Prevención de las úlceras por presión.

  1. Silvia Lozano Alonso 1
  2. Israel Sisamon Marco 2
  3. Isabel García Andrés 3
  4. María Josefa Ponce Lázaro 3
  5. Beatriz Delgado Guerrero 3
  6. Cristina Muñoz Solera 3
  1. 1 Enfermera Especialista en Familia y Comunitaria, C.S. Calatayud, SALUD Aragón
  2. 2 Enfermero C.S. Calatayud, SALUD Aragón.
  3. 3 Enfermera C.S. Calatayud, SALUD Aragón.
Revista:
Revista Sanitaria de Investigación

ISSN: 2660-7085

Año de publicación: 2021

Volumen: 2

Número: 8

Tipo: Artículo

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Resumen

Introducción: La úlcera por presión es una lesión de origen isquémico de la piel causada como consecuencia de la compresión de la piel entre dos planos duros que reducirá el flujo de la sangre y linfa. Los factores extrínsecos que contribuyen a la aparición de la lesión son la presión, la fricción y el cizallamiento, mientras que los factores de riesgo que propician su desarrollo son la humedad, el estado nutricional del paciente, deterioro cognitivo, alteraciones sensitivas, alteraciones inmunológicas, enfermedades que provocan trastornos de la oxigenación tisular, tratamientos con inmunosupresores, edad avanzada, raza y la inmovilidad, como principal factor de riesgo. La herramienta más utilizada para la valoración de las UPP es la escala de Norton. Objetivo: El objetivo es conocer la última evidencia científica acerca de la prevención de las úlceras por presión. Metodología: Se ha realizado una revisión narrativa de la última evidencia científica de revistas indexadas en las bases de datos Cochrane Library, Pubmed, Cuiden y Medline. Resultados: Aproximadamente el 95% de las úlceras por presión son prevenibles. La valoración del riesgo es un aspecto clave en la prevención. Los cuidados de la piel engloban la inspección diaria de la piel, extremar precauciones en las zonas expuestas a la humedad, no masajear las prominencias óseas ni las zonas enrojecidas, evitar cojines en forma de flotador y rodetes para aliviar la presión, mantener una buena higiene con jabón de PH neutro, secar cuidadosamente sin friccionar, utilizar aceite o ácidos grasos hiperoxigenados, siempre y cuando la piel esté intacta. Los productos con alcohol están contraindicados. Para el manejo de la presión realizar cambios posturales y movilización cada 2-3 horas en pacientes encamados, mediante un esquema de rotación. Evitar el arrastre en las movilizaciones. Utilizar protección local en las zonas con riesgo especial para desarrollar UPP y/o superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP). Se debe asegurar una adecuada ingesta dietética para prevenir la malnutrición. La pérdida de grasa y tejido muscular disminuye la protección sobre las superficies óseas. Conclusión: El papel de la enfermería en la prevención de estas lesiones es esencial, realizando cuidados individualizados y valoraciones recurrentes. Los cuidados de la piel, el manejo de la presión y el estado nutricional son aspectos esenciales a tener en cuenta para disminuir el riesgo.