La cerámica del oppidum vacceo-romano de Las Quintanas, Pintia (Padilla-Pesquera de Duero, Valladolid). Estudio analítico y contextual
- Carlos Sanz Mínguez Director/a
- Andrés María Adroher Auroux Director
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 21 de mayo de 2021
- María Victoria Romero Carnicero Presidente/a
- Juan Antonio Cámara Serrano Secretario
- Elisa Rosa Barbosa De Sousa Vocal
- Pablo Ruiz Montes Vocal
- Juan Francisco Blanco García Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El objetivo de la presente Tesis Doctoral es el estudio de la cerámica del oppidum vacceo-romano de Las Quintanas, Pintia (Padilla-Pesquera de Duero, Valladolid). Este trabajo se inserta en el Proyecto Pintia del Centro de Estudios Vacceos de la Universidad de Valladolid, en colaboración con el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada. Asimismo, esta investigación ha sido financiada a través de un contrato predoctoral FPU del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (FPU15/000897). Entre los años 1998 y 2006 se llevaron a cabo excavaciones en la denominada Zanja 1, en la ciudad de Las Quintanas (Pintia). Las intervenciones documentaron en extensión las tres últimas fases de ocupación del asentamiento, proporcionando de esta manera una ingente cantidad de información, la cual había sido parcialmente tratada en varios trabajos previos. Por tanto, una primera parte del trabajo aborda el análisis de los contextos domésticos y espacios asociados a estas tres fases. La más antigua ha sido denominada vaccea sertoriana, fechada a principios del siglo I a.C. (ca. 100 a.C. – ca. 70 a.C.). Se trata de un vasto nivel destruido a causa de un incendio, en el que se han documentado los restos parciales de doce casas construidas en adobe y tapial, y en las que se pudieron identificar distintas estancias relacionadas con varias de las actividades llevadas a cabo por sus moradores, como el almacenaje, la molienda y la transformación de alimentos. La siguiente fase, la vaccea post-sertoriana, se presenta como un horizonte bastante alterado por los niveles infrayacentes, que podemos datar durante buena parte del siglo I a.C. (ca. 70 a.C. – ca. 15 a.C.). En ella, la documentación de una arquitectura en tierra que sigue la tradición del nivel infrayacente nos indica una continuación de los modos edilicios preexistentes, a la par que se empiezan a detectar los primeros signos de cambio a causa de la romanización como es la inclusión de elementos pétreos en las cimentaciones de los muros o un aumento en la presencia de vajilla de raigambre itálica. Finalmente, la fase romana encarna un extenso periodo (ca. 15 a.C. – ca. 400 d.C.) en el que Pintia queda inserta en la administración imperial como una de las mansiones que figuran en el Itinerario de Antonino, en la vía que comunica Asturica con Caesar Augusta. Este momento ha sido divido en tres subfases, siendo las dos primeras una continuación en el uso de la zona excavada como zona de hábitat. No obstante, asistimos a la transformación de la arquitectura, así como un viraje en el carácter del área, en la que se multiplican las estructuras relacionadas con el fuego, revelando así un carácter más artesanal que doméstico. Por su parte, en la subfase 3, identificada a partir de la primera mitad del siglo II d.C., se documenta una reestructuración de la zona que conduce a su paulatino abandono como área residencial y la consecuente violación de los niveles infrayacentes por basureros y pozos que intentan alcanzar el nivel freático. En definitiva, el estudio de las estructuras a lo largo estas fases nos ha provisto de información sobre los cambios acaecidos con la romanización, tanto desde el punto de vista de los sistemas constructivos, como de la organización del espacio doméstico y la naturaleza de los conjuntos vasculares presentes en cada uno de los contextos. En segundo lugar, se ha realizado un análisis tecnológico de las producciones vasculares identificadas, con el objetivo de caracterizarlas arqueométricamente y comprobar la existencia de cambios en la forma de hacer cerámica a causa de la romanización. Así, un primer paso consistió en la cuantificación del conjunto vascular estudiado, en el que se pudieron individualizar, clasificar y analizar tipológicamente las distintas producciones vasculares presentes en el registro. A continuación, se procedió a la selección de muestras para llevar a cabo la caracterización arqueométrica, que integra distintas técnicas analíticas propias de las Ciencias de la Tierra. De esta manera, un primer análisis consistió en la observación macroscópica de las pastas a través de lupa binocular (ELP). Esta primera clasificación proporcionó una serie de Grupos Texturales (GT), que sirvieron de base para realizas los muestreos de las demás técnicas analíticas. Asimismo, estos GT nos informaron sobre las principales características tecnológicas de cada una de las especialidades (tipos de pasta, frecuencia de desgrasantes, tratamientos externos, internos y macrotrazas de modelado, etc.). Por otro lado, el estudio pormenorizado de cada una de estas agrupaciones indicó que distintas clases vasculares presentaban las mismas pastas, lo que delató en última instancia el uso de materias primas similares y/o las mismas pellas arcillosas para producir una gran variedad de vasos. Seguidamente, se llevó a cabo el análisis mineralógico a través de DRX y petrografía. La DRX nos proporcionó información mineralógica básica, a través de los distintos difractogramas resultantes, en los que se determinó la ausencia o presencia de minerales. La documentación de ciertas especies, junto a la ausencia o neoformación de otras nos informó sobre las Temperaturas Estimadas de Cocción de las piezas analizadas. Así, las producciones estudiadas alcanzaron cotas de calor de entre 800 ºC y 950 ºC, y solo en unos pocos casos superaron esta horquilla, alcanzando como máximo 1100 ºC. Estos datos coinciden con los estimados en otras regiones peninsulares. En cuanto a la petrografía través de lámina delgada, pudimos confirmar algunas dudas respecto a la macroscopía y corroborar ciertos datos de la DRX. De esta manera se han identificar las principales especies minerales y rocas, además de poder documentar mejor distintos aspectos tecnológicos como los tratamientos de superficie, mezclas de arcillas, o la adición de desgrasantes. Finalmente, hemos realizado el análisis FRX con el objetivo de conocer la proveniencia de las producciones vasculares y zonas de captación de materias primas en los alrededores del yacimiento. Para ello se recogieron 9 muestras de sedimento que fueron analizadas junto a 52 cerámicas. Se utilizaron dos técnicas exploratorias de análisis multivariante, el análisis clúster utilizando el método Ward y el Análisis de Componentes Principales. Los resultados revelaron la existencia de cuatro grupos geoquímicos, en los que se pudo observar un cambio de tendencia en la selección de materias primas entre la fase vaccea sertoriana y la romana. Asimismo, procedimos al cruce de nuestros datos con los proporcionados por la investigadora Z. Escudero, que recogió muestras arcillosas del alfar de Carralaceña, situado en la orilla norte de la ciudad de Pintia. De igual modo, los resultados obtenidos corroboran una zona de extracción de materia prima en un radio no superior a unos dos km del centro artesanal. El cruce de los datos del análisis de los contextos domésticos, y los arqueométricos indican cambios profundos en la sociedad indígena con la romanización. Sin embargo, también se documenta la pervivencia de los modos de vida prerromanos hasta al menos el siglo II d.C., en virtud de una mayor presencia de producciones de raigambre local frente a las romanas, y la permanencia de ciertos rasgos del savoir faire preexistente en las producciones altoimperiales.