El cabildo municipal y las ceremonias públicas en Málaga durante el reinado de Carlos I

  1. Ybáñez Worboys, Pilar
Dirigida por:
  1. Juan Jesús Bravo Caro Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Málaga

Fecha de defensa: 20 de julio de 2015

Tribunal:
  1. María Ángeles Pérez Samper Presidente/a
  2. Pilar Pezzi Cristóbal Secretario/a
  3. María del Carmen Irles Vicente Vocal
  4. Alicia Marchant Rivera Vocal
  5. Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 389570 DIALNET

Resumen

Esta tesis se incardina en la producción desarrollada por el Área de Historia Moderna de la Universidad de Málaga en torno a la capital malacitana. Dentro de ese marco canalizamos la labor investigadora hacia la temática municipal, con particular inclinación hacia los entresijos concejiles, desde el organigrama administrativo al extenso campo de competencias directas que desempeñaban los consistorios. La necesidad de restringir un proyecto tan dilatado y, sobre todo, la curiosidad que también nos suscitaban las mentalidades, la religiosidad y la nueva historia política, decidieron la elección de una parcela tan determinada como los fastos públicos, dado que nos permitía aunar ambos propósitos. Para ello decidimos enfocar el análisis desde un punto de vista muy concreto: la intervención del cabildo municipal en la organización, desarrollo y utilización del hecho festivo como medio para demostrar su poder y competencia. En cuanto a la cronología optamos por el reinado de Carlos I, época que tras la ruptura que supuso la conquista cristiana consolidaba su integración en la corona castellana. A pesar de que nuestro interés se centra básicamente en la participación del cabildo municipal, es necesario constatar el papel desempeñado por el capítulo catedralicio en el engranaje de las festividades. Las relaciones entre ambas corporaciones son a menudo difíciles y crispadas. Casi sin excepción, los conflictos se circunscriben a cuestiones económicas y de preeminencia. El honor era un bien que la mentalidad del quinientos elevaba a las mayores cotas. La necesidad metodológica de sistematizar el universo festivo del Antiguo Régimen ha llevado a la historiografía a formular diversas clasificaciones según los parámetros a considerar: causa, temporalidad, ámbito espacial, promotor, etc. Las categorías resultantes son siempre abiertas, permeables, nunca absolutas. Dentro de los fastos públicos municipales nos interesan en especial dos criterios de selección: origen y tiempo. Adoptando el primero, las fiestas se dividen en religiosas y profanas, por supuesto, siempre observando las interferencias permanentes entre una y otra esfera, más en una época donde el espíritu religioso lo impregnaba todo. En virtud del segundo, el temporal, diferenciamos aquellas de carácter cíclico, fijadas por el calendario, de las denominadas extraordinarias o eventuales, ligadas a sucesos excepcionales, sean laicos o eclesiásticos. Ateniéndonos a estas consideraciones y adaptándolas a la realidad malagueña hemos dividido el trabajo en cinco capítulos, subdividiéndolos en diferentes apartados para favorecer una disertación más clara de sus contenidos. Dado que nuestro interés en las festividades se centra a partir del papel desempeñado en ellas por el consistorio municipal, el primero de dichos capítulos lo dedicamos a analizar su estructura, sin profundizar en exceso, ya que eso excedería nuestro objetivo. En el segundo abordamos los actos más relevantes dentro del abanico festivo de nuestra ciudad, mejor dicho, de lo que las fuentes nos han transmitido, pues estamos totalmente convencidos, tras comparar con diversas poblaciones del entorno y de la corona castellano-aragonesa e incluso de zonas del resto de Europa, que se desarrollaron mucho otros. Quizá lo más sorprendente sea la omisión a aludir a la celebración de la eucaristía de forma casi continua, ya no digamos a los sermones predicados en ella o en otros contextos, cuando es obvio que constituía uno de los elementos preceptivos no solo en las de naturaleza eclesiástica, sino prácticamente en la mayoría de los fastos. Por ende, nos centramos en los eventos que casi siempre articulaban las fiestas: la procesión, los regocijos de toros y los juegos de cañas; añadiendo también las carreras de palios, pese a ser una excepción en la documentación. Iniciamos el tercer capítulo, el de las festividades religiosas, con la más importante del calendario: el Corpus Christi, a la cual le siguen un grupo que tienen como denominador común su carácter patronal: San Luis, los Mártires Ciriaco y Paula y la Virgen de la Victoria. En último lugar hemos aglutinado en un mismo apartado aquellas de las que hemos conseguido pocas noticias: las celebraciones marianas de la Purificación, Virgen de Agosto y Presentación y Concepción de Nuestra Señora, además del Jueves y Viernes Santo, San Juan, el ¿Obispillo¿ y alguna otra. Las solemnidades regias, aquellas que protagonizan directamente los miembros de la familia real y pertenecen a su ciclo vital, son analizadas en el capítulo cuarto de nuestro trabajo. Lo hemos dividido en función temática y cronológica: los viajes del César, proclamación imperial, las nupcias con Isabel de Portugal y las exequias de Carlos V. Finalmente, lo concerniente a los éxitos de la política imperial que sabemos se conmemoraron en Málaga, queda recogido en el capítulo quinto, cuya estructura interna sería: guerras con Francia y enfrentamientos con el Islam. Para concluir, tras realizar una breve recapitulación de lo aportado en los distintos apartados, ofrecemos la relación de las obras consultadas y articulamos un escogido apéndice documental, como mera aportación testimonial, precedido de una serie de cuadros que pretenden sintetizar muchos de los datos consultados para la elaboración de nuestro estudio.