Análisis del poblamiento rural de época romana en la comarca del Campo de Cartagenasiglos II a.C. - VII d.C
- Murcia Muñoz, Antonio Javier
- Sebastián F. Ramallo Asensio Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Murcia
Fecha de defensa: 10 de junio de 2021
- Enrique Ariño Gil Presidente/a
- Víctor Revilla Calvo Secretario/a
- Margarita Orfila Pons Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El marco espacial seleccionado ha sido la comarca del Campo de Cartagena, una unidad geográfica que presenta una amplia variedad medioambiental y de recursos naturales, idónea para analizar el paisaje generado por el sistema social romano en un territorio previamente muy antropizado. En ella confluyen sectores montañosos con capacidad para el desarrollo de actividades pecuarias, forestales y mineras, una amplia llanura litoral con suelos provisto de una alta capacidad agrológica, y una costa heterogénea con buenos recursos pesqueros. Nuestro estudio se centra en el análisis de un extenso y heterogéneo conjunto de información arqueológica, con el que pretendemos realizar una primera aproximación a la evolución histórica del territorio entre los siglos II a.C. y VII d.C. En cada uno de los periodos, se tratan de definir los diferentes tipos de asentamientos, su jerarquización, y el modelo de poblamiento en el que se insertaban. De manera simultánea se ha tenido muy presente esa indisolubilidad entre la vrbs y su ager, en virtud de la cual la ciudad proyecta sus rasgos jurídicos y socio-económicos en el territorio dependiente, mientras que los condicionantes del medio físico y sus recursos naturales pueden actuar como estímulo o limitación del desarrollo urbano. Otro de los objetivos planteados ha sido mostrar la relación entre el poblamiento y la existencia de catastros. De esta manera se ha realizado una primera aproximación al estudio de las trazas de parcelación antiguas, fosilizadas en el paisaje actual, planteándose la existencia de dos parcelarios (I y II). En cuanto a los aspectos metodológicos, se ha procedido a la división de la comarca en unidades ambientales homogéneas, definiéndose un total de seis unidades según las características del medio físico y sus potenciales recursos naturales. Dado el elevado número de yacimientos documentados en el área de estudio, se ha realizado una prospección intensiva en un total de 41 yacimientos dispuestos en el sector meridional de la comarca, mientras que para el resto se ha recurrido a los datos recogidos en la Carta Arqueológica Regional, a las publicaciones e informes específicos, así como al análisis de antiguas intervenciones, hallazgos aislados, o donaciones de materiales con procedencia conocida. De forma paralela se elaboró una ficha de registro de yacimientos arqueológicos, en la que se recogen los datos relativos a su localización, los caracteres físicos del enclave y su entorno más inmediato con el fin de poder contextualizarlo en su marco espacial y en la estructura productiva del territorio. Otros apartados hacen referencia a su delimitación y extensión, incluyéndose material planimétrico y fotográfico. Todos los yacimientos se han georreferenciado en una proyección UTM, sobre una cartografía digital elaborada por el Instituto Geográfico Nacional. En cuanto a los materiales analizados, se ha hecho especial hincapié en la elaboración de un inventario exhaustivo, con el fin de poder determinar las fases de ocupación, hiatos y abandonos. El análisis de esta unidad geográfica nos ha permitido comenzar a definir toda una serie de modelos de ocupación del territorio, que se suceden a lo largo de un amplio marco temporal. Durante el siglo II y la primera mitad del I a.C., la actividad minera se convierte en el principal polo de atracción del poblamiento, generando un importante dinamismo en la actividad económica. En la segunda mitad de la centuria, se produce la promoción colonial de la ciudad, apareciendo en la llanura litoral de toda una serie de pequeños enclaves, posiblemente granjas coloniales, vinculados a las trazas de un parcelario (Parcelario I) cuyos límites y orientación vienen determinados por los tramos de la vía augusta más próximos a la ciudad. Posteriormente se constata la superposición de un nuevo parcelario de diferente orientación (Parcelario II), relacionado con el poblamiento altoimperial. A partir de un momento avanzado del siglo I y durante el siglo II, asistimos a la paulatina implantación de un modelo de explotación del territorio más especializado, estructurado alrededor de villae, que convivirían con otros asentamientos menores cuyo origen estaría en las granjas tardorrepublicanas. Entre finales del siglo II y los inicios del III, asistimos a una profunda desestructuración de dicho modelo, que se manifiesta mediante el abandono de una parte considerable del núcleo urbano, proyectándose hacia el territorio más inmediato, con el abandono o la transformación de los asentamientos rurales. Se inicia así un periodo marcado por una dificultad manifiesta a la hora de definir la estructura urbana y territorial, el cual tan sólo comenzará a revertirse con una sorprendente lentitud y modestia a partir del siglo IV. Los importantes cambios que se producen en el tejido urbano de Carthago Spartaria durante el siglo V, también marcaran la aparición de un nuevo modelo de ocupación del territorio, en el que se encuentran ausentes las manifestaciones directamente relacionadas con sentamientos residenciales vinculados a las élites que ostentaban el poder, las cuales presumiblemente podían estar concentradas en un núcleo urbano, que debió albergar a una parte muy considerable de la población del territorio.