Casa Jacaranda. Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, Almería. España

  1. José Francisco García-Sánchez
Revista:
On diseño

ISSN: 1695-2308

Año de publicación: 2020

Número: 397

Tipo: Artículo

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Resumen

La Casa Jacaranda es radical en su materialidad, en su relación con el paisaje, en su abstracción, en el uso de la luz natural y también en su voluntad por investigar nuevos paisajes domésticos. La Casa Jacaranda se sitúa en una parcela en pendiente con vistas al mar Mediterráneo, al cerro Negro y al pueblo de pescadores de Las Negras, situado en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en Almería. A la parcela se accede desde una calle situada en la parte superior. La primera operación del proyecto fue estructurar la parcela, construyendo muros de piedra seca (balates) y bancales a modo de terrazas naturales. Sobre una de esas plataformas se construye la casa que se apoya sobre unos muros de hormigón visto, que actúan a modo de muros de contención del terreno. Un volumen de hormigón, de ladrillo y de vidrio, se apoya sobre una gran plataforma horizontal donde se sitúa la piscina y bajo la cual se establece otro espacio de servicio. Por lo tanto, la casa dispone de tres niveles: un nivel intermedio, abierto completamente hacia la plataforma donde se sitúa la piscina y con vistas al mar, un nivel superior donde se ubican los dormitorios y la zona situada bajo la plataforma de la piscina, donde se ubica el área de almacenaje e instalaciones. El volumen de hormigón se presenta en el nivel inferior, apoyado sobre cinco pilares de hormigón visto de planta triangular irregular, cada uno de ellos con geometrías distintas. Estos pilares, de grandes dimensiones —cuyos lados miden más de 1 metro de longitud—, pretenden aparecer en la fachada como elementos abocinados que producen espesor y profundidad en los umbrales que se forman en el perímetro de la planta principal. En el nivel superior, una celosía de pilares de hormigón, esta vez de planta cuadrada de 25x25 cm protegen los dormitorios y la escalera. La Casa Jacaranda recibe las trazas y huellas producidas durante el proceso de construcción, tanto en los muros de hormigón de color blanco como en los ladrillos de tejar, de factura manual e irregulares, de algunos de sus muros. No es nueva la convivencia en una obra del hormigón construido mediante encofrados formados por tablas irregulares de madera y de muros de fábrica de ladrillo vistos. Ambos materiales se relacionan bien, ya que las tablas del encofrado, si se disponen de forma horizontal, establecen relaciones de simpatía con la fábrica de ladrillo. De igual modo, la imperfección del hormigón construido mediante este sistema, casi artesanal, y la disposición de los ladrillos de tejar —que se presentan de forma irregular— ayudan a la sintonía de ambos sistemas y materiales. Siguiendo la tradición mediterránea, todo se encala de color blanco, a excepción de los muros exteriores que actúan como contención del terreno y que se dejan de color natural del cemento, unificando materiales por el color, pero dejando que afloren las texturas y materialidad de cada uno. La Casa Jacaranda pretende presentarse como una arquitectura contemporánea que ha recibido referencias materiales y formales de la arquitectura moderna del siglo XX, pero que también ha indagado en algunos temas que han sido objeto de estudio e investigación a lo largo de toda la historia, como el peso, la gravedad, el espesor, la materia y la abstracción.