Neurocognitive mechanisms of mindfulness and grit traitsan individual differences approach to cognitive control (mecanismos neurocognitivos de los rasgos de mindfulness y grit: una aproximación al control cognitivo desde las diferencias individuales)

  1. Aguerre González, Nuria Victoria
Dirigida por:
  1. María Teresa Bajo Molina Directora
  2. Carlos Javier Gómez Ariza Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 25 de diciembre de 2021

Tribunal:
  1. Ángel Fernández Ramos Presidente/a
  2. Daniela Paolieri Secretaria
  3. Pedro Guerra Muñoz Vocal
  4. Ana Vivas Pérez Vocal
  5. Mª Felipa Soriano Peña Vocal
Departamento:
  1. PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL

Tipo: Tesis

Resumen

Una de las habilidades más fascinantes del ser humano es su capacidad para evolucionar, adaptarse y mejorarse a sí mismo, lo que en ocasiones le lleva incluso a desarrollar su más alto potencial. Estas habilidades suelen derivar en mayor auto-satisfacción, éxito y bienestar. Sin embargo, el estudio científico de las fortalezas del ser humano comenzó hace tan solo dos décadas, promovido por el nacimiento de la Psicología Positiva (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000; Vázquez y Hervás, 2009), que pretende cubrir una necesidad ya señalada por distintos autores en el pasado (Maslow, 1954). Tradicionalmente, los esfuerzos desde la Psicología se habían dirigido fundamentalmente al estudio de las enfermedades mentales y su tratamiento, foco que en las últimas décadas se ha ampliado hacia el estudio del bienestar, dada la creciente necesidad de mejorar la condición humana en lo individual y lo colectivo. En efecto, el estudio científico de estos temas es esencial para la promoción de la salud, ya que esta comprende el estado de completo bienestar a nivel físico, mental y social, y no la mera ausencia de enfermedad (OMS, 1948). En el ámbito de la psicología positiva, varios rasgos de personalidad han tomado relevancia recientemente debido a la evidencia que muestra su relación con el bienestar; entre ellos se encuentran los rasgos de mindfulness y tenacidad (grit) (p.e., Brown y Ryan, 2003; Salles y cols., 2014). El rasgo de mindfulness, o atención plena, se refiere a la tendencia a dirigir la atención a la experiencia presente en una actitud abierta y libre de juicio (Bishop y cols., 2004; Kabat-Zinn, 2003). La frecuencia con que las personas entran en el estado de atención presente difiere de forma natural entre individuos. Mientras muchas personas se sienten abrumadas por pensamientos sobre el pasado o el futuro, otras tienden a estar abiertas a lo que ocurre a su alrededor. La capacidad de ser conscientes del entorno permite a estos individuos adaptarse de forma flexible a él, lo que conlleva varios beneficios (Brown y Ryan, 2003). Además, esta tendencia a estar presente puede cultivarse con la meditación (Chiesa y Malinowski, 2011). Entre los beneficios que se han asociado al mindfulness se encuentran una mejor salud mental (Grossman y cols., 2004; Tomlinson y cols., 2018), habilidad cognitiva más eficiente (Cásedas y cols., 2019; Verhaeghen, 2021) o mejores relaciones en la comunidad y el trabajo (Good y cols., 2016; Mesmer-magnus y cols., 2017). Por otro lado, el rasgo de grit designa la inclinación a involucrarse en retos a largo plazo con tenacidad y pasión continuas (Duckworth y cols., 2007). Este rasgo es característico de personas que persiguen sus sueños a pesar de los reveses. No se llegaría al monte Everest, por ejemplo, si no fuese con grit, tampoco se sacaría una oposición o se completaría un doctorado. La idea detrás del rasgo de personalidad de grit es que la consecución de un éxito no es la mera expresión de un talento o habilidad, sino que depende del esfuerzo continuado que se hace para conseguirlo y de la pasión, y el propósito, que lleve a continuar. Este rasgo de personalidad ha mostrado predecir el éxito académico, como terminar el instituto (Duckworth et al., 2007), el éxito profesional, como conseguir altas posiciones en una compañía (Eskreis-Winkler et al., 2014; Mueller et al., 2017), e incluso el éxito personal, como tener una larga y feliz relación de pareja o mayor satisfacción con la vida (Duckworth et al., 2007; Vainio & Daukantaitė, 2016). A pesar de que estos rasgos han despertado la curiosidad de la comunidad científica, la mayoría de la investigación hasta el momento ha proporcionado evidencia de sus efectos y no tanto de sus mecanismos. El estudio de los mecanismos, psicológicos en general y neurocognitivos en particular, de estos rasgos es crucial tanto para comprender la naturaleza de los mismos como para futuros estudios que pretendan diseñar programas basados en la evidencia para su desarrollo. Una de las características más llamativa de las definiciones de los rasgos de mindfulness y grit es el papel fundamental que juega en ellas la auto-regulación, una habilidad que conlleva el uso de capacidades cognitivas básicas como el control cognitivo. Esta particularidad hace a los rasgos de mindfulness y grit un campo de estudio especialmente pertinente para entender la interacción entre la personalidad y los mecanismos neurocognitivos subyacentes. Por ejemplo, el mantenerse en el presente conlleva la acción voluntaria de re-localizar los recursos atencionales cuando estos divagan; por otro lado, el involucrarse en un reto a largo plazo conlleva inhibir conscientemente otras acciones más placenteras en pos de continuar las acciones que llevan al objetivo. El control cognitivo es precisamente la capacidad que nos permite dirigir nuestro comportamiento de forma voluntaria, en contraposición a actuar de forma automática. De esta manera, el objetivo principal de esta tesis ha sido indagar en los posibles mecanismos neurocognitivos de los rasgos de mindfulness y grit, donde nos preguntamos si estos rasgos están ligados a una manera particular de usar el control cognitivo (y sus bases neurales). Con tal fin hemos adoptado dos de los marcos teóricos de control cognitivo más influyentes en la actualidad; el modelo de “Unidad y Diversidad” de las funciones ejecutivas propuesto por Miyake y cols., (2000) y la teoría de “Mecanismos Duales de Control” de Braver (2012). El modelo de “Unidad y Diversidad” es especialmente adecuado para investigar diferencias individuales en control cognitivo porque describe con precisión los componentes de esta función: flexibilidad, actualización en la memoria de trabajo e inhibición. Además, proporciona tareas experimentales para medir cada uno de ellos. Estos tres subprocesos son separables (diversos) pero comparten cierto solapamiento (unitarios), haciendo posible investigar la posibilidad de que algún componente esté especialmente relacionado con un rasgo. Por su parte, la teoría de “Mecanismos Duales de Control” propone que hay diversos estilos en los que las funciones de control cognitivo pueden ser combinadas: el modo proactivo y el modo reactivo. Descrito de forma simple, el control proactivo es aquel que permite mantener la información relevante de la tarea que se quiere llevar a cabo y así prevenir interferencias. Los procesos de interferencia o conflicto surgen habitualmente tanto de nuestro pensamiento como del entorno, y el modo de control proactivo actúa como un sesgo en la atención, la percepción y la acción dirigido por el objetivo, lo que frecuentemente permite anticipar y evitar el conflicto. Por el contrario, el control reactivo supone la reactivación momentánea de la información relevante para la tarea en el momento en el que un conflicto aparece, permitiendo su resolución. Este modo de control se pone en funcionamiento únicamente ante la presencia de un evento altamente interferente, lo que exige su detección y resolución. Aunque todo el mundo podría exhibir ambos modos de control, hay personas que tienden a un modo más que a otro y otras que mantienen un uso equilibrado de ambos. Esto puede evaluarse con la tarea AX-CPT (Braver, 2012; Braver y cols., 2009). Por ejemplo, ante la intención de realizar una acción simple como ir a comprar después del trabajo se podría utilizar cualquiera de los modos de control. Una persona con tendencia proactiva mantendría la intención activa en la memoria durante toda la jornada de trabajo, lo que le permitiría prevenir la interferencia cuando una compañera la invitara a tomar algo tras acabar la jornada laboral, siendo capaz de rechazar la invitación. En cambio, una persona que usara su control reactivo, mantendría libre sus recursos cognitivos durante toda la jornada y solo ante el conflicto de la invitación reactivaría la intención de comprar y rechazaría la propuesta de tomar algo. Mientras que el control proactivo suele estar relacionado con mejor rendimiento, esto es a expensas de consumir más recursos cognitivos (Amer y cols., 2016). Así, es el correcto ajuste entre ambos tipos de control el que permite un comportamiento más adaptativo (Burgess y Braver, 2010; Munakata y cols., 2012). En el Estudio 1 usamos dos tareas para determinar los modos de control, la AX-CPT y una tarea de cambio con clave, en participantes que diferían en su rasgo de mindfulness medido a través de los cuestionarios MAAS y FFMQ (Baer y cols., 2006; Brown y Ryan, 2003). La idea era conocer si los participantes con altas puntuaciones en los cuestionarios de mindfulness mostraban un uso particular del control cognitivo. Nuestros resultados mostraron que estos participantes hacían un uso más equilibrado del control, que parece ligado a una atención más eficiente y anclada en el presente. Es decir, los participantes con alto mindfulness combinaban su control proactivo y reactivo de la forma más conveniente para realizar la tarea, eran capaces de prepararse y estar atentos al contexto cuando los ensayos lo requerían, pero, además, destacaban especialmente en su capacidad para reaccionar rápido cuando surgía el conflicto. Además, los participantes con alto mindfulness mostraron mayor flexibilidad para cambiar de tarea y para recuperarse tras haber cometido un error (Aguerre y cols., 2020; estos resultados también están disponibles en un artículo de divulgación en castellano; Aguerre, 2021). Esta evidencia nos llevó a plantearnos si el control equilibrado y la “atención más anclada en el presente” que las personas con alto mindfulness mostraron tener durante la realización de una tarea, serían también característicos de estas personas en estado de reposo, es decir, cuando no están realizando ninguna tarea concreta. Específicamente, la divagación mental ha mostrado estar relacionada con mayor actividad en diversas áreas del cerebro que conforman la Red de Modo por Defecto, y que puede ser captada a través de varios índices neurales (actividad gamma frontal, EEG cuantitativo e índices de complejidad) (Berkovich-Ohana y cols., 2012). Así, en el Estudio 2 medimos esta actividad a través de electroencefalograma (EEG) para ver si difería en función del nivel de mindfulness de los participantes. Lo que encontramos fue precisamente que las personas con alto mindfulness mostraban patrones cerebrales más similares en reposo y en tarea que los participantes con bajo mindfulness, patrones de menor implicación en procesos de divagación mental y auto-referencia. Estos resultados van en la línea de una “atención más anclada en el presente” incluso en reposo. En el Estudio 3 nos centramos en el rasgo de grit, con el objetivo de explorar sus posibles mecanismos cognitivos. Para ello empleamos las tareas sugeridas por el modelo de Miyake y cols., (2000), junto con la AX-CPT, ampliamente usada en la investigación guiada por la teoría de los Mecanismos Duales de Control (Braver y cols., 2009), y medimos otros rasgos de personalidad (mindfulness e impulsividad, a través de cuestionarios) para ver su relación con grit (medido con el cuestionario diseñado por Duckworth y Quinn, 2009). Los resultados de este estudio mostraron que el rasgo de grit parece no estar relacionado con un mejor rendimiento cognitivo, pero sí con un uso particular del control cognitivo, que muestra ser menos proactivo. Ante ensayos en los que las personas con bajo grit suelen responder rápido y acertadamente debido a que el contexto previo había sesgado la respuesta correcta (control proactivo), las personas con alto grit emplean más tiempo y comenten más fallos ya que consideran (erróneamente) el conflicto que el nuevo contexto trae. Hemos denominado a este estilo “precavido”, en el que se prefiere prestar atención a cada estímulo incluso cuando esto no supone una ventaja para el rendimiento en la tarea actual. Además, este estudio mostró que las personas con más grit suelen tener también más mindfulness y menos impulsividad (Raphiphatthana y cols., 2018). Estos resultados nos llevaron a preguntarnos sobre los posibles mecanismos neurales del grit. En el Estudio 4 seleccionamos índices neurales empleados para captar diferencias individuales a través de EEG (theta-beta ratio frontal e índices de complejidad) con el fin de medir patrones de activación cerebral de las personas con alto grit en estado de reposo y durante la realización de una tarea. Los resultados mostraron que, en línea con un estilo “precavido” de control, los participantes con alto grit tenían una actividad cerebral ligada a mayor control cognitivo (menor theta-beta ratio frontal) y esfuerzo (mayor entropía) durante la realización de una tarea cognitiva (Aguerre y cols., 2021). Dados los resultados previos, y por último, quisimos indagar en la posibilidad de que estos estilos de control ligados al mindfulness y al grit en adultos jóvenes pudiesen estar también presentes durante el envejecimiento no patológico, lo que podría ayudarnos a entender por qué estos rasgos parecen ser beneficiosos para los adultos mayores (De Frias y Whyne, 2015; Rhodes y Giovannetti, 2021). En el Estudio 5 medimos los niveles de mindfulness y grit (a través de cuestionarios) de adultos mayores, junto con sus puntuaciones en la AX-CPT (Braver y cols., 2009). Los resultados de este estudio replicaron la evidencia previa con adultos jóvenes. Por un lado, mostraron una tendencia de control equilibrado, buen ajuste entre control proactivo y reactivo, ligada a adultos mayores con alto mindfulness, que podría estar indicando un uso más eficiente de sus recursos cognitivos. Por otro lado, mostraron una tendencia más “precavida” y menos proactiva en los mayores con alto grit, la cual no está ligada a un mejor rendimiento. Además, comprobamos que ambos rasgos estaban ligeramente relacionados entre ellos también en esta población. En su conjunto, la evidencia proporcionada por los estudios incluidos en esta tesis permite conocer algunos de los mecanismos neurocognitivos subyacentes a los rasgos de mindfulness y grit. Por un lado, el mindfulness ha mostrado estar relacionado con un modo de control más equilibrado y una atención más anclada en el presente (tanto en tarea como en reposo), que parecen estar ligados a una mayor flexibilidad, tanto en jóvenes como en adultos mayores. Por otro lado, las personas, jóvenes y mayores, con alto grit parecen usar un estilo de control más “precavido”, empleando control y esfuerzo en las tareas que realizan, aunque no por ello obtengan mejor rendimiento. Aunque estos hallazgos son solo un primer paso hacia una comprensión más exhaustiva de los mecanismos que subyacen a los rasgos de mindfulness y grit, consideramos que son especialmente valiosos porque abren una línea de investigación para futuros estudios en la intersección entre la personalidad y la neurociencia cognitiva. Además, el conocimiento preciso de los mecanismos de estos rasgos puede ser crucial para el desarrollo de programas de entrenamiento para mejorarlos (Hwang y Nam, 2021; Tang, 2011).