Estudio intercultural de la distribución calórico-dietética y su impacto en la autopercepción corporal en varones no competidores de musculación
- Ruiz Pérez, Sònia
- Myriam Guerra Bálic Director/a
- Emilia Sánchez Ruiz Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat Ramon Llull
Fecha de defensa: 18 de enero de 2019
- Casimiro Javierre Garcés Presidente/a
- Elena Carrillo Álvarez Secretario/a
- Rocío Izquierdo Gómez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En la competitiva sociedad actual son multitud los hombres que buscan aumentar su masa muscular (mediante ejercicios de musculación) con el objetivo de mejorar su imagen social. Son perfiles más propensos a realizar un consumo excesivo en proteínas respecto a la cantidad recomendada con el fin de promover el incremento de musculatura (Kim, Lee & Choue, 2011), e incluso suelen ser consumidores habituales de suplementos dietéticos y de ciertas drogas como anabolizantes (McCabe & Ricciardelli, 2004). Como veremos, en el nivel no competidor no suelen visitar a profesionales de la nutrición, sino que diseñan sus propios planes nutricionales sin los conocimientos necesarios. Habitualmente recurren a información no siempre validada de internet, conocidos, compañeros de gimnasio o entrenadores del centro, con el fin de “conocer” qué alimentos, estructura dietética y ayudas ergogénicas les resultarían más beneficiosos para tener unos rápidos resultados (esteroides anabolizantes incluidos) (Pinto & Araújo, 2007; Behar y Molinari, 2010; Azevedo, Ferreira, Silva, Silva & Caminha, 2011). Finalmente, llegan a realizar dietas desequilibradas, presentando un porcentaje de macronutrientes totalmente alterado, sin beneficiar su finalidad primaria de aumentar todo lo posible su masa muscular, y afectando negativamente en su propia salud en general y en su rendimiento deportivo. La sociedad impone unos cánones de belleza y prototipos de éxito que han ido evolucionando desde tiempos clásicos hasta el modelo actual de individuo varonil, triunfador y que presta gran cuidado y atención de su cuerpo. La cultura actual ha sobredimensionado el valor corporal y de su estética por encima de otros aspectos del ser humano. Para los deportistas impone un perfil de musculatura prácticamente hipertrofiada que han llevado a muchos hombres (fundamentalmente pero no exclusivamente), a recurrir a malas prácticas alimentarias y de suplementaciones que en varios casos derivan en el desarrollo de problemáticas de salud, generando una situación que los organismos sanitarios ya denominan como un problema de salud pública. Los medios de comunicación y la industria del entretenimiento (redes sociales, etc.) exponen continuamente al individuo a estímulos visuales perfilando el nuevo modelo social, imponiendo unos cánones de belleza utópicos. Igualmente, el alcance global de estos medios de difusión ha llevado a una generalización y unificación de dicho modelo de éxito (occidental fundamentalmente) a nivel mundial. Las sociedades modernas, cada vez más individualistas tras la ruptura de las agrupaciones sociales tradicionales, y el aumento de la competitividad en una sociedad y mercado de trabajo marcado en los últimos años por un entorno inestable, han acentuado esta presión sobre los individuos. Por último, el desarrollo de herramientas digitales de retoque (y su uso masivo), han contribuido al establecimiento de perfiles de belleza irreales e inalcanzables. Podemos decir que todos los elementos de la vida y concepción del ser humano se ven influidos por esta importancia de lo visual. Así, la autopercepción corporal, desde las concepciones de lo saludable hasta la construcción de la propia personalidad se centran de forma muy importante en la imagen proyectada y el impacto social conseguido. El culto al cuerpo y a la imagen abarca todos los aspectos de la vida: dietas, selfies, moda, personajes públicos o socialités, etc. De este modo, la imagen social lograda influirá directamente tanto en el estatus como en las posibilidades laborales, llevando a la gente a utilizar cualquier recurso que pueda acercarles a ese ideal. Todo ello ha establecido un culto al cuerpo en el que priman los conceptos de imagen e impacto visual más que lo saludable o adecuado a cada cuerpo y ritmo de vida. La mayoría de desórdenes alimentarios tienen su raíz en los hábitos culturales, los cuales se alejan del concepto de salud como equilibrio, y en el modelo cultural el cual exige a la mujer a ser delgada y al hombre exento de grasa y haber desarrollado masa muscular hasta conseguir un tipo atlético (Martell, 2006). En el caso de deportistas varones de musculación, el impacto del culto al cuerpo es claro en el desarrollo de enfermedades “modernas” tales como la Vigorexia, y el uso de ayudas ergogénicas para lograr un cuerpo que responda a los estándares, creando también una alerta de salud pública que afecta y preocupa, en mayor o menor medida, a todo el mundo. Mediante una investigación de diseño cuantitativo con un tipo de estudio comparativo entre culturas, dicha tesis doctoral pretende investigar el impacto de la distribución calórico-dietética en la autopercepción corporal en la muestra de estudio y hacer contraste entre los diferentes colectivos culturales. El objetivo principal es comprobar si el consumo de proteínas tiene un impacto en algún aspecto de la valoración de la Imagen Corporal en deportistas de musculación no competidores. La finalidad de la investigación es conocer la distribución calórico-dietética mediante el porcentaje de los macronutrientes de los participantes, así como el uso de suplementaciones ergogénicas en deportistas no competidores de diferentes culturas que practican ejercicios de musculación, y en caso necesario contribuir a la mejora dietética, promover la salud y prevenir la enfermedad.