Marco jurídico de la violencia sexualconsentimiento sexual y riesgo de victimización secundaria en Colombia

  1. Sandra Milena Parra Barrera 1
  2. María del Mar Sánchez Fuentes 2
  1. 1 Fundación FIDHES
  2. 2 Universidad de Zaragoza
    info

    Universidad de Zaragoza

    Zaragoza, España

    ROR https://ror.org/012a91z28

Libro:
Cartografía de los micromachismos: dinámicas y violencia simbólica
  1. Juan Carlos Suárez Villegas (coord.)
  2. Natalia Martínez Pérez (coord.)
  3. Paola Panarese (coord.)
  4. Eva Hernández Martínez (coord.)

Editorial: Dykinson

ISBN: 978-84-1377-311-7

Año de publicación: 2020

Páginas: 351-364

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

La violencia sexual representa una altísima vulneración de los derechos humanos, libertades fundamentales, así como de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, es un tipo de violencia contra la mujer y por tanto se trata de violencia basada en género. Así pues, es un fenómeno social de magnitud mundial, con cifras alarmantes. En Colombia el Instituto de Medicina Legal informó que solo en los siete primeros meses del año 2018 un total de 12,987 mujeres fueron víctimas de violencia sexual. Asimismo, las mujeres que se atreven a denunciar la violencia sexual se enfrentan no solo a las agresiones sexuales sufridas sino a una larga vía jurídica marcada por la victimización secundaria o violencia institucional. En muchas ocasiones las víctimas de violencia sexual son maltratadas y tratadas como culpables por quienes deberían garantizar el acceso a la justicia y protección de sus derechos. Además, aspectos como los prejuicios morales, patriarcales o de estereotipos al momento de determinar el delito de violencia sexual conllevan a la victimización secundaria. El objetivo de la presente investigación es realizar un análisis del marco jurídico sobre la violencia sexual en Colombia y proponer el consentimiento sexual como eje central en la legislación. En el Código Penal se debe incluir de manera explícita el término de consentimiento sexual en los delitos de violencia sexual. Por tanto, la inclusión del consentimiento sexual como eje central en la consideración de los delitos de violencia sexual permitirá alcanzar la igualdad de género y erradicar la victimización secundaria.