Los valores de los adolescentes de un centro español de Educación Secundaria en el extranjero

  1. Herrera Ramírez, María Inmaculada
Revista:
Revista Iberoamericana de Educación

ISSN: 1681-5653 1022-6508

Año de publicación: 2007

Volumen: 42

Número: 3

Tipo: Artículo

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Resumen

Este trabajo tiene por objetivo conocer, comprender, analizar y evaluar los valores de los adolescentes de un centro español de Educación Secundaria en el extranjero (Marruecos); para, en base a ello, poder diseñar, desarrollar y evaluar las propuestas de intervención más adecuadas. La muestra con la que se ha trabajado estuvo integrada por 243 adolescentes, de clase social y nivel económico medio-alto, alumnos del Instituto Español de Educación Secundaria "Nª Sª del Pilar de Tetuán" (Marruecos), a principios de 2006. El instrumento utilizado para la recogida de datos fue el Cuestionario de Valores (CV), de construcción propia (2006), que consta de 160 items, en pentatipos, diseñado para recoger información respecto a la opinión que manifiestan los alumnos de la ESO y el Bachillerato sobre los 32 valores siguientes: amistad, amor, bondad, civismo, cooperación, democracia, diálogo, esfuerzo, espíritu de cambio, ética, familia, generosidad, honradez, humanidad, ideas de los mayores, igualdad, justicia, legalidad, libertad, liderazgo, moralidad, motivación de logro, paz, prudencia, religión, respeto, solidaridad, superación, tiempo libre y ocio, tolerancia, trabajo y verdad; con una fiabilidad de 0,097 (alfa de Crombach) y una validez estructurada en función de los siguientes factores: valores universales, valores intrapersonales, valores interpersonales y valores espirituales; como resultado del análisis de varianza efectuado. Las variables contenidas en esta investigación se distribuyeron como: variables de estudio y variables de clasificación. Los resultados obtenidos han permitido extraer las siguientes conclusiones: 1) Los tres valores más apreciados por el alumnado de nuestra muestra (2006) se dan en el siguiente orden: ideas y creencias de los mayores, respeto y honradez; mientras que para los jóvenes españoles, según Elzo (1999) son: familia, amistad y trabajo; para los universitarios de Zaragoza, según Larumbe y Baillo (2001) son: chicos: libertad y amistad; y chicas: paz, amistad y libertad; para los jóvenes españoles, según el Instituto de la Juventud (2002) son: familia, amistad y amor; y, para los jóvenes argentinos, según Carena et al. (2004) son: solidaridad, respeto, amistad. Lo que contrasta radicalmente, probablemente, debido al factor cultura/religión, entre marroquíes-africanos-musulmanes ("orientales") e hispanos-europeos-cristianos ("occidentales"). Sin embargo, coinciden en el "respeto" con la muestra de alumnos argentinos. 2) En función del sexo, se han hallado diferencias estadísticamente significativas en la mayoría de los valores analizados, obteniendo las adolescentes los mayores rangos promedio en todos ellos. 3) En función de la edad, sólo se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en los siguientes valores: generosidad, honradez, libertad y moralidad; obteniendo los mayores rangos promedio, siempre, los alumnos de mayor edad. 4) En función del curso, sólo se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en los siguientes valores: civismo, generosidad, honradez, humanidad, liderazgo, superación y verdad, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos de 1.º de E.S.O. (12 años); en igualdad y tiempo libre y ocio, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos de 4.º de E.S.O. (15 años); y en libertad, moralidad, paz y respeto, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos de 2.º de Bachiller (17 años). 5) En función del "país de nacimiento y nacionalidad", sólo se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en los siguientes valores: amistad, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos españoles, y religión, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos marroquíes. 6) En función de la "cultura/religión", sólo se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en los siguientes valores: amistad y legalidad, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos cristianos, y religión, obteniendo los mayores rangos promedio los alumnos musulmanes. Todo ello nos lleva a hacer las siguientes propuestas de intervención: 1) Para el aprendizaje, tamización, decantación, práctica y desarrollo de los valores se deben dar las siguientes fases: impregnación (especialmente, del apego y modelaje de los referentes más significativos, próximos y distales), conocimiento, comprensión, clarificación, valoración, interiorización y aplicación. Evidentemente, a través de la educación formal e informal, con la implicación imprescindible de todos los miembros de la comunidad educativa, especialmente padres y profesores. Educación que no se limite a la simple instrucción que proporcione una asignatura, sino como un "todo" que impregne el proceso educativo al completo, con los convenientes apoyos de la "Educación en valores", y por encima de ser tratado como un tema transversal más que no sé sabe nunca quién, cómo, cuándo y dónde se llevará a cabo. En eso, sí que incide la LOE (2006), superando a la LOGSE (1990); por lo menos, de momento, en teoría. Ya habrá tiempo para evaluar su implantación y desarrollo. 2) Es preciso utilizar la Educación en Valores como herramienta básica y, en nuestro caso concreto, coincidiendo con Arroyo (2001) en su estudio realizado en el ámbito de Melilla, teniendo en cuenta los resultados de nuestra investigación, se pueden extraer dos implicaciones educativas fundamentales. En primer lugar, quedan demostradas las diferencias valorativas de dos grupos culturales diferentes y que éstas dependen de su cultura, hecho que justifica la posibilidad y necesidad de atender adecuadamente identidades culturales diferentes en el currículum educativo. Y, en segundo lugar, una implicación mucho más importante, que conecta con la propia esencia de la educación y la interculturalidad para poder construir contextos de aprendizaje compartidos, ésta es, haber demostrado que existe de un terreno axiológico común a la Cultural Islámica y a la Cultural Occidental en el que fundamentar el diseño de un currículum intercultural. De manera que, trabajando sobre los valores compartidos que posibilitan la comunicación, el diálogo, el conocimiento, la comprensión (plano cognitivo), la empatía y demás afectos (plano afectivo) y el entendimiento mutuo (plano conativo), se podrán captar los demás valores, a través de su impregnación (especialmente, del apego y modelaje de los referentes más significativos, próximos y distales), su clarificación, su valoración, su interiorización y su aplicación.