Patrimonio de Cartagena de Indiasfinales del XIX a los años treinta del XX

  1. YEPES MADRID, GLORIA INES
Dirigida por:
  1. Ignacio Luis Henares Cuéllar Director

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 04 de julio de 2018

Tribunal:
  1. Rafael Jesús López-Guzmán Guzmán Presidente
  2. Esperanza Guillén Marcos Secretaria
  3. Catalina Cantarellas Camps Vocal
  4. Juan Ramón Cirici Narváez Vocal
Departamento:
  1. HISTORIA DEL ARTE

Tipo: Tesis

Resumen

RESUMEN: Cartagena de Indias perdió la mitad de su población y su importancia portuaria y militar luego de la reconquista española de 1815, cuyos efectos negativos se extendieron durante las décadas siguientes. A finales del siglo XIX, gracias al papel del Presidente cartagenero Rafael Núñez, la reconexión fluvial y férrea con el río Magdalena y la entrada en operación del Muelle de la Machina comenzó su recuperación. La ciudad se expandió por fuera del recinto amurallado en barrios de estilo republicano, transformó plazas, creó espacios públicos, demolió murallas, modernizó sus servicios públicos e incorporó las ideas del embellecimiento y el progreso. En 1911 celebró el centenario de su independencia con la construcción del Teatro Municipal, el Parque Centenario, su obelisco, la estatua Nolli Me Tangere y el monumento a la Bandera. Las ideas del progreso implicaron la demolición de murallas, mientras que la definición de un nuevo papel turístico para éstas así como la construcción de la identidad colombiana con el reconocimiento del aporte español a su cultura contribuyeron a su protección. La Sociedad de Mejoras Públicas surgió como una institución para esta puesta en valor del patrimonio. Al celebrar sus cuatrocientos años, en 1933, Cartagena de Indias se había incorporado a la modernidad, su población mayoritariamente residía fuera de la "ciudad vieja" y ésta se mantuvo como centralidad y fuente de ingresos turísticos. NATURALEZA DE LA INVESTIGACIÓN: La investigación es de naturaleza histórica, y en particular de historia local, referida a un periodo de la evolución de Cartagena de Indias entre finales del siglo XIX y los años treinta del siglo XX; en ella se analizan los fenómenos nacionales, regionales e internacionales de la época sobre la evolución de las ciudades y el patrimonio. De igual manera la investigación es hermenéutica, ya que interpreta los fenómenos desde lo general o deductivo de influencias y movimientos externos hacia lo particular o inductivo de los eventos de la ciudad. DESARROLLO Y CONCLUSIONES: Una visión de su historia local explica de manera parcial las transformaciones de la ciudad cuando gracias al apoyo decidido del Presidente Rafael Núñez recuperó su vocación portuaria y se reconectó con el Canal del Dique y con ello con el interior del país a través del río Magdalena y del Ferrocarril Cartagena-Calamar, a la vez que construyó muelles modernos, recibió el influjo de extranjeros que se residenciaron en la urbe, reformó parques e instaló estatuas conmemorativas, dio nuevos usos a edificios coloniales, derrumbó murallas y baluartes para la comunicación y el progreso, fortaleció el crecimiento de sus barrios extramuros bajo modelos arquitectónicos eclécticos, y puso en funcionamiento diversos servicios públicos. La explicación del cambio se tiene también en las tendencias estilísticas de copia y adaptación de estilos europeos, las ideas en boga de modernización y salubridad urbanas, los medios de transporte y los recursos técnicos e industriales de la segunda revolución industrial, el sacrificio de estructuras ya sin función como es el caso de las murallas y la construcción de edificios y estatuas conmemorativos. En esto la urbe siguió las líneas comunes en la evolución de las ciudades iberoamericanas y de las colombianas en particular con su arquitectura republicana que es la adaptación local del eclecticismo imperante en el mundo. Pero la transformación de Cartagena de Indias fue muy especial y diferente de las demás urbes hispánicas en América, ya que a diferencia de éstas, aquí se conservó una gran parte del legado colonial y con ello estructuró el patrimonio que hoy constituye la identidad de la urbe, que le permite hacer parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Estas decisiones urbanas fueron el producto de un proceso polémico entre las fuerzas de la conservación y las fuerzas del progreso reformador: El estudio de planificación urbana de la firma consultora inglesa Pearson and Sons en 1915, recomendó la demolición de tramos de murallas para el saneamiento y embellecimiento de la ciudad, mientras que voces locales protestaban por esta destrucción y desde Bogotá se expedían leyes para dotar de protección jurídica a estos monumentos. De esta manera, el centro colonial de Cartagena de Indias se convirtió en un monumento no intencionado, donde las intervenciones permitieron leer el paso de los siglos y de las tendencias sobre las edificaciones y los espacios públicos, como por ejemplo sucedió con las torres de la Iglesia de San Pedro Claver y la Catedral así como con la antigua Boca del Puente convertida en Torre del Reloj; mientras que las murallas y el Castillo de San Felipe se intervinieron para mantener lo más posible su unidad de estilo del periodo colonial. Monumentos intencionados se levantaron en las antiguas plazas convertidas en parques, como sucedió con el Fernández Madrid y el Bolívar, la instalación de la estatua de Colón en la Plaza de la Aduana, el Parque Centenario, la Estatua Noli Me Tangere y la intervención del Camellón de los Mártires. La “ciudad vieja” se mantuvo como la centralidad urbana y a ella, reconociendo el paso del tiempo y la trascendencia de sus luchas de independencia, se la dotó de valores históricos, rememorativos e instrumentales que le permitieron pervivir en el crecimiento de la urbe. Las urbanizaciones extramuros, especialmente el Barrio de Manga, de alto valor arquitectónico como conjunto republicano en el país, de forma lamentable desaparecieron en las décadas siguientes, ya que en este caso, el valor de novedad no trascendió al valor histórico o rememorativo bajo las presiones económicas inmobiliarias. En estos procesos, fueron claves los arquitectos locales, como Jaspe, y extranjeros, como Lelarge y Malabet, que fueron contratados para realizar intervenciones en bienes coloniales o para construir nuevas edificaciones, y con sus decisiones marcaron el perfil urbano de la urbe que perduró hasta nuestros días. En general, el periodo en análisis dotó a la ciudad de su apariencia actual, y por ello reviste la mayor importancia este estudio desde una perspectiva histórica de su evolución estílistica, atendiendo principalmente los criterios del tratadista Aloïs Riegl, en el marco de la vida económica, social y cultural de Cartagena de Indias, que en 1933 celebró sus cuatrocientos años de fundación. BIBLIOGRAFIA: Se consultaron fuentes documentales de la época, consistentes en los periódicos, gacetas oficiales y fotografías que se conservan en el Archivo Histórico, la Biblioteca Luis Angel Arango y la Fototeca Histórica de Cartagena. Además se consultó una amplia bibliografía entre la cual se detallan algunos textos a continuación: ALCALDIA MAYOR DE CARTAGENA DE INDIAS Y REVISTA SEMANA. 1811-2011 Bicentenario – Cartagena de Indias. Ed. Publicaciones Semana S.A., Bogotá, 2011. BOSSA HERAZO, Donaldo. Construcciones, demoliciones, restauraciones y remodelaciones en Cartagena de Indias. Ed. Gráficas el Faro, Cartagena, 1975. BOSSA HERAZO, Donaldo. Nomenclátor Cartagenero. Ed. Planeta Colombiana, Cartagena, 2007. LEMAITRE, Daniel. Corralito de Piedra. Ed. Editora Bolívar, Cartagena, 1949. LEMAITRE, Eduardo. Historia General de Cartagena. Ed. El Ancora Editores, Bogotá, 2ª ed., 2004. REDONDO GOMEZ, Maruja. Cartagena de Indias. Cinco Siglos de Evolución Urbanística. Ed. Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, 2004. RIEGL, Aloïs. El culto moderno a los monumentos. Caracteres y Origen. Ed. Visor Distr. S.A., Madrid, 1987. URUETA, José et PIÑERES, Eduardo. Cartagena y sus cercanías. Guía Descriptiva de la capital del Departamento de Bolívar. Ed. Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias y otros, Cartagena, 2011.