The field of Korean archaeology in south Korea (1945-1979). Power relations in the institutionalization and professionalization of archaeology

  1. Botella Sánchez, Luis Alberto
Dirigida por:
  1. Antonio J. Doménech del Río Director/a
  2. Fernando Wulff Alonso Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Málaga

Fecha de defensa: 22 de diciembre de 2017

Tribunal:
  1. Alicia Relinque Eleta Presidenta
  2. Gonzalo Cruz Andreotti Secretario/a
  3. You Jae Lee Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 526054 DIALNET lock_openRIUMA editor

Resumen

El Campo de la Arqueología en Corea del Sur (1945-1979). Relaciones de poder en la Institucionalización y Profesionalización de la Arqueología Resumen La presente tesis doctoral plantea un estudio sobre la historia de la arqueología en la República de Corea, centrándose en el periodo comprendido desde la Liberación de la península en 1945 hasta la muerte de Park Chung Hee. El objetivo principal de este estudio consiste en establecer cuáles fueron las estructuras y dinámicas principales que permitieron la configuración de la arqueología como disciplina académica en la República de Corea. Para ello se centra en los procesos de institucionalización y profesionalización de la arqueología. El interés del periodo comprendido entre 1945 y 1979 reside en que fue el momento en que tanto la República de Corea como la disciplina arqueológica se consolidaron como tales en la mitad sur de la península de Corea. El Imperio Japonés colonizó la península de Corea en 1905 cuando confirmó su protectorado sobre la Gran Imperio Han (1897-1910) (hanja, 大韓帝國; coreano. Taehanchaekuk), gobierno autóctono sucesor de la dinastía Chosŏn (1392-1897). En 1910, el Imperio Japonés formalizó su dominio sobre Corea con la anexión de la península y su conversión en colonia. Desde ese momento y hasta el final del Imperio Japonés en 1945, la península de Corea estuvo bajo el control de administradores japoneses. Tras la derrota de Japón en la Guerra del Pacífico (1941-1945) y su ocupación por las fuerzas Aliadas, el Imperio Japonés se desmembró y la península de Corea se división a lo largo del paralelo 38º. La URSS controlaba la mitad norte de la península, mientras que los EE.UU. controlaban la mitad sur. A pesar de diversos intentos, la lógica de la guerra fría estaba fuertemente instalada en la dinámica política dentro de la península y en vez de un gobierno conjunto para toda la península se crearon dos estados separados y antagónicos en cada una de las mitades con apoyo de las dos superpotencias. En 1948, Syngman Rhee proclamó la I República de Corea en el sur, y como reacción, Kim Il Sung hizo lo propio en el norte al declarar la República Popular Democrática de Corea. La consolidación de estos dos estados en la península se hizo bajo la acusación mutua de usurpación de la legitimidad para representar a la nación coreana. Esto hizo que el régimen de Syngman Rhee (1948-1960), primer presidente de la República, nunca reconociese el estado norcoreano, y que Kim Il Sung (1948-1994), primer presidente en el norte, hiciese lo mismo con Rhee. Las tensiones entre ambos regímenes alcanzó su cénit en el verano de 1950 con el inicio de la Guerra de Corea (1950-1953). Además de la destrucción por la guerra y la división nacional, una de las consecuencias más patentes de la guerra fue la imposibilidad durante muchísimo tiempo de que surgiese en la República de Corea un movimiento político progresista tolerado por el estado, ya que cualquiera de los intentos que surgieron eran rápidamente tildados de procomunistas. Tras una cruenta guerra, el régimen de Rhee en el sur tuvo que enfrentarse a los problemas de la reconstrucción, dependiendo enormemente de la ayuda estadounidense. Rhee estableció un gobierno de corte autoritario en el que por medio de redes clientelares se aseguró el control de los aparatos y sectores claves de la sociedad y política coreanas. Eso hizo que, aunque el régimen era formalmente una democracia, Rhee no dudase en usar a la policía y otros grupos para hacer fraude electoral a su favor. La manipulación política, el crecimiento de la población urbana y alfabetizada junto al abuso policial y una falta de crecimiento económico, provocó que en abril 1960 y en el contexto de las elecciones vicepresidenciales surgiese una revolución popular que derrocó al gobierno de Rhee. El Movimiento del 19 de abril de 1960 fue el detonador del fin de la I República y el surgimiento de la segunda. Tras el Movimiento del 19 de Abril, surgió un nuevo gobierno que redactó una nueva constitución de corte parlamentarista y que limitaba el poder del presidente de la república. La oposición a Rhee fue el sector político que capitalizó el éxito del Movimiento, pero políticamente no se diferenciaba demasiado de Rhee y sus colaboradores por situarse dentro del sector conservador-liberal. Esto hizo que el nuevo régimen se situase entre las demandas populares de cambios sustanciales y de calado hacia una política más progresista y las reticencias y resistencia del sector conservador-liberal al que pertenecía el propio gobierno. A pesar de las fuertes presiones que tuvo que soportar el gobierno, su caída no se debió a problemas internos, sino a un golpe militar. El General Park Chung Hee (1961-1979) promovió un golpe militar dirigido a eliminar el gobierno de la II República. El golpe de estado del 16 de mayo de 1961 aupó al poder a una junta militar conocida como el Consejo Supremo para la Reconstrucción Nacional (1961-1963) y que Park presidía. Durante el gobierno militar Park declaró que su intención al dar dicho golpe de estado fue el de erradicar la corrupción y desarrollar económicamente el país. A cambio de prometer un gobierno civil, Park consiguió el apoyo de EE.UU. Con dicho apoyo, y el dinero obtenido por la firma del Tratado de Normalización con Japón y por la participación en la Guerra de Vietnam al lado de EE.UU., Park puedo financiar sus ambiciosos planes de desarrollo quinquenales con los que desarrollar económicamente el país, obteniendo tasas de crecimiento anuales superiores al 7% del PIB. En vísperas a la implementación del III Plan de Desarrollo Económico Quinquenal dirigido a la industrialización pesada y química, Park dirigió un golpe de estado interno con la promulgación de la Constitución Yusin en 1972. Esta constitución hacía de Park el gobernador vitalicio de la República de Corea, dándole el control de la Asamblea Nacional y enormes poderes ejecutivos. Dicho poder lo utilizó el presidente para controlar a la población y movilizarla en sus planes de desarrollo económico. Finalmente, y tras años de ciclos económicos de fuerte crecimiento en 1979 el gobierno se enfrentó con amplias movilizaciones de trabajadores en el sureste de la península, en torno a Pusan. Ante el aumento de los disturbios Park declaró la Ley Marcial el 18 de octubre de 1979, a pesar de lo cual las protestas crecieron y se diversificaron socialmente con la participación de estudiantes universitarios y profesionales liberales de clase media. En ese contexto, Park fue asesinado por su director de la Central de Inteligencia Coreana, Kim Jae-gyu. Dentro de este contexto político la arqueología coreana fue desarrollándose y encontrando un espacio académico propio como disciplina autónoma. La arqueología en Corea llegó de la mano de investigadores japoneses a finales del s.XIX y posteriormente aumentaron con la declaración de Corea como colonia del Imperio Japonés. Un resultado colateral de ese proceso fue la obstrucción a académicos coreanos a participar en los múltiples proyectos arqueológicos realizados en la península durante el periodo colonial. Durante el periodo colonial (1905-1945) algunos coreanos lograron formarse en universidades e instituciones del Imperio Japonés o fuera de él en disciplinas cercanas a la arqueología (historia, historia del arte, antropologís, etc.) o directamente en arqueología. Esto permitió que tras la Liberación en 1945 existiese un conjunto pequeño de académicos con ciertos conocimientos arqueológicos, pero sin experiencia de campo en excavaciones o prospecciones arqueológicas. Además de ese pequeño grupo de académicos, el periodo colonial legó a los distintos gobiernos de Corea del Sur un conjunto de instituciones, colecciones e interpretaciones sobre la arqueología coreana que fueron la base de la que partió la investigación posterior. Los inicios de la arqueología en Corea del Sur se enmarcan dentro de una situación general de incertidumbre política, trauma y medios limitados. En 1945, tras la Liberación de Corea, Kim Chae-wŏn fue al museo colonial en Seúl para tomar posesión y proteger las colecciones hasta la organización de un esperado gobierno coreano. La división de la península, las influencias de las superpotencias y las disputas políticas entre los coreanos impidieron la conformación de un gobierno, pero consolidaron la transición del museo colonial a la nueva República de Corea, el gobierno formado en el sur de la península en 1948. A partir de esta primera institución se fue poco a poco articulando un sistema institucional y profesional de académicos interesados en la investigación arqueológica. A su vez, académicos ajenos al museo fueron también interesándose en la disciplina y organizando sus propios instrumentos institucionales para poder dar expresión a esas inquietudes. La evolución de estas instituciones y la organización de los académicos interesados en la arqueología se pueden organizar históricamente en tres periodos. El primero abarcarían desde la Liberación de Corea en 1945 y la organización del Museo Nacional de Corea hasta la organización del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad Nacional de Seúl en 1961, en el contexto de la Revolución del 19 de Abril de 1960 y el posterior golpe de estado de Park Chung Hee. El segundo periodo empezaría en 1961 y continuaría hasta 1968, momento en que la política cultural del gobierno de Park Chung Hee se tradujo en un incremento muy importante del apoyo y la financiación prestada a la investigación arqueológica. Finalmente, el tercer periodo concluiría en 1979 con el asesinato de Park Chung Hee. El primer periodo del desarrollo de la arqueología en Corea del Sur se plantea en el contexto de un nivel muy bajo de apoyo directo por parte del gobierno a la investigación arqueológica y el surgimiento en distintos centros de pequeñas comunidades de investigadores interesados en la arqueología. Además plantea una fuerte continuidad legislativa con respecto a la gestión del patrimonio arqueológico. El centro de investigación más importante y activo en este periodo fue el Museo Nacional de Corea (MNC a partir de ahora) bajo la dirección de Kim Chae-wŏn. Esta institución fue una plataforma para el desarrollo inicial de los estudios arqueológicos en Corea del Sur. Por una parte, a pesar de las limitaciones presupuestarias impuestas desde el presupuesto del gobierno, Kim fue capaz de captar gran cantidad de fondos internacionales para desarrollar una actividad excavadora nada desdeñable dadas las circunstancias. Esta actividad permitió formar un primer grupo de investigadores con experiencia de campo ligado al MNC y que se convertirá en un grupo fundamental dada su cercanía a las instituciones del gobierno reguladoras de la arqueología. Este periodo también contempló como investigadores, normalmente asociados a universidades, empezaron a tomar interés en la investigación arqueológica y empezaron a dirigir sus propias investigaciones arqueológicas. En 1956, se llevó a cabo la primera excavación arqueológica que no dirigió el MNC. Un par de años más tarde esa iniciativa fue seguida por profesores de la Universidad Nacional de Seúl (1957), por la Universidad Koryo (1959) o por la Universidad Nacional de Kyungpook (1960). De esta forma, se puede concluir que el periodo vio el nacimiento de la arqueología dentro de instituciones gubernamentales y extragubernamentales. En este periodo, la gestión del patrimonio arqueológico se rigió por medio de las leyes promulgadas durante el periodo colonial, es decir la ley de Conservación de Tesoros, Sitios históricos, Paisajes y Monumentos Naturales de 1933, junto al Comité para la Conservación Conservación de Tesoros, Sitios históricos, Paisajes y Monumentos Naturales. Esta continuidad legal, hizo que determinadas visiones sobre el patrimonio arqueológico y su gestión continuasen en el periodo posterior a 1945. El segundo periodo de desarrollo de la arqueología entre 1961 y 1968/9 viene marcado por la formación del primer departamento universitario dedicado a formar especialistas en arqueología, finalizando con un importante cambio de la política cultural del gobierno. 1961 vio la organización de dos instituciones muy importantes dentro de la arqueología coreana en este periodo de estudio, el antes señalado Departamento de Antropología y Arqueología y la Oficina de Bienes Culturales (OBC a partir de aquí). Además un año después 18 universidades organizaron la Asociación Coreana de Museos Universitarios, una institución dedicada a la promoción de la actividad científica y educativa de los museos universitarios, apoyando así también la actividad arqueológica fuera de instituciones gubernamentales. El establecimiento del Departamento de Antropología y Arqueología supuso el primer órgano dedicado a la reproducción de la disciplina por medio de la educación de nuevos especialistas en la propia disciplina. De esta forma, fue muy importante para el crecimiento y consolidación de la arqueología como disciplina independiente. Kim Won-yong, antiguo investigador del MNC fue nombrado director del departamento en 1961 tras haberse doctorado en la Universidad de Nueva York. Alrededor del Departamento Kim logró formar un grupo de jóvenes investigadores que posteriormente irían empleándose en otras instituciones e incluso formando a nuevos arqueólogos. Esta misión educativa fue posible desde muy temprano gracias a la colaboración de instituciones como el MNC, que colaboraron intensivamente en la formación de los estudiantes del departamento. El departamento también fue un centro de investigación activo que integró el trabajo de campo con la formación de los estudiantes desde muy pronto. La OBC fue la respuesta gubernamental a la plétora de instituciones y oficinas disgregadas dedicadas a la gestión del diverso patrimonio natural y cultural en Corea del Sur. En 1961, el gobierno de Park Chung Hee ordenó una recentralización de distintas oficinas, departamentos e instituciones para conformar un órgano independiente bajo la dirección del Ministerio de Cultura y Educación. El resultado fue una institución can mayor presupuesto de gestión y con mayor capacidad de especialización dedicada a la gestión del patrimonio en general, incluyendo el arqueológico. Esta institución fue la responsable de redactar la nueva ley de Protección de Bienes Culturales de 1962 y que marcaría el marco legal de la protección patrimonial y la investigación arqueológica por extensión. Aunque esta ley significó un cierta continuidad sobre la visión del patrimonio cultural y su protección con respecto al periodo colonial, también ofreció ciertas novedades como el reconocimiento de que actores no gubernamentales llevasen a cabo excavaciones arqueológicas, previa solicitud al Comité para la Protección de Bienes Culturales, el comité que sucedió al Comité para la Conservación de Tesoros, Sitios históricos, Paisajes y Monumentos Naturales establecido en la ley de 1933. La organización de la Asociación Coreana de Museos Universitarios representó el creciente interés por parte de investigadores ajenos al gobierno por el patrimonio material coreano, y en particular por el patrimonio arqueológico. Este interés por mejorar y establecer museos universitarios vio en la arqueología como una vía para aumentar los fondos de dichos museos. A la vez, académicos interesados en arqueología vieron esas iniciativas como complementarias a sus propios intereses, si es que no eran ellos mismo los promotores iniciales del establecimiento de museos dentro de sus universidades o de su mayor actividad investigadora. En conjunto este periodo observa una expansión e incipiente estructuración de la disciplina gracias al impulso regulador del gobierno y el creciente interés entre académicos fuera de las instituciones del gobierno. Sin embargo, el nivel de financiación accesible para los investigadores en instituciones del gobierno o en universidades es aún limitado, repercutiendo en la actividad investigadora del momento. Si bien es cierto, este periodo deja entrever un cierto cambio en la política cultural del gobierno hacia la arqueología que culminará en 1968. El tercer periodo de referencia en esta investigación empieza con la reorganización de los ministerios a cargo del patrimonio cultural y el inicio de una serie de proyecto de gran calado científico y político en Pulguksa y Sŏkkuram, en los alrededores de Kyŏngju. Estos proyectos administrativos y políticos marcan el punto de inflexión para el nivel de intervención gubernamental en el campo de la arqueología. A partir de este momento, el gobierno invertirá enormes recursos públicos en el desarrollo turístico de Kyŏngju como ciudad turística a partir del reclamo de la ciudad como capital histórica del reino de Silla. Este proyecto significó una inversión constante durante 10 años por parte del gobierno en la excavación, reconstrucción y conservación de yacimientos arqueológicos en la ciudad de Kyŏngju y alrededores. Además, el gobierno también aumentó su inversión en proyectos de arqueología de urgencia relacionada con grandes proyectos de obras públicas como presas, complejos industriales o autovías. La conjunción de ambas circunstancias planteó una enorme disponibilidad de fondos para investigaciones arqueológicas en los ámbitos antes descritos. Esta nueva afluencia de fondos en la disciplina aumentó con a la enmienda de la le y Bienes Culturales de 1973, en la que se obligaba a las empresas responsables de grandes movimientos de tierra a financiar las investigaciones arqueológicas pertinentes si se detectaban restos arqueológicos en el proceso. Todo esto dio un gran dinamismo a la disciplina. El nuevo interés del gobierno en la arqueología respondía a una serie de intereses económicos y políticos que se tradujeron en la ampliación de los instrumentos de que disponía para llevar a cabo investigaciones arqueológicas. A nivel institucional esto significó la ampliación de las instituciones dedicadas a la investigación arqueológica dependientes del gobierno. Fuera de ese marco gubernamental, la mayor cantidad de fondos permitió que nuevos actores participasen del desarrollo de la arqueología. En este periodo el entramado institucional del campo entre en su madurez con la organización de las primeras asociaciones profesionales de arqueólogos. En un principio, éstas nacieron como resultado de las conexiones académicas que los arqueólogos del campo mantenían entre ellas, desembocando en dos asociaciones: la Sociedad Arqueológica de Corea y la Asociación de Arqueología Corea. Ambas terminaron en fundirse en la Sociedad para los Estudios Arqueológicos Coreanos, establecida en 1976 y hoy conocida por el nombre de Sociedad Arqueológica Coreana. Esta nueva organización profesional marca la consolidación de la disciplina, pues muestra a su vez la consolidación de una comunidad de investigadores sobre arqueología. Objetivos de la tesis e hipótesis El objetivo de esta tesis consiste en el análisis de las principales estructuras de poder que conformaron el campo de la arqueología en Corea del Sur. Para ello se centra en el estudio de la institucionalización y profesionalización de la disciplina durante sus momentos formativos. Este objetivo y foco de atención se ha conceptualizado a partir de una serie de objetivos específicos de investigación que se plantean a continuación. En primer lugar, la tesis se plantea cuál fue la situación de la disciplina antes de la Liberación de 1945, pues indicará cuál es el punto de partida para los primeros inicios de la arqueología coreana. En segundo lugar, se quiere definir cuáles fueron los mecanismos de influencia del gobierno sobre la tesis. A continuación, surge la pregunta de cómo desarrolló el gobierno instituciones dedicadas a la investigación arqueológico y en qué forma lo hizo. Esta tesis también cuestiona cuáles fueron las tendencias generales de investigación en términos de agentes involucrados, distribución cronológica y geográfica, así como periodos arqueológicos investigados. Después, se plantean los procesos relacionados con la construcción de una comunidad de investigadores interesados en arqueología y las dinámicas internas de poder dentro de la propia comunidad y muy centrado en la composición de redes de investigadores. Este estudio se plantea en base a las organizaciones sociales de los propios investigadores y el ecosistema de revistas académicas en las que se planteó el debate arqueológico. El último objetivo de investigación se centra en las estructuras de poder dentro de redes de investigadores específicos. Esta tesis defiende que la organización de la disciplina académica fue un proceso que se inició en 1945 con la Liberación de Corea y la transferencia de las antiguas estructuras coloniales a un gobierno coreano. A partir de este primer paso, los intereses del gobierno y de los investigadores de la disciplina confluyeron y chocaron a veces, hasta consolidar un campo autónomo de investigación arqueológica. De esta forma, se debe reconocer el impacto del gobierno en modelar la forma de dicho campo de investigación, pero también la iniciativa de los propios investigadores en plantear sus propios objetivos e intereses. Sin embargo, no se puede plantear los intereses de las agencias gubernamentales implicadas, ni de los investigadores como homogéneos. Un estudio detallado de las distintas instituciones gubernamentales implicadas en arqueología demuestra una relación diferente con la administración del gobierno y con diferentes niveles de permeabilidad a la influencia del gobierno. Al mismo tiempo, un estudio de la comunidad de investigadores activos en arqueología plantea una estructuración del campo alrededor de redes de investigadores con distintas posiciones e internamente jerarquizados. Esta situación describe el campo de la arqueología como campo en donde existen múltiples posicionalidades para sus ocupantes en función de la cantidad de poder que pudiesen amasar. Para llevar a cabo este estudio se han consultado una gran variedad de tipos documentales. La estructura legal de la arqueología se ha estudiado a partir de la base de datos en línea del Centro para la Transferencia Legal (www.law.go.kr). Dentro de esta base de datos se han analizado especialmente las Regulaciones para la Conservación de Tesoros, Sitios históricos, Paisajes Pintorescos y Monumentos Naturales de 1933 y la ley de Protección de Bienes Patrimoniales de 1962 y sus diferentes enmiendas y desarrollos legales en reglamentos o leyes paralelas. También se han estudiado las distintas organizaciones legales de las instituciones públicas estudiadas en esta tesis, particularmente las del Museo Nacional de Corea, la Oficina de Bienes Culturales y el Instituto Nacional de Investigación para Bienes Culturales. También han sido muy usados los informes oficiales emitidos por instituciones públicas relacionadas con la arqueología en Corea. En especial, se han usado los distintos anuarios de actividades editados por el Museo Nacional de Corea, la Oficina de Bienes Culturales, el Instituto Nacional de Investigación para Bienes Culturales, la Universidad Nacional de Seúl, la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Seúl, el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Seúl y la Asociación Coreana de Museos Universitario. Estos documentos han aportado importantes datos estructurales sobre las instituciones de las que trataban, aunque estaban muchas veces estructurados dentro de una narrativa acrítica y laudatoria que debía cuestionarse. También se ha hecho un trabajo de archivo en el Rockefeller Archive Center que ha arrojado información externa para uno de los periodos más complejos del Museo Nacional de Corea y la arqueología coreana. Este archivo y la correspondencia que estableció el primer director del Museo, Kim Chae-wŏn, con la Fundación Rockefeller permiten ampliar la información sobre los primeros proyectos arqueológicos en Corea desde una visión diferente a la de los propios participante coreanos involucrados en el proceso. Los informes arqueológicos publicados en la época también han sido muy importantes para plantear algunas de las condiciones en las que esos trabajos de campo fueron realizados. Junto. En especial se han usado los informes publicados por el Museo Nacional de Corea, la Universidad Nacional de Corea, la Oficina de Bienes Culturales y el Instituto Nacional de Investigación para los Bienes Culturales. Además, gracias a estos informes se ha podido reconstruir algunas de las relaciones de colaboración que no quedaban claras en la base de datos de excavaciones Palgul Yŏnp’yo (http://portal.nrich.go.kr/kor/excavationChronologyUsrList.do?menuIdx=566). Esta base de datos ha sido fundamental para los análisis de las dinámicas de investigación en el campo. También se han usado un importante cuerpo documental de revistas académicas relevantes para la arqueología en el periodo investigado. Las revistas analizadas en detalle han sido Kwanbo (1946-1949), Misul Charyo (1960-Today), Kogomisul (1960-Today) Komunhwa (1962-Today), Munhwachae (1965-Today), Han’guk Kogo (1967-1976), Kogohak (1968-1979), Han’guk Kogohak Yŏnpo (1973-Today), Han’guk Kogohakpo (1976-Today). Además se han analizado en algunos periodos las revistas Chindan Hakpo (1934-hoy) y Yŏksa Hakpo (1952-hoy). Estas revistan han sido estudiadas a partir de originales y por medio de la base de datos académica dbPia (www.dbpia.co.kr). La base de dato ha sido especialmente útil por los datos bibliográficos agregados que proporciona. Finalmente todos estos documentos han sido contrastados con los distintos documentos biográficos y autobiográficos sobre los protagonistas de este proceso histórico, los primeros arqueólogos coreanos. Datos biográficos y textos autobiográficos sobre arqueólogos como Chi Kŏn-gil, Ch’oe Mong-nyong, Kim Chae-wŏn, Kim Chŏng-gi, Kim Chŏng-hak, Kim Won-yong, Lee Nanyŏng, Son Po-gi, Yun Mu-byŏng and Yun Sae-yŏng han sido fundamentales durante la investigación de esta tesis. Capítulos La organización de este estudio se organiza en seis capítulos centrados cada uno en uno de los objetivos concretos de investigación antes señalados. El primer capítulo analiza los orígenes coloniales de la disciplina en la Península de Corea. Primero presenta las principales instituciones encargadas de llevar a cabo investigación arqueológica, para repasar después los principales investigadores involucrados en investigación arqueológica en Corea. A partir de dicho análisis, se quiere plantear las principales influencias disciplinares que lideraron el establecimiento de la arqueología en Corea. Además se consideran los trasfondos formativos de los primeros intelectuales coreanos involucrados con la arqueología, mostrando como existe una relación formativa con algunas instituciones educativas japonesas, pero también extranjeras, principalmente del mundo germano-parlante. De esta forma, se presentan el legado colonial con respecto a la estructura sociopolítica de la arqueología para el periodo posterior a 1945. El segundo capítulo evalúa los términos de relación entre el gobierno tras la Liberación y los arqueólogos en relación a la investigación arqueológica. Este capítulo muestra una relación compleja entre ambos estamentos, creando un espacio de relaciones en los que se confunden los límites del gobierno y la comunidad de investigadora. A partir de las relaciones de los agentes investigadores con el gobierno se puede plantear una estructura de tres niveles. El primer nivel representaría a los actores que son parte del gobierno al estar agrupados en instituciones directamente dependientes del gobierno. El segundo nivel representa los agentes investigadores que sin pertenecer a la estructura gubernamental fueron movilizados por éste para participar en distintos proyectos de investigación que representaban los objetivos del gobierno. Finalmente el tercer nivel representa a los agentes investigadores que sin ser parte del gobierno no participaron de los proyectos promocionados por éste. Esta estructura evolucionó a lo largo del tiempo, desde un momento en el que el gobierno mostró un interés en la disciplina muy limitado, siendo el número de miembros en el primer y segundo nivel bastante reducidos. A partir de 1968, se aprecia un aumento substancial del interés del gobierno, aumentando el número de agentes en el primer y segundo nivel. Algunos de esos agentes provenían del tercer nivel y fueron movilizados bajo los proyectos gubernamentales, mientras que otros solo aparecieron en el campo gracias a esos mismos proyectos gubernamentales. En base a estos tres niveles se aprecian también distintas estrategias de conservación con consecuencias a largo plazo para la investigación arqueológica en Corea. Este capítulo presenta los principales instrumentos por los que el gobierno pudo influir en el campo, y los límites de dichos instrumentos para influir en él. Además, este capítulo plantea los desequilibrios entre los agentes investigadores dentro de la disciplina, mostrando como unos fueron capaces de usar sus relaciones con el gobierno para favorecer sus intereses investigadores. El tercer capítulo plantea in estudio pormenorizado sobre la evolución institucional de las principales instituciones investigadores en arqueología y más relacionadas con el gobierno. Este estudio se centra en la historia del Museo Nacional de Corea, la Oficina de Bienes Culturales, el Instituto Nacional de Investigación para Bienes Culturales y el Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad Nacional de Seúl. El estudio histórico de estas instituciones a través de distintas fases históricas permite comprender la lógica detrás del crecimiento, especialización y tipo de relación con el gobierno, mostrando una imagen más heterogénea de las instituciones del gobierno. El cuarto capítulo estudia las tendencias generales de investigación a partir del análisis de los intervenciones arqueológicas realizadas tal y como están registradas en la base de datos Palgul Yŏnp’yo (Anuario de Excavaciones). Esta base de dato permite realizar un análisis de la distribución cronológica, geográfica y por periodo arqueológico investigado. Estos vectores de análisis permiten ver qué actores fueron los más activos en la disciplina y en que momento. También permiten mostrar las áreas que recibieron mayor atención por parte de los investigadores y qué periodos fueron más investigados por cada agente. A partir de estos estudios es posible estudiar patrones de investigación individualizados. Este capítulo refuerza la idea de un campo de investigación altamente desequilibrado y permite ver también el impacto de los cambios en la política cultural del gobierno, especialmente a partir de 1968. El quinto capítulo presenta un estudio sobre la formación de la comunidad de practicantes de arqueología tratando la composición social y su organización y la conformación de un espacio comunicativo propio para la arqueología. La primera parte del capítulo se centra en analizar los orígenes de los primeros arqueólogos y los distintos movimientos asociacionistas entre ellos. Este estudio demuestra la existencia de al menos dos grandes redes de académicos conformando la disciplina, uno que podría ser definido como la red del Museo Nacional de Corea-Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Seúl, y la otra centrada en torno a la Universidad Koryo, la Universidad Sungsil y la Universidad Kyung Hee. La segunda parte del capítulo traza la evolución de las revistas académicas centradas en arqueología. Este estudio muestra cómo se empezó en un ambiente de muy baja especialización, en donde los artículos sobre arqueología se publicaban junto a artículos de otras disciplinas y como hubo un proceso de especialización en la temática que llevó hacia un periodo centrado en artículos sobre cultura material (1960-1967) hasta desembocar en un periodo en donde la arqueología ya tenía su espacio propio de comunicación académica desde 1968. Además el estudio de este ecosistema de revistas académicas muestra como las redes académicas quedaban reflejadas también en distintas revistas hasta la conformación de una única asociación profesional en 1976 conocida como la Sociedad para los Estudios de Arqueología Coreana. Este capítulo plantea así las estructuras básicas que organizaron la comunidad de practicantes durante el proceso de profesionalización de la arqueología coreana. El sexto capítulo plantea un estudio más pormenorizado de la red de académicos centrados en el Museo Nacional de Corea y el Departamento de Antropología y Arqueología en la Universidad Nacional de Seúl. Este capítulo analiza cómo los títulos universitarios fueron mecanismos eficaces en la profesionalización de la arqueología, permitiendo la formación de nuevos que podían integrarse rápidamente en la disciplina. Pero también muestra cómo la estructura jerárquica de títulos desde el grado hasta el doctorado también jeraquizaba la comunidad de graduados del departamento. En este sentido, la capacidad de algunos de ellos para conectar con miembros establecidos de una red académica les permitía un rápido ascenso en sus carreras profesionales. En el caso de las mujeres, hay indicios que parecen indicar a cierta discriminación, aunque este capítulo concluye la necesidad de mayor investigación a este respecto para concluir definitivamente dicha discriminación. Este capítulo concluye como los títulos universitarios ayudaban a la profesionalización de la disciplina, pero también la estructuraban. También demuestra que la red académica entorno al departamento estaba organizada en niveles jerárquicos. En resumen la tesis ha demostrado como la arqueología coreana se conformó en disciplina gracias a la confluencia de varias dinámicas de poder.