¿Un soberano europeo? Una Europa de identidades múltiples
- José Joaquín Jiménez Sánchez Director
Defence university: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 21 April 2017
- Alfonso Ruiz Miguel Chair
- Manuel Escamilla Castillo Secretary
- Carlos Closa Montero Committee member
- Juan Luis Requejo Pagés Committee member
- Pablo J. Martín Rodríguez Committee member
Type: Thesis
Abstract
Resumen La crisis jurídico-política de la Unión Europea ha constituido la motivación principal de este trabajo, que puede apreciarse con el resurgimiento de movimientos populistas y nacionalistas a partir de la crisis de la deuda soberana. Sin embargo, esta investigación va más allá de estos fenómenos recientes y parte de la premisa de que el problema de fondo es en realidad una cuestión normativa, que está estrechamente vinculada a la legitimidad de un orden político postnacional. La Unión Europea carece de un fundamento normativo capaz de articular los Estados miembros en torno a un interés general que evite las insuficiencias del modelo del Estado nación con respecto a su legitimidad democrática. En este sentido, la siguiente investigación revisa los fundamentos teóricos del Estado nación en el pensamiento político de la modernidad. El Estado nación tiene su base en la soberanía del Estado, que fue entendida en principio por sus primeros defensores en puros términos fácticos. El Estado soberano como garantizador del orden público, sólo puede instituirse si sus instituciones emanan de un fundamento moral de la comunidad política. Jean-Jacques Rousseau, a pesar de haber resuelto las paradojas de la soberanía fáctica en su concepto de la voluntad general, no consiguió pensar el Estado como ser moral más allá de la suma de las diferentes voluntades particulares. Como consecuencia, las democracias nacionales tienen un fundamento teórico insuficiente para representar el interés general. Dándose cuenta de esta insuficiencia, Georg Wilhelm Friedrich Hegel asentó su fundamento del Estado en el interés universal lo que le permitió pensar la comunidad política como Estado de derecho caracterizado por un orden constitucional, que se legitima por el reconocimiento positivo de las libertades privadas y políticas de los individuos. A partir de ahí es posible razonar la democracia de otra manera y desarrollar un modelo de Estado, que asienta sus instituciones sobre un concepto de sociedad universal. De ese modo, se hace posible pensar un modelo de democracia para la Unión Europea, que tiene su fundamento en el interés general de los ciudadanos europeos, pero al mismo tiempo cuenta desde el principio con las diferencias particulares entre las distintas poblaciones. La segunda parte de la investigación comprueba los logros y fracasos del Estado nación, esta vez entendido como fenómeno histórico, para representar un orden social instituido sobre los principios modernos de libertad e igualdad de los ciudadanos. Basado en el pensamiento de Jürgen Habermas, se explica el fenómeno de la integración europea como consecuencia directa de estas insuficiencias del Estado nación. Sin embargo, se demuestra que el proceso de integración europea todavía es incompleto por su incapacidad de representar un orden social postnacional. Esta insuficiencia queda demostrada en dos campos concretos e identificados anteriormente en la parte teórica como puntos claves de la democracia, los derechos individuales y la representación política. En esta línea, la conclusión elabora un modelo de un Estado democrático europeo, contrastando las propuestas de reforma institucional con los resultados de la investigación.