Procesamiento afectivo de caras queridas: efecto modulador sobre el aprendizaje aversivo
- Jaime Vila Castellar Zuzendarikidea
- Florian Bublatzky Zuzendarikidea
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 2022(e)ko uztaila-(a)k 28
- Elisabeth Ruiz Padial Presidentea
- Humbelina Robles Ortega Idazkaria
- Joaquín Manuel Martínez Vaquero Kidea
- Francisco Esteves Kidea
- Gustavo Adolfo Reyes del Paso Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
La prevalencia de los trastornos de ansiedad es sin duda uno de los grandes problemas que tiene salud mental en la actualidad. Se estima que un tercio de la población a nivel mundial lo sufrirá en algún momento de su vida (Bandelow y Michaelis, 2015). Por ello, mejorar el tratamiento de estos trastornos tiene una importancia vital. Contar con una amplia red de apoyo social con alta calidad ha demostrado tener una estrecha relación con mejoras a nivel de salud física y emocional (Cohen y Janicki-Deverts, 2009; Uchino, 2009; Vila, 2021). Sin embargo, la presencia de estas figuras de apoyo social durante el tratamiento de determinados trastornos de ansiedad se ha cuestionado en numerosas ocasiones, considerándolas como un “estímulo” de seguridad para el paciente. Esto impediría la extinción de respuestas condicionadas de miedo de forma generalizada. Recientemente, la idea opuesta ha ganado relevancia al comprobar que las figuras de apoyo social dificultan el aprendizaje del miedo pero facilitan su extinción, una vez adquirido, incluso dificultan el retorno del mismo (Hornstein y col., 2016, 2018; Hornstein y Eisenberger, 2017). Estos hallazgos llevaron a plantear que las figuras de apoyo social son estímulos de seguridad preparados, pudiendo ayudar en las terapias de exposición (Eisenberger y col., 2011; Hornstein y col., 2016, 2018, 2021; Hornstein y Eisenberger, 2017, 2018, 2021). Los estudios comentados anteriormente han estado limitados al uso de protocolos de condicionamiento clásico. Sin embargo, frecuentemente el aprendizaje aversivo tiene lugar sin necesidad de tener una experiencia directa. Así, el aprendizaje transmitido de forma social ha demostrado ser lo suficientemente fuerte como para establecer respuestas de miedo (Grillon y col., 1991; Olsson y Phelps, 2007). Este tipo de aprendizaje se puede dividir en aprendizaje vicario y por instrucción. Para la presente tesis doctoral nos centraremos en el segundo, poniendo a prueba su capacidad para generar y revertir el aprendizaje de contingencias de amenaza. La capacidad de las instrucciones verbales para cambiar el valor intrínseco de los diferentes estímulos ha sido ampliamente demostrada (Bublatzky y col., 2013, 2014; Costa y col., 2015; Bradley y col., 2005). La asociación de una instrucción de amenaza con un estímulo de valencia positiva provoca que las respuestas psicofisiológicas se vean moduladas por el efecto de la amenaza: potenciación del reflejo de sobresalto, desaceleración cardiaca, incremento en la conductancia eléctrica de la piel y en la actividad del corrugador (Bublatzky y col., 2013, 2018). Desde el contexto del laboratorio, ha sido estudiado mediante el uso del paradigma de amenaza de shock (Grillon y col., 1991; Bublatzky y col., 2010, 2013, 2014). Para ello, se instruye al participante a que, cuando vea un determinado estímulo, existe la posibilidad de recibir una descarga eléctrica en cualquier momento mientras la imagen esté presente (condición de amenaza), o a que nunca aparecerá la descarga (condición de seguridad). Es importante destacar que el estímulo aversivo nunca es presentado. Esto lo convierte en un tipo de aprendizaje más seguro que el aprendizaje pavloviano. El objetivo general de la presente tesis doctoral fue examinar si la visualización de rostros de personas queridas, o su expresión facial, dificultan el aprendizaje de contingencias de amenaza en un paradigma de amenaza de shock.