Persistencias de la (des)industrializaciónconfiguradores (des)configurados. Trazas patrimoniales en la morfogénesis de 3 proyectos de transformación de frentes portuarios industriales. Función, fricción e impacto

  1. Herrera Muñoz, Francisco Gonzalo
Dirigida por:
  1. Vicente Julián Sobrino Simal Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 12 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Rafael García García Presidente/a
  2. David Florido del Corral Secretario/a
  3. Joan Alemany Llovera Vocal
  4. Juan Domingo Santos Vocal
  5. Victoriano Sainz Gutiérrez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 397085 DIALNET

Resumen

Como ha venido a afirmar el prestigioso urbanista chileno René Martínez, la ciudad “tal como la encontramos en la historia y como la conocemos hoy, es una vasta, compleja y heterogénea construcción del espacio, en donde historia y memoria son testimonio permanente de la continuidad del hombre y de la sociedad humana con su propio pasado. Erigida a través de los años por innumerables constructores, constituye la mayor suma de obra humana acumulada en el tiempo y el espacio”1. Sobre tal sugerente como explícita definición, que sintetiza postulados, enfoques y conocimiento respecto al urbanismo, la arquitectura y la historia, es posible aseverar que dicha construcción corresponde a la acumulación de una serie de estratos cuyos procesos de ajustes, expansión y contracción, son representativos de las voluntades de arte y de los seres sociales de la propia época que los modelan, constituyendo en la actualidad un todo que caracteriza, significa y da sentido a las ciudades que habitamos. En esta línea, los asentamientos humanos nos ofrecen incuantificable y valiosa información sobre el desarrollo de la sociedad, en tanto son manifestación tangible de su evolución tecnológica, económica, sicológica, social y cultural a lo largo del tiempo en el espacio, de la misma manera que nos entrega antecedentes fundamentales para entender las posibilidades de su futuro desarrollo. En definitiva, las ciudades constituyen nuestro patrimonio, el legado que recibimos y que debemos administrar para el uso, goce y disfrute de las generaciones presentes y futuras, y que no sólo están constituidas por edificios y conjuntos edificados, sino que de por la estructura misma de la urbe, su espacio público, sus calles, sus plazas, sus continuidades y discontinuidades, y por el complejo sistema de relaciones que ellas establecen en el espacio. Esta consideración de la urbe como documento e hipertexto, en tanto lugar que se escribe y reescribe continuamente conformando capas características de los estados temporales, obliga a entender que, como parte del proceso de evolución, estos territorios han sido sometidos a una serie de cambios que derivan de los sucesivos, continuos e ininterrumpidos procesos de actualización y ajuste a las necesidades y demandas que requieren ser solucionadas en cada momento histórico. En este contexto, los problemas de empobrecimiento, deterioro y degradación de las áreas urbanas de las ciudades, que desde hace más de 40 años se imponen en nuestros territorios y que han aparecido debido a la obsolescencia funcional de los procesos productivos de la industrialización perteneciente al fordismo-keynesiano, han ocupado en el orbe entero, según Lawless, un lugar destacado dentro de lo que se ha definido como “la jerarquía de los males contemporáneos”2. Esta situación ha obligado a formular, elaborar, desarrollar e implementar numerosos planes, programas y proyectos tendientes, primero, a afrontar el decaimiento de extensas zonas, y, segundo, a recuperarlas y revitalizarlas en razón de sus posibilidades y de los proyectos políticos proyectados para las ciudades. Dentro de estos ámbitos espaciales, atención especial merecen los sistemas portuarios industriales, los cuales constituyen un paisaje que ha transformado el medio natural estableciendo una estrecha relación con él, y cuyo carácter es el resultado de los factores naturales y/o humanos y de sus interrelaciones durante el tiempo, todo lo cual ha definido la identidad de una comunidad. En lo que Peter Hall ha definido como el “mayor evento de planificación urbana en décadas”3, múltiples son los proyectos alrededor del mundo, especialmente en la ciudad occidental, que han tenido como objeto de trabajo la adaptación y actualización de los frentes marítimos productivos, de forma tal de reintegrar estos fragmentos funcional y productivamente obsoletos a las dinámicas de la ciudad contemporánea, materia que ha concentrado la mirada de especialistas y de parte importante de los esfuerzos y recursos de las autoridades de planificación y ordenamiento locales y centrales. Sin embargo, muchas de las transformaciones y modificaciones de la compleja red de relaciones que se configuran en estos sistemas han sido “traumáticas”, toda vez que la gestión deficiente y/o bien el desarrollo agresivo han resultado, ya sea por procesos de renovación o regeneración que pueden ser consideradas como inapropiados, descontextualizados o insensibles, en la eliminación de piezas arquitectónicas y/o de partes e incluso de la totalidad de tejidos espaciales consolidados de alto valor patrimonial y su sustitición por otros nuevos cuyas características han atentado de manera importante contra la conservación de los atributos que los caracterizaban. Debido a que se considera de la más alta relevancia la gestión de control de cambios a nivel urbano en relación al impacto que pueden tener determinadas intervenciones en la conservación de la autenticidad e integridad del legado heredado, es que se ha decido abordar bajo un enfoque patrimonialista el desarrollo de un procedimiento metodológico de análisis, interpretación, valoración y representación tendiente a sistematizar la identificación, caracterización, cuantificación y cualificación de las discontinuidades; de las persistencias (continuidades), o sea los bienes que han logrado proyectarse desde el estado anterior previo a la transformación al estado actual; y, fundamentalmente, de las fricciones espacio – patrimoniales. Cabe mencionar que estas últimas son entendidas como una síntesis representativa de los conflictos y problemáticas que derivan de la tensión natural material y/o visual generada al introducir modificaciones y/o inserciones físico – programáticas, a cualquier escala, en una determinada preexistencia de valor, ya sea urbana y/o arquitectónica. En términos generales, se trata de una evaluación y valoración ex post que mide la función que tuvieron las persistencias en la morfogénesis del proyecto contemporáneo de transformación, a partir de la consideración de sus patrones morfológicos, tectónicos y funcionales como factores proyectuales relevantes para el diseño y configuración de las nuevas obras implementadas; y, que pondera el impacto que tuvo la intervención en la conservación de la autenticidad e integridad de los recursos patrimoniales constitutivos de estos sistemas. En tal sentido, se propone una nueva forma de lectura del espacio urbano – arquitectónico de valor abordado por el proyecto de intervención que permita, paralelamente, identificar todas aquellas actuaciones que atentan contra los atributos característicos del tejido histórico de los lugares; y, establecer los argumentos y las clarificaciones necesarias para construir un fundamento que respalde su alteración. Más allá de los propios alcances de esta investigación, la metodología tiene como objetivo último favorecer la definición de actuaciones que permitan preservar y proteger los bienes y los valores patrimoniales que determinan el carácter de un área o bien que configuran el sentido de lugar. En esta línea, cabe destacar que muchos son los casos donde se sabe que se actuó deficientemente, pero se carece de los argumentos para avalar los discursos que apuntan a mitigar los impactos negativos producidos por el proceso de cambio. En definitiva, ofrecer a las autoridades y al cuerpo de profesionales y técnicos especialistas en éste ámbito disciplinar un método de aproximación al estudio y análisis de los efectos del proceso de cambio que permitan la creación de nuevas políticas y estrategias de desarrollo espacial basados en principios, valores y criterios patrimonialistas que no sólo pongan en valor los soportes intervenidos, si no que sobretodo que no atenten contra los atributos urbano – arquitectónicos que han persistido hasta la actualidad.