La "Calle de la Amargura"piedad devocional y procesional andaluza (siglos XVII y XVIII)

  1. Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz 1
  1. 1 Universidad de Granada
    info

    Universidad de Granada

    Granada, España

    ROR https://ror.org/04njjy449

Libro:
Calle de la Amargura: historia, espiritualidad, devoción, arte : Actas del Congreso Internacional
  1. Ramón de la Campa Carmona

Editorial: Cofradía de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos

ISBN: 978-84-09-16669-5

Año de publicación: 2019

Páginas: 487-518

Congreso: Congreso Internacional Calle de la Amargura (1. 2019. Cádiz)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

Al mediar el siglo XVII la figura de Jesús Nazareno emerge con fuerza en el panorama devocional de la Semana Santa española. En la centuria siguiente será una imagen indiscutible, y en concreto en la Semana Santa andaluza. Por entonces se populariza la escena de la “Calle de la Amargura”, que en tierras gaditanas tiene su propia especificidad en el misterio de los “Afligidos”. No se llegó en tierras granadinas a una iconografía similar, pero sí cobró relevancia la recreación, tan humana y popular, de la Calle de la Amargura. Un repaso por la geografía diocesana nos permite calibrar la importancia de la representación de Jesús Nazareno en varios días de la Semana Santa, pero, especialmente, en el amanecer del Viernes Santo, con la procesión de las “cruces”. Se completa, por supuesto, con la representación asociada de María Dolorosa. A estas representaciones se añaden las de la Verónica, el Cirineo, San Juan y a veces otras imágenes, algo muy característico de los pasos de Jesús con la cruz a cuestas. Precisamente son escenas que se prestan a la dramatización y por esa senda transitaron a lo largo del siglo XVIII, añadiendo todo tipo de personajes y “pasos” vivientes, hasta hacerlas transgresoras y foco de atención de la autoridad civil y eclesiástica. En definitiva, la Calle de la Amargura se prestaba a escenas extrabíblicas en muchos casos, pero muy arraigadas en la práctica de la vía sacra, que había gozado de una gran difusión en el siglo XVII. Ahora revive con representaciones muy naturales de las caídas de Jesús, la ayuda de Simón de Cirene, el “encuentro” con su Madre (enmarcado en el de las Hijas de Jerusalén) o el Santo Rostro en el lienzo de la mujer Verónica. Cuando Granada recupera con brío su Semana Santa en el siglo XX no por casualidad lo hará de la mano de la cofradía del Santo Vía Crucis.