Klangkörperbau. Resonancias narrativas de lo efímero en peter zumthor

  1. Sonntag, Franca Alexandra
Dirigida por:
  1. María José Aranguren López Director/a
  2. Alberto Martínez Castillo Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad Politécnica de Madrid

Fecha de defensa: 01 de julio de 2020

Tribunal:
  1. José González Gallegos Presidente/a
  2. Emilia Hernández Pezzi Secretario/a
  3. Juan Domingo Santos Vocal
  4. Luis Guillermo Pancorbo Crespo Vocal
  5. Antón García-Abril Ruiz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 627281 DIALNET

Resumen

[Resumen] Sin haber estado nunca allí, he recorrido en numerosas ocasiones el Klangkörper durante los últimos años. Su condición efímera, obsolescencia programada, no ha impedido que haya permanecido en la memoria de la arquitectura, evitando su olvido. Fue instante, y a la vez se ha convertido en un recuerdo permanente. El ideal de representación fragmentada del mundo surgió en un contexto histórico especifico; vinculado a la hegemonía tecnológica. A finales de los años 80 dos Alemanias, bipolares ideológicamente, se enfrentaron al reto de acoger la primera Exposición Universal en suelo teutón. Una ciudad anónima debía ser la anfitriona; Hannover fue la elegida. El lema propuesto para el cambio de milenio fue Hombre-Naturaleza-Técnica; origen de un nuevo mundo. La propuesta ganadora para el pabellón helvético, Batterie, paradójicamente no fue un contenedor en el cual se desarrollaba una exposición, sino que la arquitectura misma era la exposición. No era un soporte de contenidos replicado numerosas veces en este tipo de muestras. El proyecto brotó de las obsesiones de Zumthor. Un paradigmático silencio introvertido, antítesis del pabellón holandés. Un déjà vu arquitectónico con acordes reconocibles en sí mismo; y de otras melodías afines como el Pabellón Sonsbeek de Aldo van Eyck. A través de un proceso evolutivo, la célula madre se transformó en un sistema, el Klangkörperbau. Un tapiz cuya forma se asemeja a un laberinto; supuestamente caótico, extremadamente exhaustivo. Una arquitectura aparentemente reconocible, pero enormemente desconocida. Célebre como secadero de madera, apilamiento como sistema formal y constructivo; inédito como abstracción concreta del bosque. La re-construcción capa por capa como mecanismo para el descubrimiento de sus secretos; de sus meticulosos detalles. El Klangkörper fue un condensador dinámico, tanto a nivel espacial como sensorial. Una polifonía de y para los sentidos, que seduce al usuario mediante cualidades táctiles, sonoras, gustativas olfativas y visuales. Mediante claro-oscuros, recurrente en la obra de Zumthor, convierte el espacio del pabellón en una escenografía espacial. De la oscuridad a la luz, de la luz a la penumbra; filtrándose entre las pilas, desdibujando los contornos, modificando las geometrías, acentuando tonalidades, creando un espacio en movimiento constante. Junto al ritmo poético de las percepciones errantes. Un paisaje sonoro, un instrumento musical transitable, una caja de resonancia. Una y otra vez transito el laberíntico como un lugar de inspiración, descubrimiento e investigación. Una aventura donde perderse, donde no hay principio, ni final.