donde existe un déficit y una deformidad de tejidos duros y blandos, representan un desafío quirúrgico para lograr una anatomía funcional y un resultado estético adecuado. La mayoría de los cirujanos estarían de acuerdo que intervenir a un recién nacido con un menor grado de deformidad en su fisura labiopalatina influiría en sus posibilidades de lograr una cicatriz más estética, una buena proyección de la punta nasal, la nariz más simétrica y definida, y una mayor definición del complejo nasolabial. El moldeamiento nasoalveolar pre-quirúrgico se define como el tratamiento ortopédico que posibilita alinear y aproximar los segmentos alveolares y labiales, moldear activamente el cartílago nasal y producir el alargamiento de la columela nasal durante los primeros meses de vida ya que el hueso y cartílago son más fácilmente moldeables, por efecto de los estrógenos maternos que permiten una mayor concentración de ácido hialurónico en los tejidos. En 1993, Grayson y Cutting describieron una técnica para corregir no sólo los procesos alveolares, sino también los labios y la nariz en los recién nacidos con labio leporino y paladar fisurado. Estos investigadores hablaron por primera vez del moldeamiento nasoalveolar el cual corregía el cartílago nasal deformado y los procesos alveolares, así como el alargamiento de la columela en los niños con labio y paladar hendido. El principal objetivo del moldeamiento nasoalveolar es reducir la severidad de la deformidad de la fisura inicial, lo que permitiría al cirujano y, en última instancia al paciente mejorar los resultados y asi disfrutar de los beneficios asociados con la reparación de la deformidad de la fisura labio palatina, es decir, reduciendo ésta fisura a una deformidad mínima, y la mayoría de los cirujanos prefieren una deformidad mínima que se obtiene al prepararlos con moldeamiento nasoalveolar y que conlleva otros beneficios posteriores. El moldeamiento nasal se basa en la plasticidad y en la poca elasticidad de los cartílagos del recién nacido durante sus primeras seis semanas de vida. A partir de aquí poco a poco se va perdiendo plasticidad y ganando elasticidad dificultando, por tanto, el moldeamiento, ya que el cartílago es incapaz de mantener una corrección permanente de su deformidad inicial. Este tratamiento se emplea tanto en pacientes con fisura unilateral como bilateral, antes de la cirugía primaria de labio. Esta terapeútica es fundamental y facilita la primera intervención para la corrección de esta deformidad disminuyendo el trauma quirúrgico, lo que conlleva una menor formación de cicatrices, y una menor frecuencia de complicaciones postquirúrgicas junto con el modelado estable en la morfología de la fosa nasal desde el nacimiento. Además del beneficio al niño, conlleva un impacto psicológico positivo en el entorno familiar del paciente que se traducirá en una mayor colaboración y valoración de los servicios sanitarios prestados.