Valoración de la enfermedad por reflujo gastroesofágico en pacientes con síndrome de apneas-hipopneas del sueño de intensidad grave

  1. Valido Morales, Agustín Salvador
Dirigida por:
  1. Teodoro Montemayor Rubio Director/a
  2. Manuel Rodríguez Téllez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 26 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Miguel Angel Muniain Ezcurra Presidente/a
  2. Hugo Galera-Ruiz Secretario/a
  3. Ángeles Sánchez Armengol Vocal
  4. Francisco Casas Maldonado Vocal
  5. Ángel Caunedo Álvarez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 397948 DIALNET

Resumen

Tratamos de relacionar determinados aspectos de dos enfermedades con una elevada prevalencia en la población general. Por una parte el Síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) que afecta al 4-6% de los varones y al 2-4% de las mujeres en la población general adulta de edades medias. Y por otra la Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) con una prevalencia aún más elevada, aunque con cifras más variables según las series entre 26 - 60%, teniendo en cuenta la valoración por síntomas exclusivamente y algo menores en la población española estimándose que entre 15 - 30% de la población tiene ERGE sintomática y de éstos, aproximadamente un 30% tiene esofagitis. Ambas entidades comparten determinados factores de riesgo como la obesidad, con una incidencia creciente en nuestra sociedad, y la edad, enfrentándonos en nuestro entorno de forma progresiva a una población cada vez más envejecida. De modo que estos importantes factores de riesgo asociados a las entidades de estudio, dan aún más importancia a las posibles consecuencias de la relación entre ambas. La alta prevalencia de ambas entidades solo podría justificar la asociación entre ambas. Sin embargo nos encontramos con diferentes estudios que intentan aclararla, unos se centran en demostrar una elevada prevalencia de RGE patológico en pacientes con SAHS mediante el empleo de pH-metría, que asocian al aumento de la presión intraesofágica al final de la inspiración durante los episodios de apneas obstructivas, y el efecto que sobre el RGE tiene la CPAP mejorándolo. Sin encontrar una clara relación causal entre ambas entidades. Y por otra parte tenemos otros estudios más centrados en la fisiopatología del RGE que por un lado confirman el descenso de la presión intraesofágica durante las apneas obstructivas, al tiempo que demuestran que éste se compensa por un aumento de la presión a nivel de la unión esófagogastrica y el esfínter esofágico inferior, atribuyendo los episodios de reflujo a alteraciones anatómicas permanentes de la unión esófagogástrica o episodios transitorios del EEI. Esto conduce a que determinados autores opinen que no existe relación causal SAHS-RGE y que tan solo se trataría de dos entidades frecuentes que comparten factores de riesgo, sobre todo la obesidad y la edad. Además, en estos estudios la presencia de síntomas de ERGE en pacientes con SAHS ha sido poco valorada, sin evaluación prospectiva de los mismos al iniciar el tto con CPAP. Como tampoco nos ofrecen datos de la incidenica de lesiones esofágicas secundarias al RGE en este tipo de pacientes. Por lo tanto, con la finalidad de mejorar el conocimiento de la asociación entre SAHS y ERGE y su control clínico, diseñamos un estudio longitudinal prospectivo con 22 pacientes con SAHS grave (IAH>30 diagnosticados mediante poligrafía domiciliaria) para estudiar la ERGE utilizando un registro de pH-metría continua inalámbrica (sistema de cápsula Bravo; hasta 96 horas de registro) que no se había empleado anteriormente en este tipo de pacientes, además de incluir una valoración endoscópica de la enfermedad, escasamente documentada en este tipo de pacientes, y una evaluación sintomática evolutiva del RGE mediante cuestionarios validados (GSRS - QOLARD) tras el inicio del tratamiento con CPAP. Igualmente realizamos un estudio de polisomnografía completa la primera noche tras colocar la cápsula esofágica Bravo, inciándose al dia siguiente el tratamiento para el SAHS mediante auto-CPAP. En los resultados obtuvimos una alta prevalencia de ERGE en estos pacientes, tanto erosiva (36%) como sintomática (49,9%), datos que se correspondían igualmente con una incidencia elevada de RGE patológico. Y al inicio del tratamiento con auto-CPAP, por una parte observamos mejoría importante de los datos de RGE en las 48 horas siguientes con normalización de la pH-metría hasta en un 57% de los casos, sin alcanzar la significación y por otra, cambios sintomáticos significativos en la puntuación de los cuestionarios que fueron valorados basalmente, a las 96 horas tras inicio de tratamiento con auto-CPAP y al mes. Con estos resultados, concluimos que la alta prevalencia de ERGE, tanto sintomática como erosiva, encontrada en los pacientes con SAHS grave justifica protocolizar la búsqueda activa de casos en estos enfermos. Además encontramos mejoría significativa de los síntomas de ERGE y tendencia a la normalización del RGE patológico al iniciar el tratamiento para el SAHS. Sin embargo, consideramos que el poder aumentar el número de casos estudiados podría dar mayor contundencia a nuestras conclusiones y mejorar el conocimiento de la influencia que tiene el tratamiento con CPAP en la ERGE.